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Estrenos de la Semana: Clandeskina Orquesta, Diana Tovar y más sorpresas

“Esmeralda”, Clandeskina Orquesta

“Esmeralda”, Clandeskina Orquesta

La historia de Clandeskina Orquesta ha sido escrita en las calles de Cali desde 2008, bien sea en el barrio Guayaquil donde nació la idea de retomar el sonido salsero de la ciudad en los años 70 o en San Cayetano, donde es reestructurada la agrupación bajo la dirección de David "Mamut" Gallego, pianista quien junto a sus integrantes, en su mayoría empíricos, ha logrado posicionarse en la exigente escena salsera caleña. Su primer sencillo, "Sonando el tambor", lanzado en 2011, logró los primeros lugares de preferencia. Y hoy, después de dos años de su segundo trabajo discográfico, titulado “Se fue el amor”, Clandeskina regresa con un cadencioso guaguancó, composición de Harold Aguirre en voz propia y de Leo Rodrigruez, con los arreglos de David Gallego.



“Caminito”, Diana Tovar

Nacida en Cartagena de Indias, la cantante y compositora Diana Tovar se define a sí misma como una “artista independiente con sabor a mar”. Además de su trayectoria musical, que comenzó en 2010, ha realizado investigaciones con cantadoras de bullerengue en el marco de los procesos de paz y la construcción de memoria. El presente sencillo hace parte de su producción sonora recién publicada “Canciones de mar y río” de la que ya hemos estrenados dos temas, y según su creadora, se trata de "una mezcla muy curiosa de bambuco con porro".

“Cien pesos de gas”, Sobrecallo de Colombia
Sobrecallo de Colombia es el curioso nombre artístico de Oscar Cardozi, exponente del bullerengue y la champeta en María la Baja, Bolívar. Desde hace años, Cardozi ha hecho parte del semillero de artistas apoyados por Laboratorios Vivos, programa de fortalecimiento de la escena cultural en el departamento, y gracias a ello se ha convertido en un experimentado creador de jingles comerciales para los negocios de su población. Después de sus simpáticas alegorías al celular de pantalla táctil en “Deo sobao” y al transporte interurbano con “La guagua”, Sobrecallo regresa con una champeta que alude de nuevo a la cotidianidad de su pueblo, esta vez alrededor de un combustible vital para la alimentación y la iluminación.

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