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OMS y Acnudh presentan guía para promover la salud mental y los derechos humanos

La creciente importancia de la salud mental se refleja tanto en la agenda de salud pública como en la perspectiva de los derechos humanos.
OMS presentó guía para promover la salud mental y derechos humanos
Crédito: Organización Mundial de la Salud
Laura Casas

La OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.

Es por esto que, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) unieron fuerzas para la creación y posteriormente la culminación de una guía de suma importancia.

La guía que se titula 'Salud mental, derechos humanos y legislación: orientación y práctica', tiene como objetivo central impulsar una atención de salud mental comunitaria más efectiva, de igual manera, busca erradicar las prácticas restrictivas que aún persisten y fomentar un enfoque de salud mental basado en el respeto a los derechos fundamentales.

El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora cada 10 de octubre, por lo cual, las entidades ya mencionadas han realizado esta guía, con el fin de brindar una ayuda a aquellos países que deseen reformular su legislación y poner fin a los abusos contra los derechos humanos, aumentando el acceso a una atención de salud mental de calidad.


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El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, aseguró que “estas nuevas orientaciones ayudarán a los países a introducir los cambios necesarios para prestar una atención de salud mental de calidad, que ayude a la persona a curarse y que respete su dignidad, capacitando a las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales para que lleven una vida plena y saludable en su entorno social”. 

Además, Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, agregó que, “debemos tratar de transformar los servicios de salud mental, no sólo en cuanto a su alcance, sino también en cuanto a los valores que los inspiran, para que satisfagan verdaderamente las necesidades de las personas y las traten con dignidad”. 

“Esta publicación ofrece orientaciones sobre un enfoque basado en los derechos que puede ayudar a introducir los cambios necesarios en los sistemas de atención a la salud mental”, añadió. 

Dentro de la guía se tiene una finalidad clave, la cual es promover una atención comunitaria de la salud mental más eficaz, ya que la mayor parte del gasto público en salud mental se destina a hospitales psiquiátricos; concretamente, el 43% en los países de ingresos altos.

De esta manera se pretende poner fin a las prácticas coercitivas en salud mental, como el tratamiento forzoso, la reclusión y la contención, que es fundamental para respetar el derecho a decidir la atención que van a recibir y a tomar sus propias decisiones sobre su tratamiento.

Además, es cada vez más evidente que las prácticas coercitivas tienen un impacto perjudicial en la salud física y mental de las personas, agravando en muchas ocasiones su estado de salud y privándolas de sus sistemas de apoyo.


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Las directrices propuestas buscan la promulgación de leyes que pongan fin a la coerción en los servicios de salud mental y establezcan el consentimiento libre e informado como el principio fundamental de todas las intervenciones en este ámbito.

Asimismo, ofrecen orientación sobre cómo abordar situaciones complejas y difíciles a través de la legislación y las políticas, sin necesidad de recurrir a prácticas coercitivas.

El documento pretende utilizar las orientaciones para adoptar un enfoque de la salud mental basado en los derechos, pues a pesar de que estas nuevas pautas reconocen que la responsabilidad de la salud mental no recae únicamente en el sector de la salud.

Igualmente, hacen un llamado a todas las instancias normativas y legislativas involucradas en la formulación, modificación y aplicación de la legislación que impacta en la salud mental. 

Estas directrices también incorporan una lista de verificación que permite a los países evaluar si su legislación en materia de atención a la salud mental cumple con las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. 

Además, resaltan la importancia de involucrar a personas con experiencia práctica y a sus organizaciones en este proceso, y de informar y concienciar a la población en general sobre temas relacionados con los derechos humanos.

Si deseas leer el documento completo, lo puedes encontrar aquí.
 

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