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Las Cristinas: un homenaje a las mujeres víctimas de desaparición forzada

Muñecas de trapo de todos los colores de piel representan a las más de 9.000 mujeres desaparecidas en el conflicto en el Meta y Guaviare.

Por: Alejandra Restrepo.

Muñecas de trapo de todos los colores de piel, ojos, labios, vestidos, representan a las más de 9.000 mujeres desaparecidas en el conflicto de las regiones de Meta y Guaviare. Se llaman Cristinas porque en cada una de ellas hay un pedacito de María Cristina, la hija de Paulina Mahecha, quien desapareció hace más de 15 años.

Gracias al arte, Paulina ha encontrado una manera de curar el dolor, de hacer catarsis y olvidar un poco la tristeza que imprime la incertidumbre de no saber qué pasó con un ser querido. Las Cristinas del conflicto, es una exposición que hace parte de la iniciativa del Comité Internacional de la Cruz Roja #AquíFaltaAlguien.

Foto: Jeremie Houdin - CICR.

En La Señal de la Mañana conversamos con Paulina Mahecha, quien confecciona estas muñecas a mano, costura a costura y con recursos propios.

“Soy Paulina Mahecha, mi hija María Cristina Cobo era una enfermera jefe que desapareció entre San José y Calamar, en el departamento de Guaviare. Cuando eso me pasó yo pensé, debo reivindicar a la mujer rural cuando es desaparecida por grupos al margen de la ley, por eso pensé en las Cristinas. Les puse nombres de flores, como las mujeres del campo, que somos bonitas, trabajadoras, ayudamos a la comunidad, les quise hacer un homenaje”, cuanta Paulina.

Los relatos de madres, hermanas, tías, hijas y otros familiares como Paulina, que han perdido a un ser querido, han ido construyendo la historia de cada una de las Cristinas. La mayoría de las muñecas tienen nombres de flor, narran en su vestuario, accesorios, maquillaje, quienes eran y qué hacían cuando las desaparecieron

Foto: Jeremie Houdin - CICR.

“Clavelina tenía 15 años cuando fue desaparecida, estaba embarazada. Pureza tenía 14 años, vendía quesos y de ella solo se encontró el canasto. Rosita fue amenazada por un hombre a quien rechazó y luego vieron que fue llevada en una camioneta”, afirma Mahecha.

La exposición itinerante de las Cristinas ya ha estado en la tienda de discos Tornamesa, actualmente está en el restaurante cultural Seis Manos en el centro de Bogotá y seguirá recorriendo Colombia.

“Cuando yo las hago hablo con ellas, cuando las relleno con un palito, les pongo el pelo, les digo, -ustedes tienen que quedar bien bonitas, la gente tiene que saber quiénes eran ustedes. Este arte me ha llenado de satisfacción. Porque en este país a las mujeres nos ha tocado volvernos investigadoras, buscar en los caminos, en las sabanas, aprendernos las leyes, este es un flagelo muy grande que nos toca cargar cada día”, expresó Paulina

A Paulina le ha tocado recorrer muchos caminos buscando respuestas acerca de su hija. Es sobreviviente de cáncer de mama, en su trabajo como activista de derechos humanos ha conocido muchas historias. Estas muñecas representan a todas las mujeres del área rural, incluso a las guerrilleras.

Foto: Jeremie Houdin - CICR.

“Yo soy la mamá de Cristina y de las otras Cristinas que la acompañan a ella, Cristina puede ser cualquiera de nosotras”: Paulina Mahecha.

“Quería hacer una muñeca descuartizada, porque sé que eso pasó con mi hija. Quiero hacer una muñeca amarrada a un árbol como sucede en Calamar, con un árbol al que le dicen El Árbol de la vergüenza, toda esa descomposición social quiero mostrar, que la sociedad se entere de lo que a ellas les pasó”, afirmó la artista.

Escuche la entrevista completa de La Señal de la Mañana a Paulina Mahecha.

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