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Derechos sexuales y reproductivos: ¿Cuáles son las recomendaciones a la Comisión de la Verdad?

Por: Diana Leal.Se trata de un informe entregado por el Centro de Derechos Reproductivos, en el que visto desde el género y los derechos reproductivos se hace ‘Una radiografía sobre la Violencia Reproductiva contra mujeres y niñas durante el Conflicto Armado colombiano’, enunciado con el que se titula.

Por: Diana Leal.

Se trata de un informe entregado por el Centro de Derechos Reproductivos, en el que visto desde el género y los derechos reproductivos se hace ‘Una radiografía sobre la Violencia Reproductiva contra mujeres y niñas durante el Conflicto Armado colombiano’, enunciado con el que se titula.

El documento fue presentado a la Comisión de la Verdad el martes 28 de julio, en él se expone el panorama vivido por las mujeres durante los más de 50 años de conflicto, que incluye desde violencia sexual hasta la reproductiva.

Cristina Rosero, asesora legal del Centro de Derechos Reproductivos, contó que “el Centro realizó la revisión de más de 68 informes para rastrear cuáles son las modalidades de este tipo de violencia que se refiere a cualquier práctica que elimina la capacidad de las niñas y las mujeres de decidir si tienen o no hijos y en qué momento”.

A demás, agrega que dentro de la investigación se encontraron casos de abortos, esterilizaciones y anticoncepción forzada, así como casos de mujeres que, en el mismo contexto del conflicto se les negó el servicio de interrupción voluntaria del embarazo, aunque se encontraran en el derecho para hacerlo.

Los informes consultados para dicha publicación fueron obtenidos del Centro Nacional de Memoria Histórica y la Defensoría del Pueblo, en una ventana del 2004 al 2019. Según la asesora, todos esos archivos permiten demostrar que los hechos son reales y graves.

Los departamentos que presentan mayores índices de violencia de género son Atlántico, Cesar y Magdalena.

Una de las particularidades del informe, es que dentro de los implicados señalados como responsables a dichas violaciones a los derechos reproductivos, se habla de todos los actores armados y se incluye al Estado.

Cristina Rosero, explica que, en el tema de las ‘violencias estatales’, se resaltaron cuatro, en específico: el primero, son los casos de cualquier violación a los derechos perpetrada por algún integrante de las Fuerzas Armadas, lo cual compromete al Estado de manera directa; en segundo lugar, están los casos en los que se niega el acceso a servicios de salud reproductiva, tanto por obstáculos culturales como por obstáculos administrativos; y por último, los casos de abortos involuntarios que, según evidencia científica, son producto de las aspersiones con glifosato.

Foto: Colprensa. julio de 2020.

Hay un fuerte componente que tiene que ver con los daños derivados de la violencia sexual y reproductiva. Más allá de los daños materiales, se habla de los inmateriales, donde se contemplan:

  • Daños o afectaciones a la salud física, que puede presentar múltiples consecuencias a corto, mediano y largo plazo y que se hacen extensivos a la salud mental. Dentro de esto se contemplan los daños producidos por las violaciones, anticoncepciones forzadas y otros procedimientos mal ejecutados que tuvieron como resultado infecciones por intervenciones en condiciones insalubres, traumatismos ginecológicos, etc. que en algunos casos pueden ser la causal de enfermedades crónicas e incluso producir infertilidad temporal o permanente.

  • Daños morales o emocionales, como resultado del sufrimiento que se reflejan en la esfera psicológica y moral de las víctimas, sus familiares o personas cercanas. Manifestaciones como tristeza, temor, desconfianza y estados de alerta como resultado de la vivencia de los hechos. De no ser atendidos de manera oportuna y efectiva, estos impactos pueden complejizarse y traducirse en trastornos tales como el estrés postraumático, de alimentación o desordenes del sueño. También pueden alterar la relación que la víctima desarrolla con su cuerpo.

  • Daños o afecciones al entorno psicosocial, que enfrentan a la víctima a situaciones de estigmatización, silenciamiento y rechazo por su familia o la comunidad. La situación puede empeorar en casos donde la víctima queda en embarazo. Por otro lado, también se enfrentan a la desconfianza de las instituciones, que en varias situaciones desatienden lo ocurrido, generando la sensación de ser negadas como parte importante del entramado social, situación que da paso a la revictimización.

Se espera que con este informe la Comisión de la Verdad logre reconocer este tipo de violencia que no emergen a primera vista, y que así mismo tengan herramientas para actuar frente a estos casos.

Además, el Centro recomienda que la violencia reproductiva se trate de manera independiente, ya que esa visibilización puede ayudar a la reparación de las víctimas. No solo mediante el reconocimiento, también contempla que se puedan adoptar medidas para mejorar la calidad de vida, es decir, mejorando las condiciones del sistema de la salud en esas zonas afectadas por el conflicto armado en el país.

Si desea leer el informe completo haga click aquí.

La Comisión de la Verdad y el enfoque de género

Entender la complejidad de los hechos violentos asociados al conflicto armado en Colombia no es tarea fácil. Se debe hacer un análisis minucioso de contexto de la trayectoria de los conflictos sociales, políticos y armados, para así mismo darle el sentido al evento específico enfocado en cada caso. Esto aporta a las víctimas, y a la sociedad colombiana en general, la memoria de las dinámicas orientaciones e impactos de las violencias vividas en los distintos territorios.

Los actos violentos comprenden masacres, desplazamientos y desapariciones forzadas y de violencia sexual y reproductiva, que es el tema que nos reúne en este artículo.

La violencia sexual y reproductiva contra mujeres es reconocida como crímen de guerra. En varios casos se asume que se escogía a las mujeres como repertorio central de los actos de violencia étnica, dadas las consecuencias desestructurantes que podía generar en la comunidad. Es difícil acceder a cifras exactas de las mujeres y niñas que sufrieron algún tipo de violencia sexual o reproductiva.

La Comisión afirmó que en su trabajo de género no encamina la investigación a buscar responsables individuales para judicializarlos, pues su función es de carácter extrajudicial; en vez de ello, busca determinar responsabilidades colectivas.

Tampoco se centra solamente en examinar los impactos de estas violencias, como tal vez lo haría la justicia, sino en buscar el porqué. Explican que su fin es esclarecer los patrones y las causas explicativas de las violencias basadas en género dentro del marco del conflicto armado.

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