20 años sin Joe Madrid

A sus cinco años, en su natal Cartagena, el pequeño José Fernando Madrid Merlano recibió de su padre un acordeón, que aprendió a dominar con una facilidad pasmosa. Luego vendrían clases privadas con Oscar Salón y su llegada a Bogotá, donde empezó a tocar el contrabajo, y a acercarse de manera autodidacta al piano, gracias a que el rector del colegio donde estudiaba le permitía tocar el instrumento de la institución. Fue así como nació la leyenda conocida como Joe Madrid.

Sobre aquellos años de colegio, recordando al joven Joe Madrid, escribió lo siguiente otro compañero de aulas, el poeta antioqueño Juan Manuel Roca: “Yo les seguía la pista a sus incursiones a la sala del piano porque sabía, y lo sabía aún más su fiel compañero Germán Chavarriaga, amigo de cuna a tumba, de las aulas s la vida, que hoy es un gran y discreto percusionista, que cuando José Fernando se sentaba al piano la modorra escolar se desvanecía, como dicen que ocurre con todo lo sólido, en el aire”.

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Durante sus años en Bogotá, el músico cartagenero aprendió a tocar el contrabajo y el piano, y realizó arreglos orquestales para Lucho Bermúdez, Pacho Galán y el trompetista cubano Benny Bustillo. A mediados de la década del 60 hizo lo propio para la Orquesta Cumbia Colombia, del músico Chucho Fernández. Con ella viajó a los Estados Unidos, y allí se quedó para trabajar con colegas de la talla de Mongo Santamaría, Andy Harlow y Ángel Canales.

Luego, a mediados de la década del 70 y tras casi una década de tocar con los grandes del jazz latino en los Estados Unidos, Madrid regresó al país. En esos años grabó cuatro producciones de salsa con su orquesta propia y con el flautista boricua Nestor Torres, hizo arreglos para muchos de sus colegas y tocó en todos los bares bogotanos con su trío de jazz.

Bien conocido es el anecdotario del músico gracias a una vida rica en excesos, que lo llevaron a su muerte en la navidad del año 2005.