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El Quirigua: de la cultura maya a Bogotá

Le contamos la historia del barrio El Quirigua, que toma su nombre de una zona arqueológica maya de Guatemala.

Por: Ana María Lara

La palabra Quirigua tiene como referente una zona arqueológica de la cultura maya ubicada en el suroriente de Guatemala. Así fue bautizado uno de los barrios más poblados de la UPZ 29, Minuto de Dios, perteneciente a la localidad de Engativá, en el noroccidente de Bogotá.

El Quirigua empezó a construirse en la década de los años setenta, después de haber sido por dos siglos parte de una bella zona rural bien irrigada, rica en agricultura y ganadería. Colinda con la calle 80, una de las más importantes avenidas de la capital, integrando un gran conjunto conformado por ese y otros barrios de gran importancia como el Minuto de Dios, La Granja y La Española, entre otros.

Con la migración del campo a la ciudad, que fue el fenómeno demográfico del siglo XX, la población de Bogotá creció enormemente, y solamente uno de cada tres habitantes era oriundo de la capital. Se disparó, por ello, la construcción de viviendas que, en ese periodo se multiplicó por más de 50 veces.

Durante su presidencia, el general Gustavo Rojas Pinilla, con el decreto 3640 de 1954, le anexó a Bogotá los municipios de Engativá, Usme, Bosa, Fontibón, Suba y Usaquén. Así, la ciudad aumentó su área territorial, su población y su actividad económica y administrativa. No obstante, fue necesario esperar algunos años para que estas localidades gozaran de servicios públicos.

En ese contexto, hacia el año 1970 fue surgiendo el Quirigua, fruto de un proyecto de soluciones de vivienda promovido por el Instituto de Crédito Territorial que había sido creado en 1939. El Instituto fomentaba la creación y complejos habitacionales en una modalidad denominada ‘De ayuda mutua’, que consistía en que el Instituto aportaba los materiales y la técnica, y los adjudicatarios el trabajo para la construcción.

Así empezaron a construirse las primeras casas unifamiliares del barrio, así como una escuela, un pequeño centro de salud, la capilla y un salón comunal. Para el logro de estas construcciones se generaron dinámicas de encuentro y organización colectiva, marcadas por un fuerte espíritu solidario que, con fiestas, bingos, rifas y bazares logró reunir, poco a poco, lo que se requería para culminar una a una las obras de manera ordenada y siguiendo un trazo de manzanas alargadas.

Como resultado de las dinámicas migratorias, al igual que ocurrió en barrios bogotanos que se construyeron en el mismo periodo, los primeros pobladores que llegaron al Quirigua venían de distintas zonas de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y los Santanderes, muchos de ellos buscando un mejor futuro para sus familias. Es así como fue, inicialmente, un barrio obrero, que a lo largo del tiempo empezó a recibir otro tipo de pobladores.

Si bien hay grandes vías que llegan al Quirigua, en su interior hay agradables callecitas y pequeños parques de descanso. La Plaza de Mercado del Quirigua, inaugurada en 1976, se construyó inicialmente para instalar un mercado campesino. Hoy sus casi 4.000 metros cuadrados y sus más de 200 comerciantes hacen de este un grato espacio de intercambio. Sus alimentos y artesanías proveen de todo lo necesario a los habitantes del barrio y de otros aledaños que hacen parte de la localidad de Engativá.

Como ocurre con varios de los barrios de esta localidad, el Quirigua se ha visto beneficiado por las obras del Minuto de Dios y su universidad.

A partir de la década del ochenta, como tantos otros sectores de la ciudad, el Quirigua fue golpeado por el conflicto y el sábado 12 de mayo de 1990, en vísperas del Día de la Madre, un atentado con carro bomba, perpetrado por órdenes del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, destruyó las casas y edificios de su vía más comercial, con un saldo de 17 muertos y más de 300 heridos.

La vida comunitaria, que fue tan fuerte en las décadas anteriores, aún pasa por la Junta de Acción Comunal que intenta mantener los lazos tradicionales entre los habitantes del barrio para contrarrestar los problemas sociales a que se enfrenta.

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