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Combate de Chorros Blancos, la batalla que impidió la segunda reconquista

Este hecho es conocido como la contienda que liberó al territorio antioqueño del poder de los realistas.

Por: Ana María Mesa

El Combate de Chorros Blancos ocurrido el 12 de febrero de 1820 y liderado por el Gobernador Militar de Antioquia, José María Córdova, es conocido como la contienda que liberó al territorio antioqueño del poder de los realistas, pero su alcance es mucho mayor, pues historiadores afirman que impidió la segunda reconquista de la Nueva Granada.

En esta oportunidad los realistas tenían prevista una comunicación entre el Virrey Juan Sámano que tenía sede en Cartagena, con Melchor Aymerich, presidente de Quito, para conseguir financiación para esta segunda reconquista, que pretendía ser una copia de la que había emprendido en 1815 el pacificador Pablo Morillo.

La ruta de la reconquista fue emprendida por los ejércitos realistas comandados por el Coronel Francisco de Paula Warleta, recorriendo una ruta distinta a la del pacificador: buscaba llegar desde la Costa Atlántica, subiendo por el Magdalena hasta el Atrato, atravesar territorio de la provincia de Antioquia para llegar a Popayán. Sin embargo, su recorrido fue interrumpido en Yarumal por el joven José María Córdova.

En ese entonces Córdova tenía 20 años cuando fue nombrado gobernador militar de Antioquia por Simón Bolívar, quien lo encargó de liberar su territorio de los realistas para, de esta manera, apoderarse del Bajo Magdalena y favorecer la liberación de Cartagena.

En esta campaña se encontraba cuando fue notificado del avance de las tropas de Warleta que contaba con 330 soldados y cuatro buques de guerra y que subían por el río Atrato hacia el interior de la provincia, donde fragmentó a sus tropas para avanzar.

Warleta continuó con 125 hombres hacia el alto de Boquerón, en Yarumal, donde fue interceptado por Córdova y el ejército de patriotas, que lo superaban en número aunque no en posición.

47 días antes, Córdova había caído de un caballo en unas festividades de Rionegro, donde residía, y había quedado seriamente lastimado, por lo que no podía montar a caballo ni ver muy bien. En esas condiciones, fue llevado a enfrentar al ejército realista en una silla de manos, desde donde comandó el combate.

“Al despuntar la mañana del 12 de febrero, Córdova, envió ‘directo a las alturas’, desde el caserío de Cañaveral los 100 hombres de la segunda compañía de la división de Antioquia al mando del capitán José Aguilar, con veinticinco jinetes de Casanare, por el camino de Yarumal. Entre tanto, él mismo, guiado por el baquiano Francisco Misas entre la espesura, daba un rodeo con los hombres restantes por el camino de Puentepiedra, para sorprender al enemigo por la retaguardia”, cuenta el historiador Humberto Barrera Orrego.

Los hechos fueron narrados por el mismo Córdova a través de su diario de campo:

“La división marchó directo a las alturas, que ocupaba Warleta con toda su fuerza: a las dos horas se oyeron ya algunos tiros a las descubierta, y se avanzó la segunda compañía, que formó la vanguardia a la división con veinticinco dragones que se le reunieron: sucesivamente iban tomando los puntos que el enemigo con unos cincuenta hombres del regimiento de León sostenía, pero reunido en el cerro más alto de Chorros Blancos a otro número igual, y viéndose favorecido por su situación tan ventajosa, quiso disputarnos el paso; así es que en menos de media hora, toda la vanguardia nuestra rompió el fuego e hizo retirar el enemigo hasta la mitad de la subida…”

En el combate cayeron cuatro oficiales españoles y cerca de 30 soldados venezolanos con sus fusiles. Warleta huyó rumbo a Cáceres y Córdova envió al capitán José Aguilar con la segunda compañía de cazadores en su búsqueda.

Luego de conquistada esta posición, el gobernador afianzó el terreno mandando a fusilar al alcalde realista de Yarumal y nombró en ese cargo a Francisco Misas, el guía durante el combate.

El Combate de Chorros Blancos, llamado así porque se libró cerca de la quebrada que lleva este nombre, fue decisivo no solamente porque despejó el territorio de Antioquia de la presencia de ejércitos realistas, sino porque afincó el terreno del Bajo Magdalena y blindó por el norte el territorio de la Nueva Granada.

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