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Arte para transformar y reconciliar

Mujeres, hombres mayores, jóvenes en escena y cientos de espectadores, esa fue la apertura a la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, a través de la cual víctimas del conflicto se unen para hacer una oda a la reconciliación y al perdón por medio del arte.

Victus fue la puesta en escena encargada de recibir en la capital colombiana a los 31 premios Nobel de paz que se reunieron para reflexionar sobre la construcción de paz. Se trata de una propuesta solemne, que desde su apertura hasta su final, penetra en la fibras del espectador, teniendo en cuenta que el pasado violento marcó sus vidas pero que el arte los libera a través de la generación de cultura y memoria.

"Pasa la cinta blanca" recitaban los artistas mientras progresivamente cientos y cientos de metros de una tela blanca hacían partícipes a los espectadores; con sus manos levantadas, el público pasaba esta cinta mientras venia cómo se construía colectivamente una inmensa red que reflejaba la unión y la hermandad.

Casa E es la compañía encargada de llevar esta puesta en escena, y en cabeza de la actriz Alejandra Borrero, estos casi 30 artistas buscaron un espacio de perdón y resiliencia.

Foto: Cortesía Casa Ensamble

"Lo que queríamos transmitir a los asistentes de esta inauguración, es que las víctimas son portadoras de cultura y paz. Es un ejercicio de mostrar cómo la cultura transforma", explicó Adriana Padilla, directora de Industrias Creativas de la Cámara de Comercio de Bogotá y organizadora de la parte cultural de la cumbre.

"Como bien lo dijo el presidente Óscar Arias (Costa Rica), Colombia está en la primavera de la esperanza", y lo que se buscó con esta muestra es hacer un llamado para pasar la página, hablar de paz y ver que si es posible abrazarse entre víctimas y victimarios tejiendo paz.

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