Gabriel como le dicen sus amigos al “Charrito Negro“ es un hombre muy simpático, sencillo y trabajador de “un estrato muy humilde” como el mismo lo expresa, pero con muchos sueños que ha ido alcanzando con esfuerzo y dedicación “lo que he conseguido nadie me lo ha regalado, eso ha sido conseguido con el esfuerzo de los años” afirma.
Su madre una mujer humilde y trabajadora se esforzó día a día para educarlo a él y a sus hermanos desempeñando labores domésticas en distintas casas de familia “Mi mamá trabajó mucho, por eso hoy la tenemos como una reina”.
La música siempre fue una inquietud constante para este niño, lo primero que aprendió fue a tocar guitarra empíricamente con un vecino, ya que su hermano no le prestaba la guitarra.
Mientras realizaba las labores del campo siempre estaba cantando y repitiendo las canciones de las películas de Antonio Aguilar a través de las cuales se interesó por la música mexicana, era tanta su pasión por este género musical que cuando era niño vio a un señor con un sombrero mexicano y lo siguió para proponerle que le cambiara ese sombrero por su reloj “me ponía el sombrero, la camisa negra y el pantalón negro y cantaba como Antonio Aguilar, quien era mi ídolo”.
Con el paso del tiempo “El Charrito Negro” continuó cantando música que en ese tiempo se denominaba música guasca y carrilera como la que interpretaban “Las gaviotas”, “las estrellitas”, “Las hermanas calle”, esa música de “los relicarios” “los pamperos”
Antes de ser cantante Gabriel fue músico, cantaba la música de Garzón y Collazos y era “serenatero”, cantaba en cualquier lado y aprendió a tocar varios instrumentos. Este joven prefería cantar en las cantinas, en las fincas y en el pueblo antes que continuar en las labores del campo. “Mi sueño era cantar en una emisora, yo no pedía más”.
Su pueblo se convirtió en su escenario que día a día recorría para que alguien lo contratara y así aprendió a interpretar diferentes instrumentos convirtiéndose en uno de los mejores interpretes de la región. Su éxito fue tal que un día el Sr Antonio Ángel, conocido del pueblo, lo inscribió en un concurso en Caicedonia y hasta le presto para el pasaje.
Las primeras presentaciones fueron en la emisora de Caicedonia y la última ronda fue la velada principal donde se presentó con sombrero, pantalón y camisa negra, el público se emocionó tanto con su presentación que el periodista de la emisora desde ese día lo llamó “El Charrito Negro”.
Ese día Gabriel cumplió su primer sueño “el sueño mío era ser artista, pero lo más que pedía era cantar en una emisora”
Sin duda ese concurso cambio la vida de “El Charrito Negro” para siempre, días más tarde Don Luis A Lozano lo llamó y le dijo que grabara un LP con Discos Victoria quienes buscaban un artista de su género musical, le hicieron un contrato por dos LP y grabó el primer disco en el año 1989 “Yo dejaba que el destino me fuera presentando las cosas” afirma.
Para la primera edición grabaron una canción que se titulo “El guerrillero” y fue tal el éxito que lo empezaron a llamar de distinto lugares a tocar en fiestas de diferentes regiones del país abriéndole paso a su carrera. “La canción habla de la paz, habla de un guerrillero que se fue para el monte pidiendo siempre la paz de nuestro país, historia de muchas personas en nuestro país a las que si el gobierno le diera las garantías, se reintegrarían”.
Más adelante se hizo amigo de “El Caballero Gaucho” quien sin duda marcó una parte muy importante de su vida, fue uno de sus ídolos musicales y se convirtió en su amigo “En uno de mis primeros conciertos en Ceilán, Valle yo cobre 3.000 y el cobro 40.000 y después se voltearon los papeles pero yo hoy lo sigo recordado con mucho apreció”
¿Y a qué le canta el Charrito?
“Yo le canto a todo el mundo, le canto a la mujer, al amor, a la muerte, a todos los temas que tocan a la gente, para la mí la música popular es la música del pueblo, la que a diario la gente escucha en sus casas. Es un género para todos los públicos sin importar el estrato. Se da la mano con el reggaeton y el vallenato”.
La música que interpreta habla de las historias de la gente del “ir y venir” es una música que llega a todos los estratos, desde el campesino, hasta el adinerado. Sevilla es una de los ejemplos más claros de donde se “vive y se siente” este tipo de música, es la capital cafetera de Colombia donde el día sábado salen todos los campesinos de las fincas a contar sus historias, a compartir con sus compadres y a tomarse uno que otro aguardientico.
A través de las guitarristas, las letras y las cantinas se van difundiendo los mensajes del Charrito “Yo le canto al amor y al despecho, le canto al trabajador, al jornalero, a los presos, al amor de padre, al amor de madre y al de pareja, hay que cantarle a todo”
Para el Charrito la música popular es un género que llega a todo tipo de público porque es directa y muy “entendible”, es clara, sin mayores complicaciones se describe lo que se siente y sobretodo es el sentir de un pueblo.
Al hablar de la importancia que esta música tiene para la zona cafetera este artista cree que sin duda es porque este género identifica a la población de esta región que como muchos colombianos vienen de las montañas y que se siente orgullosa de sus raíces y que dice las cosas de frente “Colombia es montañera, se compone de montañas y en ellas viven campesinos, jornaleros, aquel que está cogiendo café y trabajando y esta música lo acerca a su cotidianidad”
Redacción: Señal Colombia.