San Lorenzo, tierra de vientos y montañas
Por: Ingrid Clarena García.
Ubicado a 66 kilómetros de Pasto, con una extensión de 249 km² es el lugar donde convergen las tres cordilleras colombianas, así como grandes depresiones interandinas, que pueden apreciarse a lo largo del recorrido que se realiza por vía terrestre.
Con una temperatura que oscila entre los 14°C y 25°C, es el lugar ideal para el veraneo y la apreciación de cultivos de café y caña de azúcar. Su población de más de 20.000 habitantes, cuyo gentilicio es ‘lorenceño’, se dedica a la agricultura.
Don Jesús Viveros, caficultor de San Lorenzo, afirma que en promedio el 70 % de la población cultiva café en sus variedades Castilla y Colombia. La producción se divide en café convencional y café especial, este último representando un 30 % de la producción total.
En panela, según el Esquema de Ordenamiento Territorial del municipio, existen más de 170 hectáreas de caña y en promedio 77 productores, quienes comercializan el 95 % de la producción obtenida.
Esta localidad fue fundada por don Juan Lorenzo Gómez y debe su nombre a San Lorenzo Mártir, patrono de los bibliotecarios. Su fiesta tradicional se celebra el 10 de agosto.
Según el portal de la alcaldía de San Lorenzo, sus primeros pobladores debieron pertenecer a la cultura Quillasinga. Esta ocupó gran parte del territorio nariñense y su actividad económica era la ‘Mindala’, como se conoce entre los indígenas.
Nikandro Ortiz, historiador y lorenceño, aseguró que a finales de 1886, San Lorenzo se erigió como municipio, en cumplimiento a una ordenanza emanada por la Corporación Municipal de Pasto, el 19 de enero de ese año.
Este municipio ha tenido dos himnos y recientemente fue renovado su escudo y bandera, aprobados oficialmente hace menos de un año, el 30 de agosto de 2017, cuyo diseño y descripción son autoría de Nikandro Ortiz. Quien quiso resaltar la riqueza paisajística, hídrica, cultural y religiosa de esta localidad.
Los lorenceños poseen gran talento para la música, no en vano es la cuna de Hugo Realpe Pantoja, ‘El Poeta del requinto’, quien según Laureano Ojeda, coordinador de cultura, interpretaba el acordeón, piano, tiple, bandola y guitarra. Era experto en el requinto y conformó en Pasto, el Trio Singular.
Las fiestas tradicionales y religiosas son un referente turístico en Nariño, la más importante se celebra del primero al diez de agosto, en honor al mártir San Lorenzo.
Actualmente se reparte en dos periodos. El primero es netamente religioso, acompañado de actividades culturales, recreativas y deportivas. El segundo se celebra una semana después y son las fiestas tradicionales del pueblo, donde la alcaldía y las juntas de acción comunal, convocan artistas, orquestas y realizan la famosa carrera de bueyes.
“Los bueyes son de algunas familias que ya son reconocidas, y los han entrenado de generación en generación. En las fiestas, un señor hace de jinete y empiezan a correr los bueyes por las calles de la población”, aseguró Dayra Rosero, lorenceña.
El libro San Lorenzo, tierra y folclor, da cuenta además del arte rupestre especial, con los petroglifos de ‘El colegio’ y ‘La Cañada’, cuyos diseños grabados van desde soles circulares y radiados, hasta figuras antropomorfas, el rectángulo con diagonales y el mono de cola antorchada.
“A cien metros de lo que hoy es el Parque Libertad, hay una piedra de gran tamaño que presenta varios grabados de antiquísima realización, y de gran valor antropológico y cultural. Así mismo, han sido encontradas muchas ollas de barros y guacas con objetos de valor, y esqueletos en su mayor parte destruidos”, agregó Dayra Rosero.
San Lorenzo, también es conocido como un municipio de paz y tranquilidad. Luis Fernando Moreno, secretario de Gobierno, afirmó que si bien no vivieron de lleno el rigor del conflicto, si fue el lugar por donde hacían tránsito los grupos armados ilegales, dadas las condiciones geográficas y los límites con el departamento del Putumayo.
Sin embargo, aún en épocas de conflicto, los lorenceños les abrieron las puertas a las más de 2.000 familias que llegaron en condición de desplazamiento, buscando en esta localidad alternativas para reconstruir sus vidas.
Así entonces, San Lorenzo, tierra de vientos y montañas, como la llamó, Nikandro Ortiz en una publicación, es la tierra de todos, pues como versa el refrán popular de los lorenceños:
“El que llega a San Lorenzo se queda, y si se va, regresa”
