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Popayán quiere convertirse en escena de la cultura gastronómica nacional

Después de 17 años celebrando el Congreso Gastronómico de Popayán, la ciudad y el panorama alimenticio de nuestro país han cambiado.

Por: Carmen Mandinga

En sus inicios, el Congreso Gastronómico de Popayán se celebraba en distintos recintos cerrados de la ciudad, donde los asistentes disfrutaban tanto de ponencias como de muestras y degustaciones. En la actualidad, incluyen a miles de visitantes que recorren el parque Caldas en busca de algún plato colombiano para probar, o un nuevo aprendizaje en la tarima del saber.

El chef antioqueño Álvaro Molina está asistiendo desde hace 8 años, siempre como invitado, y hasta ha sido honrado con el premio Vida y Obra. Ha visto la evolución del fenómeno gastronómico colombiana y considera que “por fin Colombia se está entendiendo como país y aceptando que, para convertirse en destino gastronómico, hay que hacerlo con cocina colombiana, no ofreciendo platos de otros países”.

Foto: Corporación Gastronómica de Popayán

Para este cocinero experto en chicharrón, lo más importante del evento no es lo que pasa en las aulas, sino lo que pasa en el Parque Caldas, donde se puede experimentar la cocina tradicional de las manos de sus “portadores de tradición”, que es el título honorífico con el que la Corporación Gastronómica ha decidido honrarlos, una vez demuestran las aptitudes para hacerse merecedores de un puesto en este espacio.

Vale la pena aclarar que los organizadores otorgan estos puestos sin costo alguno, una vez los cocineros han pasado por procesos en los que demuestran la calidad de sus productos, garantizando así que los asistentes accedan con un precio más que razonable a los productos directamente de las manos de sus mejores exponentes.

Luis Vidal, antropólogo, estudioso de la cultura alimentaria, ha asistido por nueve años consecutivos y ha percibido cómo este evento ha cambiado a la ciudad misma, pues su crecimiento ha hecho que la programación se haya extendido por más días, congregando, por supuesto, a más asistentes.

Foto: Corporación Gastronómica de Popayán

“Por ser Popayán tan pequeño, desde que llegas sabes que estás en el congreso. Después de la Semana Santa, este es el acontecimiento más importante de la ciudad, cada vez hay más acentos, se escuchan personas de todas partes del país, y de otros países”, afirma Vidal.

Al ver este crecimiento se tiene la sensación de que el Congreso Gastronómico se ha tomado a la ciudad, pero al parecer, también se empieza a tomar el país. Molina afirma emocionado que “en Popayán se han dedicado a descubrir cocineros que de verdad portan la bandera de la cocina colombiana. Porque nuestra cocina no está en el Parque de la 93 de Bogotá, está en los puesticos, los caspetes y las chazas”.

Agrega que es triste la ausencia de representantes de la capital en estos eventos regionales, pues éste en específico ha sido un modelo a seguir para otras ciudades que ahora fomentan actividades inspiradas en el mismo.

Foto: Carmen Mandinga

Para Vidal, este acontecimiento puso en la escena nacional la cultura gastronómica, lo que se ha sumado a la proliferación de escuelas de cocina, que además tienen su punto de encuentro en el congreso que es, además, una oportunidad para que los futuros cocineros se inspiren, conozcan referentes en el oficio, aprendan sobre el estado del sector en las otras ciudades y a la vez den a conocer su trabajo.

En realidad, Popayán se ha convertido en un ejemplo para todo el país, aquí se ha empezado a comprender el valor de la cocina tradicional. Es indiscutible que en ningún otro evento se ha despertado tanta curiosidad y emoción a través de la comida.

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