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Derechos culturales en Colombia: ¿cómo se vinculan con los territorios?

Defensa de los derechos culturales en Colombia.

Por: Fausto García.

La garantía de los derechos culturales se expande mucho más de lo que se puede comprender como la exposición de música y folclor, su garantía se defiende desde el territorio y la tradición de un pueblo en busca de sostener la memoria.

En ese sentido, Colombia tiene el apoyo de la Constitución en el artículo 70 “Es obligación del Estado promover el acceso a la cultura de todos, en igualdad de oportunidades”. Entonces ¿Hasta dónde va la definición de derechos culturales?

¿Cómo definirlos?

Julisa Mosquera, gestora cultural afro del departamento del Chocó, los define como una apuesta de resistencia a través de los saberes. La construcción de la cultura la basan en el pasado y sus saberes ancestrales que comparten a cada territorio al que llegan.

Sacar la cultura y la ancestralidad del territorio propio se convierte en ejercicio para no dejar morir lo que los identifica, por ejemplo, la medicina ancestral.

Concebir los derechos culturales como algo individual es una definición poco compartida ya que para algunos, estos se deben pensar como derechos colectivos.

Para Ana Dalila de Gómez Baos, coordinadora cultural del Proceso Organizativo de la Comunidad Rom en Colombia (Prorom) todo es un conjunto, los derechos civiles, económicos y sociales no pueden separarse de lo cultural, ya que todos se relacionan y son fundamentales para cada pueblo. “La cultura es la columna vertebral tanto para gitanos, indígenas, afros, raizales y palenqueros”. Si alguno falla los otros se ven afectados.

Composición de derechos

En ese camino cultural, la Unesco también se pronunció cuando afirmó que “La cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o un grupo social”.

Su postura en el tema de los derechos culturales entrelaza los modos y las maneras de vivir a través de tradiciones y creencias.

Para Carolina Córdoba Curi, vocera de la Fundación de Activos Culturales Afro (ACUA) uno de los inconvenientes es concebir los derechos culturales solo como música, cine y televisión. El desarrollo es más que algo mediático, para llegar a unos derechos culturales es importante llegar a los territorios y fortalecer los derechos económicos y sociales para hacer de la cultura un elemento de desarrollo.

La identidad cultural se compone desde la historia y la memoria de cada región, esta se debería percibir como una convivencia de todos nuestros pueblos, al desplazarse en algunas ocasiones por casos forzosos como por el conflicto esa identidad se ve afectada, a tal punto que nuevas generaciones no sienten lo ancestral como algo propio.

Los retos

Es por eso que Julisa Mosquera, matrona del kilombo de medicina ancestral Yumma en el barrio Antonio Nariño en Bogotá trabaja con ellas, su objetivo es muy sencillo, no dejar morir la tradición afro.

El otro inconveniente que Julisa detecta es que a los jóvenes afro nacidos en la capital del país poco les interesa reconocer a los otros jóvenes que aún siguen en sus territorios del Pacifico, olvidando por completo una historia que viene desde el África. “Debemos despertar el sentido de pertenencia porque hay saberes de una cultura que no se pueden desconocer, estos pertenecen a nuestra tierra”. Asegura que es importante borrar el racismo.

En la práctica del reconocimiento y la diversidad cultural que nos define, los derechos culturales en su protección son más que lo consignado en la Constitución colombiana.

La unión de los pueblos

Ahora que la cultura pareciera contar con mayores escenarios, es importante recordar que desde 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se incluyeron los derechos culturales alzando la voz de protección en 1966 con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Han pasado más de 50 años desde el momento de esa declaración y los pueblos en Colombia no han sido ajenos a esa defensa por los derechos culturales.

Para Dalila de la comunidad Rom, Julisa del pueblo afro, Bernardo Caro asesor y productor de eventos culturales, Carolina Córdoba vocera de la Fundación de Activos Culturales Afro (ACUA), Jairo Oviedo, vocero de las Autoridades Indígenas de Colombia “por la Pacha Mama” (Aico), el trabajo por la cultura se debe respaldar con amor al patrimonio cultural, con un respeto infinito por reconocernos y con un poco de resistencia desde cada territorio para completar la tarea de no dejar morir toda nuestra historia como colombianos.

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