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El sonido en tiempos del tocadiscos

En el próximo capítulo del ‘Radio laboratorio’ vamos a retomar y reconocer soportes de registro y reproducción del sonido.
Foto de referencia: Pixabay
Esmeralda Ramírez

Desempolvar los tornamesas que han estado en un rincón resulta ser para nuestros hijos una revelación. Comprender la materialidad del sonido es un asunto fascinante, tomar los discos, limpiarlos, ponerlos en el tornamesa o tocadiscos, cambiar de cara, poner la aguja, acomodar la velocidad y escuchar el sonido crepitante que acompaña de fondo a la música que sale de los vinilos y el extraño aparato es una grata experiencia para los chicos de esta generación.

Ellos están acostumbrados a un toque o clic para escuchar música en mp3 o la playlist de spotify, les parece muy raro todo el ritual que tienen los melómanos conservadores con sus “antigüedades”. Volver al vinilo, al cassette y el CD como soportes de registro es para ellos un viaje en el tiempo. Ahora reproducimos fácilmente nuestra música favorita desde un celular, algo tan sencillo que tiene detrás mucha historia.

Desde hace 143 años la revolución que inició Thomas Alva Edison con el fonógrafo y cilindro acústico marcó los orígenes de la industria de la grabación. Los métodos físicos mecánicos eran muy limitados, pues las primeras grabaciones experimentales de Edison fueron con la voz, lograr registrarla y reproducirla causó gran asombro.

El fonógrafo se presentó a finales del siglo 19 y fue considerado una maravilla en su técnica, un gran invento que desde 1877 conmocionó y transformó la historia de la música y el registro sonoro, pensaban que era algo que tenía que ver con la magia, y por ello Edison fue considerado un mago épico para la época.

Edison, fascinado por los misterios de los sonidos y las voces, puso todos sus esfuerzos para hacer posible el sueño que tenía, experimentó con la voz, utilizando diafragmas de los teléfonos, notó que era posible plasmar las vibraciones de la voz en un material, fijó una aguja en el diafragma vibratorio y sobre un papel de parafina como material de soporte empezó a registrar esas vibraciones. Y así comprobó que quedaban literalmente grabadas, la primera máquina de grabación y reproducción de sonidos ya era una realidad.

Edison concibió el fonógrafo en el inicio como un aparato de dictado para las oficinas de taquigrafía, sin pensar que años después se convertiría en un aparato de entretenimiento de alto costo, donde se podía reproducir la música más popular del momento, los oyentes estaban fascinados con esa magia para los oídos, la música estaba en el aire y años después vendría el surgimiento de la industria musical.

El gramófono con los discos giratorios planos fue la competencia de Edison, pues mejoró la calidad del sonido y el tiempo de reproducción, el éxito de los gramófonos cautivó a la audiencia por la novedad de poder escuchar música de manera portátil en un caja, estos evolucionaron de ser mecánicos a tener un motor eléctrico que permitió que el plato que giraba los discos se moviera a distintas velocidades. Llega entonces el tocadiscos y los discos de vinilo doble cara y LP.

Durante la década de los 60 y 70 estos discos tuvieron su edad dorada. Pero la llegada de los walkman y casettes pronto opacaron a los discos de vinilo. La constante evolución, investigaciones e inventos llegaron rápidamente al compact disc o CD, que es un sistema óptico electrónico, donde los sonidos se graban como datos informáticos, un lector láser recorre las pistas sin tocarlas y un microchip reproduce los sonidos, sin ruidos ni crepitaciones.

Todo ese proceso evolutivo de registro y reproducción del sonido es desconocido para los niños, pues ahora el uso de la música digital nos aleja de la magia del sonido. Por eso, en el próximo capítulo del ‘Radio laboratorio’ vamos a retomar y reconocer soportes de registro y reproducción del sonido, al acercarnos a los vinilos, gramófonos, tocadiscos y otros aparatos que, aunque parecen obsoletos y anticuados, guardan en esencia los principios de la materialidad del sonido, vamos a hacer experimentos muy interesantes y para ello tenemos una invitada que ha trabajado en un obra que se llama Toca-discos.

Julia Bejarano es la siguiente artista invitada a ‘Radio laboratorio: la magia del sonido’. Su trabajo de investigación y creación se centra en la experiencia de la escucha y el mundo sonoro. El sonido es uno de los aspectos más importantes de su vida, pues le da sentido y bienestar, y es la materia que más utiliza en su quehacer como artista.

Bejarano se ha interesado por la creación y el trabajo directo con objetos sonoros y cómo se desenvuelven en espacios específicos, se ha dedicado a grabar lugares y paisajes sonoros del mundo, realiza composiciones de música electroacústica y experimental y actualmente se encuentra creando en torno a la relación de lo poético y sonoro, explorando el universo de la danza y el teatro independiente ( J.B).

Ella nos compartirá parte de su proceso creativo a partir del Toca-disco, “un objeto formado por un tocadiscos, una manivela con aguja, dos micrófonos de contacto y parlantes. Este dispositivo se activa girando manualmente la manivela cuya aguja raya un disco de vinilo produciendo una huella en él. Los micrófonos de contacto transmiten la vibración y el rozamiento de la acción amplificando el fenómeno. No es arbitrario que la palabra tocar tenga que ver con el sentido del tacto al igual que con el hecho de tocar o hacer sonar. La traducción al inglés de la palabra tocar es play, la cual a su vez, significa jugar. En Toca-disco se escucha con los oídos la vibración en los parlantes, y también con el cuerpo la vibración en la mano (J.B).

Invitados entonces a hacer parte de los descubrimientos que nos trae el siguiente capítulo de ‘Radio laboratorio: la magia del sonido’. Vamos a despertar la curiosidad y a recuperar el asombro, a recordar y escuchar como lo hacíamos hace algún tiempo.

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