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Los centinelas del mar

“¡Barracuda! ¡barracuda!, ¡barracuda! estación tráfico marítimo… Capitán buenas tardes, solicito me confirme situación al momento”

Por: Natalia Cabrera.

“¡Barracuda! ¡barracuda!, ¡barracuda! estación tráfico marítimo… capitán buenas tardes, solicito me confirme situación al momento”, como esta alerta, son muchas las comunicaciones que recibe a diario el teniente de navío, César Grisales, capitán de Puerto de Tumaco de la Dirección General Marítima, los tripulantes de la embarcación llamada Barracuda, pidieron ayuda porque su motor presentaba fallas y quedaron a la deriva a pocas horas de anochecer. Por fortuna, la situación no pasó a mayores, pues gracias a la orientación del puesto de control la embarcación pudo retornar con todos los tripulantes a salvo.

Los centinelas del mar, tienen turnos de 8 horas para no descuidar el inmenso Pacífico, pero además tienen la labor de ir más allá de la guardia.

En la isla de El Morro se encuentra el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico, dirigido por el capitán de fragata, Leonardo Marriaga, se realizan estudios que cooperen con la protección del medio marino y se monitorean constantemente el comportamiento de diversos fenómenos climáticos.

“Mensualmente vamos a medir un punto cerca de la bahía de Tumaco, con base en estas mediciones sacamos unos informes mensuales. Ese indicador nos marca como está el comportamiento del fenómeno de El Niño”. Como una ‘agujita’ medidora bautiza el capitán Marriaga a esta serie de informes, que tiene la compleja labor de medir variables como la temperatura del mar, la salinidad y el oxígeno disuelto, entre otras.

San Andrés de Tumaco es considerado el segundo puerto más importante del Pacífico colombiano, pero debido a los adelantos tecnológicos y de investigación, hoy se considera fundamental para el fortalecimiento y desarrollo marítimo del país.

Los constantes estudios han servido para esbozar el estado de las aguas del Pacífico y son punta de lanza para entidades como el Ideam y la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, las cuales toman decisiones importantes de acuerdo a los resultados que estas investigaciones arrojan. La información que sale de las costas tumaqueñas es importante y útil para los pescadores de todo el Pacífico colombiano, incluso para los estudiosos de la economía.

Foto: Natalia Cabrera.

“Poder saber en el mediano plazo, que podemos establecer si en las épocas de El Niño se nos está reduciendo la pesca y como esto está afectando finalmente a la población del Pacífico que vive y se sustenta de este recurso”, mencionó contundentemente el capitán Marriaga, quien reconoce que los esfuerzos del centro de investigaciones también están dirigidos alertar tempranamente un posible desastre natural.

Debido a que la costa nariñense se encuentra ubicada en el cinturón de fuego del Pacífico, donde colisionan las placas de Nazca y Sudamericana, lo cual ocasiona grandes sismos, potenciales generadores de tsunamis, en las aguas tumaqueñas, se encuentra activamente una boya para la detección de ondas de Tsunami que está enviando información las 24 horas del día.

“El monitoreo es tener todo el conjunto de sensores que nos permitan a nosotros tener información previa para poder hacer esa evaluación” reveló el capitán Marriaga, quien afirma que los tumaqueños están capacitándose para minimizar el impacto del fenómeno natural en su comunidad.

Foto: Natalia Cabrera.

Actualmente un mega proyecto está en desarrollo junto con el Gobierno de Japón para que en determinado momento los isleños puedan evacuar de manera vertical y no hacia el continente, construyendo estructuras elevadas en puntos estratégicos de las islas que componen Tumaco.

Esta, es el rostro de la ciencia al servicio de construir un nuevo Pacífico, la tecnología también hace parte de la otra cara de Tumaco.

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