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Alí Humar: el camino de un gran narrador de historias

El teatro fue una de sus grandes pasiones y se destacó como director de grandes producciones de la televisión colombiana.
Foto: Colprensa
Alejandra Restrepo

Alí Humar, actor, director de televisión y escritor, partió este martes a los 76 años. Fue ante todo un aventurero, un gran narrador de historias que mantuvo en vilo a los colombianos frente a la pantalla de televisión, durante los años 70 y 80, con telenovelas como de ‘La abuela’, ‘Señora Isabel’, ‘Lola Calamidades’, ‘Los Cuervos’, ‘Castillo de naipes’ y muchas otras producciones.

Alí fue el hijo de un palestino, Yusef Omar Mustafá, a quien le preguntaron en los años 20, al desembarcar en Barranquilla, que si su nombre se escribía con H, y como no entendía, dijo que sí. Yusef fue uno de los tantos herederos de las historias de libaneses, jordanos, sirios y palestinos, a quienes en Colombia llamamos ‘turcos’, quienes después de huir de la miseria que dejó la Primera Guerra Mundial, llegaron en busca del oro de América. Su padre terminó adaptando su nombre al de Alfredo Humar.

Con su hermana Yamile, Alí empezó su carrera en el teatro, ella estudiaba con Fausto Cabrera y estaban montando ‘Asesinato en la catedral’, uno de los actores no llegó y el reconocido actor y director le ofreció a Humar decir la frase de este. Así empezó todo, era un adolescente.

Su familia tuvo que irse a Guatemala y allí, en secreto, se vinculó a un grupo de teatro, pues su papá detestaba todo lo que no le diera dinero. El teatro dio pie a otra de sus pasiones, la política. Del país centroamericano tuvo que escapar, pues el hijo de un dictador lo amenazó, luego se fue a Europa, sus hermanos ya se habían regado por el mundo, así estuvo en Italia, Suecia, Francia y se radicó en Estrasburgo para estudiar Filosofía y Letras, solo hizo dos semestres. Por sus militancias políticas terminó en Pyongyang (Corea del Norte).

Después volvió a Colombia, se vinculó al grupo de Santiago García, famoso dramaturgo, aunque con recelo, pues él pensaba en política, pero se enamoró del teatro, aunque no le daba dinero; por eso buscó ayuda en la radio con Jorge Ospina y empezó a hacer radionovelas.

Más adelante, Bernardo Romero Pereiro escribió un papel para él y así empezaron muchos roles al mismo tiempo, pues había pocos actores en esa época y debían multiplicarse.

Llegó la oportunidad de dirigir, en RTI estuvo al frente de ‘Los cuervos’, ‘El ángel de piedra’, entre otras producciones; en Coestrellas, ‘Señora Isabel’, ‘Sueños y espejos’, etc. En esa época empezaron a crearse los canales privados y Yamid Amat, su gran amigo, lo invitó a trabajar con él en el noticiero, al lado de María José Barraza, estuvo un año y luego se fue a dirigir el programa humorístico ‘Sábados Felices’.

Para ese momento su papel de galán había cambiado, ahora era un gran director, uno que dirigía telenovelas como si fuera cine, mostrando detalles, revolucionando los planos intercalados, eligiendo historias escandalosas como ‘Señora Isabel’, donde una mujer de 50 años se enamoraba de un joven veinteañero.

Volvió a la actuación en 2002, gracias Bernardo Romero Pereiro en ‘Siete veces amada’, no actuaba desde finales de los años 70. Más adelante aceptó otro papel para ‘Sin senos no hay paraíso’.

Alí Humar también escribió dos libros con sus anécdotas: ‘Es mi versión y no la cambio’ y ‘Ya que me acuerdo’.

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