Las telenovelas colombianas y su impacto en la cultura nacional
¿Cuántos de nosotros esperábamos a que cayera la noche para ver televisión en familia? Durante semanas, éramos testigos de las desventuras de una pareja de amantes, una mujer de la ciudad o un hombre llegado de su pueblo, que atravesaban por un sinnúmero de conflictos para llegar al felices para siempre.
Las telenovelas han sido parte importante de nuestras vidas, desde La Señora Isabel hasta Betty la Fea, todas producciones que reunían diferentes personajes, frases e historias que pasaron a hacer parte del acervo cultural colombiano.
Por eso, en Radio Nacional de Colombia, conversamos con la profesora Sandra Lobo, de la facultad de Comunicación Social para la Paz en la Universidad Santo Tomás, acerca del impacto cultural que han tenido las telenovelas.
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“Somos un país pluricultural”
Colombia vio por primera vez la televisión durante 1954, en tiempos del gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla. La televisión ofreció un amplio espectro de programación para todos los públicos, contenidos educativos, de divulgación cultural o las novelas.
Estas últimas ya habían sido presentadas al país por medio de la radio, pero hicieron su incursión a un nuevo formato, que les permitió mostrar las riquezas de Colombia por medio de imágenes.
De acuerdo con la profesora Lobo: “Lo que fue la década de los setenta y ochenta, predominaron muchísimo las novelas de tipo costumbrista. Estas telenovelas nos invitaron a viajar por toda Colombia, conocer lo rico de cada una de las regiones de nosotros país a través del drama”.
Producciones como La Potra Zaina, Azúcar o Café con Aroma de Mujer revelaban que Colombia era “un país pluricultural, el hecho de pasar a una región cambia completamente, a pesar de que todos seamos colombianos, en cuanto a fauna, flora, comidas, música”, menciona la docente.
Así mismo, la profesora recuerda que: “Llegó un momento cuando fuimos muy fuertes. Yo recuerdo, cuanto estudié en Europa, que en España se veían mucho las novelas colombianas, donde el referente no era el ‘chistín chistín’ y me preguntaban: ¿Es así de bonito tu país?”.
“Toda Latinoamérica somos un país de telenovela”
El fenómeno de las telenovelas no solo impactó a Colombia, más países de la región estaban adelantando sus propias producciones, como en Venezuela con Topacio o en México con Los Ricos También Lloran.
Para la profesora Sandra Lobo, esto responde a que “las dinámicas de la novela han estado muy relacionadas con las dinámicas del mercado”, donde no solamente se venden los paisajes de un país, sino que las historias se construyen a partir del drama.
“Seguimos con el drama, porque toda Latinoamérica somos un país de telenovela, donde el drama sigue vendiendo mucho (…) por las dinámicas del mercado, empezamos a recibir las demandas del mercado, como en México o Brasil”, agrega la docente.
A través de los años, “las telenovelas han pasado por diferentes por diferentes etapas”, en la actualidad, de acuerdo con la profesora “lo que hacen es apelar a personajes populares, para que se puedan vender”.
Sin embargo, aclara que: “Brasil fue de los pocos países que le dijo a México ‘mire, yo no voy a seguir estas dinámicas del mercado y voy a seguir usando las telenovelas para mostrar cómo como país y cultura’ y mira que Brasil sigue fomentando su turismo y vendiendo sus producciones en Europa”.
Estereotipos en las telenovelas
El rico y el pobre, la fea y la bonita, son algunos de los estereotipos presentes dentro de las telenovelas, que determinan el desenvolvimiento de las historias. De acuerdo con la profesora de la Universidad Santo Tomás, esto se debe a que “México impuso hasta las características de los personajes estéticamente, respondiendo a estereotipos”.
Que la protagonista fuese rubia o la empleada del servicio tuviese rasgos indígenas, “es una forma de reforzar estereotipos y de ir estimulando exclusión”, según la profesora Sandra Lobo.
Sin embargo, existen telenovelas que han tenido un “efecto búmeran” en el mensaje que quisieron transmitir, como Sin Tetas No hay Paraíso que buscó “generar una conciencia frente al tema de las cirugías y su relación con el narcotráfico, que se dio en ciertos lugares de nuestro país (lo que hizo) fue fomentar más las cirugías plásticas en lugar de crear una conciencia con eso”, de acuerdo con la profesora Lobo.
Otro caso fue la telenovela dedicada al narcotraficante Pablo Escobar, que en vez de “crear una conciencia”, produjo una narcocultura y apología al crimen y al delito. La profesora Sandra Lobo explica que: “Muchas veces no es la intención del guionista, pero sí es con respecto a la situación social y de cómo lo leemos y nos apropiamos de ellas”.
“Betty la Fea termina siendo bonita y rica”
Las mujeres han sido protagonistas de diferentes producciones televisivas, que van de acuerdo con la situación histórica del momento, por lo que la profesora considera que “la narrativa de la mujer en las telenovelas ha ido cambiando”.
La profesora Lobo explica que, en la parte estética, las telenovelas de los setenta y ochenta mostraban a una mujer “avejentada, que entre más mostrara en su estética y sus peinados era más respetada”, mientras que en las telenovelas actuales “ahora las mujeres quieren ser jóvenes y estéticamente han ido cambiando completamente”.
Así mismo, menciona los cambios en los oficios donde es mostrada la mujer, porque en las telenovelas de antaño estas ocupaban un rol hogareño, por el contrario, en la actualidad, ocupan otros espacios de representación, fuera de estar en el hogar.
“Ha ido cambiando, considero que ahora vemos a una mujer que trabaja, ejecutiva, que tiene voz en ciertos espacios, que compite con abogados. Que profesionalmente se está desempeñando en otros roles diferentes al cuidado de los niños, a lavar los platos, entre otros”, aclara.
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Por otra parte, hizo mención de los momentos donde las telenovelas han querido romper esquemas de lo socialmente aceptado por medio de “Señora Isabel”:
“Cuando fue la telenovela ‘Señora Isabel’, donde señora Isabel decide separarse era un caos, tanto en la novela como en la aceptación social, era una novela que estaba rompiendo los esquemas y los parámetros de la sociedad”, afirma.
Sin embargo, aclara que lo que predominan es la estereotipación hacia las mujeres dentro de las telenovelas, haciendo referencia a que Beatriz Pinzón, un personaje que comenzó siendo mostrado como poco agraciada físicamente y de clase media “termina siendo bonita y rica”.
“Betty, la fea, que creímos rompía con todos esos esquemas, al final, termina siendo bonita y rica. Es el final feliz. Él se enamora más cuando ve que no era tan fea y pobre. Yo creo que los estereotipos las protagonistas son bellas y responden, para mí, a parámetros mucho más europeos que propiamente latinos”, subraya.
El cariño a los personajes
Es indudable el impacto que han tenido las telenovelas en la cultura nacional, de acuerdo con la profesora Sandra Lobo hubo una “identificación, y que de alguna u otra forma, la gente lo cogió cariño a los personajes”.
En la actualidad, se viven dos fenómenos. Por un lado, que las personas volvieran a ver telenovelas “que tomó mucha fuerza con la pandemia” y el auge del streaming. Por otro lado, “estamos en el reencauche de los reencauches” debido a que se volvieron a rehacer telenovelas emitidas, con ambientación del presente.
Sin embargo, frente al impacto que tienen las telenovelas vistas en televisión, la profesora Sandra Lobo señala que:
“Si vas y miras los resultados que arroja el Ibope y el seguimiento de audiencias, no es que todos los colombianos vean telenovelas. Más bien, es un nicho cerrado que se ve mucho en las regiones, en Bogotá es donde menos se ve”.
