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Vivir Quintana, la poderosa voz del himno feminista

Vivir Quintana es la voz detrás de la ‘Canción sin miedo’, esa que ahora resuena en todos los lugares donde las mujeres piden justicia.

Por: Olga Viviana Guerrero.

Vivir Quintana difícilmente olvidará aquel 7 de marzo en el Zócalo de Ciudad de México, cuando cantó por primera vez ‘Canción sin miedo’ ante miles de mujeres que celebraban su día internacional, al tiempo protestaban por los feminicidios ocurridos en la capital mejicana en los últimos meses.

Quintana, oriunda de Cohauila, había sido convocada por Mon Laferte, cantante y activista chilena, para componer una canción que uniera las voces de las mujeres y participar en el evento, que se celebraría en la magnética plaza del DF.

Y su voz resonó, acompañada Laferte y un coro de 40 mujeres pertenecientes al colectivo El Palomar, para convertir en himno contra los feminicidios esa poderosa canción cocida a retazos con historias de víctimas de violencia.

Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria
Soy la niña que subiste por la fuerza
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas
¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!

Así dice una de las estrófas de la ‘Canción sin miedo’, que no tardó en viralizarse en redes sociales, cantada por mujeres de diferentes nacionalidades, razas, credos y edades. Convirtiendo a Vivir Quintana en una especie de referente de la lucha de género en México, América Latina y el resto del mundo entero.

Vivir cuenta que este tema la ha conectado con las mujeres de toda América Latina, quienes le escriben y la llaman para contarle sus historias.

“Es lamentable que tengamos que aprender a vivir defendiéndonos, que tengamos que crecer con miedo”, dijo la cantadora, quien ahora recuerda en cada entrevista que Sandra, una de sus buenas amigas de universidad, murió víctima de feminicidio. “Me decía: ‘tú vas a cantar cuando yo me case’. Yo le dije: ‘vas a ver que sí’. Y terminé cantando en su funeral. Eso es lo más doloroso que he vivido”, relató Vivir.

Ahora que el confinamiento por la pandemia ha disparado las cifras aterradoras los indicadores de violencia contra la mujer y feminicidios, la cantadora está a punto de lanzar una nueva pieza musical en conjunto con el colectivo de mujeres holandés Snowapple. Quienes, enamoradas de su himno, le propusieron componer una canción sobre la violencia en tiempos del virus.

Foto: Cortesía.

“El 20 de noviembre habrá otro grito de auxilio para decir que la violencia sigue afectando a pesar de que estamos encerrados”, advirtió.

Vivir Quintana estaba a punto de iniciar una gira por América Latina -que incluía Colombia- cuando empezaron a implementarse las medidas para contener la propagación del Covid-19, y no pudo efectuarla.

Desde entonces ha estado confinada en el DF, y aunque confiesa que le sorprenden las calles desoladas, dice que ha tenido unos meses muy productivos trabajando en un proyecto de corridos mejicanos que narra historias de mujeres privadas de la libertad por haberse defendido de sus agresores.

Vivir, Viviana Monserrat Quintana, creció en el seno de una familia feliz. Hija de padres maestros que entendían el enfoque de género y que por igual le enseñaban a ella y a sus dos hermanos hombres a lavar platos, planchar camisas y a subirse a los árboles o untarse de lodo. Solo más tarde vino a entender que, en efecto, hay creencias que se heredan a través de generaciones, al recordar la historia su abuela Viviana que quería ser cantante pero no la dejaron porque “eso era cosa de hombres y de mujeres perdidas”.

Entonces decidió darle un vuelco al legado familiar: se cambió el nombre por Vivir, para “honrar la lucha que ella dieron a su manera”, dejó la escuela donde era maestra como sus padres, y se dedicó por completo a hacer canciones.

“A partir de ahí comenzaron a florecer muchas cosas y aquí sigo tratando de llevar mis canciones a más lados, sabiendo que a pesar de ser mujer puedo vivir de la música, denunciar con la música, y también honrar de alguna manera a las que ya no están”, contó Vivir Quintana.

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