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La ilustración botánica de Lisa Anzellini, el lazo estrecho entre el arte y la ciencia

La ilustración botánica es un matrimonio entre lo artístico y lo científico, la artista Lisa Anzellini es una de las exponentes de este campo artístico.
Ilustración botánica de Lisa Anzellini
Fotografía: Instagram Lisa Anzellini
Diana Rosero y Ana Lucrecia Cabra

¿Te imaginas dedicarte durante 20 días a dibujar una sola hoja, pero que, gracias a esto, las generaciones futuras conozcan plantas que desaparecerán en algunos años? De eso se trata el trabajo de Lisa Anzellini García-Reyes, una artista plástica, ilustradora botánica e historiadora del arte, que se dedica a conservar las bellezas naturales del país dentro de libretas de dibujo.

Como lo hiciera en el siglo XVIII, José Celestino Mutis durante su expedición botánica, Lisa, acompaña a biólogos en largas caminatas por cada rincón de Colombia para registrar en dibujos a nuevas especies y dejar un recuerdo de aquellas en peligro de extinción.

Flores, árboles, semillas y plantas enteras son los protagonistas en sus trabajos, que inician siempre con las salidas de campo. Estas, muchas veces, se convierten en un reto, ella cuenta que “en Colombia las condiciones de la topografía, de la humedad y de los insectos son otras. Los lugares son muy remotos, muy calientes con muchos mosquitos y el papel se daña y todo se oxida”. Por eso, como buena artista, armó un kit de dibujo básico para estos recorridos que le permite entrar en acción rápidamente.

Una vez identificado lo que va a dibujar, se sienta por un par de horas frente al objetivo, “ahí yo lo que hago es sacar toda la información de la planta en su entorno; todos los colores, que es lo que más se pierde, todas las medidas. Entonces, son unos bocetos muy rápidos para apuntar todo”. Una vez en casa, el proceso de finalizar una ilustración le puede tomar alrededor de cinco a veinte días, dependiendo de los detalles que tenga, el formato en que se necesita y el tamaño.

Pero, ¿quiénes buscan a los ilustradores científico en estos días? Contrario a lo que se podría pensar por la facilidad de llevar una cámara integrada al celular, la demanda de este tipo de dibujos va al alza, por ejemplo “hay mucho trabajo en temas de cooperación internacional y ONG, que tienen programas de medio ambiente, (…) algunas empresas privadas usan la ilustración para temas comerciales y también para telas”, explica Lisa, quien precisa que esto se llamaría diseños botánicos, que no son tan rigurosos, pero cuenta que se buscan bastante. 

A nivel científico, también se solicitan este tipo de trabajo, porque las revistas dedicadas a divulgar las especies nuevas exigen una ilustración. Es decir, cuando un biólogo descubre una especie, tiene que hacer una descripción muy detallada y técnica con todas las medidas, e incluso análisis de ADN y deben agregarle la ilustración científica. Todo se publica en revistas nacionales y mundiales que avalan el descubrimiento y ellas siempre exigen estos pasos.


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Acerca de los referentes en el país sobre ilustración científica, Lisa reconoce que el número va en aumento, “hace cuatro años hubo un evento de ilustración científica organizado por 'A Mano' y 'Arasarí' de la Universidad Javeriana sobre conservación y arte (… ) también está el colectivo BioGrafos de Medellín".

Entre estos exponentes también está Eulalia de Valdenebro, doctorante en Arte y Ecosofía, magíster en Artes Plásticas y Visuales, licenciada en Bellas Artes de la Universidad del País Vasco y con estudios en Ilustración Botánica en el Atelier de Peinture Botanique, Francia.

“La ilustración científica va creciendo en Colombia, el referente antes era José Celestino Mutis, pero hoy en día es algo que está tomando mucha fuerza”, afirma.

Por ejemplo, Natalia Uribe, una de las fundadoras de BioGrafos, llevó la ilustración científica a otra escala, ya que sus obras se convirtieron en murales que adornan sitios emblemáticos de Medellín. En ellos retrata a especies propias de la región, usando flores y animales más reconocidos, para acercar a la gente a aquellos que no son tan “famosos".

Con algunos de sus estudiantes del curso de ilustración científica en el Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, Natalia inició el colectivo BioGrafos, para explorar técnicas de ilustración en torno a la biología y desde el 2016 tiene a los antioqueños mostrando orgullosos un dibujo gigante de una mosca en la Biblioteca Pública Piloto o la imagen de un gorrión-montés paisa y la rana chocolate en un mural en la Calle 10a.

Tanto Natalia como Lisa tienen además algo en común, además de ser referentes entre ellas, su pasión es transmitir su conocimiento. Para Lisa es muy importante seguir fortaleciendo el trabajo con rigurosidad de los nuevos ilustradores, por eso nos regaló estos consejos para quienes estén interesados en este arte cubierto de ciencia.


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Recomendaciones de una experta, si quieres dedicarte a la ilustración botánica:
  • Es importante un entrenamiento en dibujo, hacerlo bien es una aptitud que se practica.
  • Ser muy observador(a), para no perder los detalles de cada planta en función del dibujo.
  • El resultado siempre es mejor cuando tienes las plantas cerca: los ilustradores también se valen de fotografías, pero tenerla presente ayuda a hacer el primer bosquejo que luego se pule en casa.
  • Trabajar a escala: si cabe en el papel se puede hacer en tamaño real o sea 1:1, pero si es una planta gigante, se reduce para que quepan, esto se mide en porcentaje, al 20% si es demasiado grande o al 10% si no lo es tanto.
  • Aprender sobre botánica: conocer sobre las partes de las plantas, cómo son sus ciclos de vida, sus partes, etc. Así, si cortas el ovario de una flor, sabes lo que hay adentro, porque en la medida que sepas lo que vas a ver, lo puedes representar con mayor fidelidad
  • Practicar todo el tiempo: darle espacio diario para ir mejorando, nunca se deja de aprender y perfeccionar.
  • Borrar no es un fracaso: el borrador es un gran amigo y mientras más se haga, más experticia se gana.

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