El dominó, un juego de tertulia e identidad en el Caribe colombiano
Por: Rosember Anaya Ramírez
En el patio de la casa de Juan Estrada, todos los fines de semana, 28 fichas suenan con fuerza en una mesa de madera. Alrededor de ella, Juan junto a otros tres amigos de San Jacinto, Bolívar, juegan y sus manos son protagonistas. No dejan de mirar las fichas. Con inteligencia y concentración cada uno de ellos hace su mejor jugada para al final gritar ¡dominó!
Este juego, del que muchos historiadores aseguran se originó en China, otros en Europa, pero al final un deporte de estrategias, inteligencia, amistad y estigmatización.
Juan Estrada asegura que el dominó es un juego de mucha inteligencia que lo apasiona y que siempre le ha gustado desde niño.
“Jugar dominó es una pasión. Cuando estás jugando pones en práctica tus conocimientos matemáticos y agilizas la mente. Se debe tener mucha inteligencia y la matemática sale a relucir. Es un juego de mucha estrategia, donde la concentración debe ser lo máximo, una ficha mal puesta te daña todo”, apunta este hombre amante de las fichas.
Para Alfredo Cervantes, director Ejecutivo de la Fundación Full Dominó Colombia. El deporte recreativo tiene su origen en los dados chinos.
“A la composición de los dados chinos que van del uno al seis, le agregaron el valor cero, para obtener las 28 fichas”. Sin embargo, Alfredo también asegura que los inicios del dominó se centran en una historia medio “asiática- árabe”.
En la costa Caribe el juego de mesa es de importancia y tiene una incidencia vital en las familias, porque es considerado como un juego que llama a la tertulia, es el paso para llegar a una entretenida conversación entre buenos amigos.
“Uno tiene que tener malicia en el juego, pero más que eso, se juega es por diversión. Hay que hacer hasta lo último para que el compañero que tienes al frente, gane”, manifiesta Sergio Payares, un joven aficionado al juego de mesa.
Este deporte de “estrategas”, tradicionalmente es practicado por los hombres, implementado en el Caribe colombiano y visto en la región de los Montes de María, como un método para desestresarse, divertirse con los amigos y poner a prueba la inteligencia. Así lo dio a conocer la vicepresidenta de la fundación Full Dominó Colombia.
“Hay hombres que practican este deporte debido al estigma machista que reina en la costa Caribe colombiana. A diferencia de Venezuela, Cuba, entre otros países, donde hay escuelas de dominó y prevalece la presencia femenina”, aseguró Maldonado.
En Colombia no existe una reseña histórica que revele datos de cómo llegó el dominó al Caribe colombiano, pero en el país y otros lugares del mundo, es un juego donde se conversa mucho y existe una mutua comunicación.
Es sábado y Juan está listo para esperar nuevamente a sus amigos. Mientras llegan, toma su dominó, lo limpia y acaricia cada una de las fichas como si fuera su tesoro más preciado. La mesa también la tiene lista para que comience la acción. No solo se divierte. también hace parte de su tradición cultural y es un escape para debatir temas de actualidad de su municipio o del país.
