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El día en que el Buque ARC Miguel Silva encalló

Foto: Mauricio Orjuela.

Hoy es sábado 20 de mayo, me despierto pasadas las 6 de la mañana, y la esperanza es llegar hasta Puerto Nariño y de allí a Bellavista, dos localidades que requieren de nuestra visita, pues la atención en salud para los niños y adultos es esencial, ya que muchos de ellos tienen que esperar por lo menos un año para que pase de nuevo la Campaña Binacional Colombia – Perú, para ser atendidos por un médico o un odontólogo.

Se realizan labores para sacar de la arena al buque ARC Miguel Silva. Foto: Mauricio Orjuela.

Zarpamos hacia nuestro destino que está distante, a unos 26 kilómetros río abajo. Allí, lo único que se observa en el camino es la naturaleza: el verde de la selva, sus sonidos propios como el de las aves y otros animales endémicos de esta región.

De repente, la tripulación del ARC Reyes recibió la orden de retornar unos kilómetros, pues el ARC Miguel Silva encalló y es difícil su salida de esta situación. Encallar no es más que el buque quede atrapado en un banco de arena debido al bajo nivel que presentan las aguas en diferentes sectores.

Habitantes de diferentes localidades son testigos de las labores que realizan integrantes de la Marina y de la Armada. Foto: Mauricio Orjuela.

Las horas pasaron y al interior del ARC Reyes se analizaban diferentes estrategias para salvar al ARC Silva, uno de los más veteranos que tiene la Armada Nacional por este río, y aquí la labor que cumple es como remolcador del bongo que contiene las ayudas que serán entregadas a los habitantes de esta región.

Cada año, la Armada Nacional de Colombia realiza una convocatoria para recibir las donaciones de aquellos ciudadanos que quieran enviar una sonrisa a los niños de esta zona apartada y en muchas ocasiones olvidada por el Estado. Esas donaciones se llevan hasta Puerto Asís en el Putumayo y de allí se recogen en un buque y se trasladan hasta Puerto Leguízamo, donde se clasifican y se arman paquetes especiales para los niños y adultos.

El bongo con ayudas en su interior es remolcado por una lancha rápida de la Marina del Perú. Foto: Mauricio Orjuela.

Tras varias labores de rescate infructuosas, se pide ayuda a la Marina del Perú que está cerca del punto del encalle, y gracias a esta colaboración se desata el bongo y se pone a salvo en una de las riberas, mientras que el Silva continúa luchando contra el banco de arena.

Poco a poco y con la ayuda del ARC Reyes, el ARC Silva sale del encalle, pero ya es tarde, son las 6, se aproxima la noche y después de esta hora ninguna embarcación puede surcar el río Putumayo. Lo más importante de este día es haber recuperado el buque y regresarlo a la corriente del afluente, ya que si esa operación no se realiza, el buque se podría dar por perdido.

Escuche aquí la crónica completa de esta historia:

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