Denuncian incumplimientos de Parques Nacionales en la Serranía de los Yariguíes
Por: Angélica Blanco Ríos. @RadNalSantander
Sirlena Rodríguez dejó parte de su vida en el bosque del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes, lugar ubicado en Santander y el que se considera como el ecosistema boscoso más conservado y de mayor proporción del departamento.
Alejado de mucho, escondido entre siete municipios, habitado por 900 especies de plantas, 500 de aves, 82 de mamíferos, 60 de reptiles y 23 de peces, ha acogido a pocas comunidades a lo largo de su historia y de su extensión, que abarca páramos, bosques andinos, subandinos y selvas húmedas.
Rodríguez cuenta que desde siempre ha vivido junto a su familia, en una de éstas que ‘baña’ a los ríos Suárez, Sogamoso, Opón y que surte de agua a 19 acueductos municipales del nororiente de Colombia.
Fue en el 2005, fecha en la que declararon esta zona como Parque Nacional, cuando sus vidas pasaron por todos los escenarios, pero el más preocupante fue la crisis económica que dejó la venta de su hogar.
Dice que cuando vendió uno de sus terrenos a Parques Nacionales Naturales de Colombia perdió algo que aún no recupera:
“No fui la única. En esa fecha nos buscaron a cerca de 34 familias, todas habitantes de varios terrenos de por acá y nos prometieron la compra de los predios a $10 millones por hectárea. Nos convencieron y enviaban cartas explicando que nos iba a ir mejor afuera y que tendríamos un futuro mejor, pero no todo resultó como lo pintaban. A uno $10 millones no le alcanzan para volver a empezar”, cuenta.
A Sirlena le compraron 60 mil metros cuadrados (6 hectáreas) en $18 millones “y eso no me alcanzó ni para irnos, porque teníamos una deuda y nos tocó saldarla. Al poco tiempo tuvimos que regresar a otro pedazo de tierra que teníamos y desde entonces nos sentimos psicológicamente afectados, porque no nos hemos recuperado, pero hay peores casos, pues familias enteras también creyeron en las promesas de compra, pero no a todos les pagaron. Abandonaron sus viviendas y cuando regresaron todo estaba deteriorado. Hoy no tienen ni para comer y como es una zona muy protegida no pueden ni cultivar”, explica.
Una de ellas fue Rubiela Avellaneda Centeno, una de sus vecinas, que asegura que Parques Nacionales Naturales de Colombia prometió comprarle y los entonces negociadores le pidieron que dejaran quieto el terreno y “nos fuimos. Al tiempo nos tocó regresar y lo más triste es que al hacerlo encontramos todo acabado, porque cuando a la tierra no se le cuida, se deteriora y nos quedamos a la espera de la supuesta compra”, detalla
¿Qué responde Parques Nacionales sobre las denuncias de los campesinos?
Según Fabio Villamizar Durán, director de la Territorial Andes Nororientales de Parques Nacionales Naturales de Colombia, a la fecha han comprado 3 mil 500 hectáreas que equivalen a 54 predios, pero aún faltan 50 más para lograr la meta de tener 104 a disposición de este proyecto que inició hace 25 años (en 1993).
“Sin embargo, tenemos que decir que Parques Nacionales ha hecho todo legal, tal y como lo ordena el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac), que es la autoridad encargada de realizar los avalúos en áreas protegidas como lo ordena la ley y aunque hay familias que no han querido trabajar con nosotros, así que seguimos insistiendo, porque nuestra prioridad es la conservación del parque”, asegura.
Sin embargo, las comunidades detallan lo contrario y explican que están a la espera de que el director Villamizar Durán los visite para seguir conciliando con las 10 familias que actualmente denuncian que aunque el medio ambiente para el mundo sea una prioridad, los derechos de los “seres humanos también lo son y queremos tener garantías, obtener apoyos, porque dejarlo todo un día nos costó nuestra tranquilidad. Muchos tenemos deudas, necesitamos apoyo psicológico y no una presión”, añade Sirlena Rodríguez.
La otra cara del Parque Nacional Natural Serranía de Los Yariguíes: la deforestación
Este ecosistema además de generar polémica por cómo se han visto afectadas las comunidades que lo habitan, también ha sido víctima del ‘Cartel de la madera’, banda que habría causado un grave e incalculable daño ambiental del que nadie habla: a inicios de 2018 “se llegó a descubrir que en Santander estaban deforestando zonas de la Serranía de Los Yariguíes a través de la utilización de guías de movilización alteradas, logrando la apropiación ilegal de 851 metros cúbicos mensuales de madera, que eran comercializados a nivel nacional por un valor entre los 700 y 800 millones de pesos”, según información de la Fiscalía General de la Nación.
Lo grave del caso es que dentro de las detenciones que se hicieron en ocho territorios de Colombia, la mayoría eran funcionarios de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), motivo por el que la Mesa de Bosques de Santander (MBS) pide respeto y cuidado en esta zona del país, porque en este departamento “se han perdido en los últimos 20 años 225 mil hectáreas de bosques nativos y tenemos 892 mil, lo que quiere decir que el hombre ha arrasado con una cuarta parte de las especies vegetales”, concluye Iván Darío Porras, vocero de la MBS.
