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Cancillería responde con firmeza a Trump y rechaza cualquier insinuación de acción militar

La entidad recordó que Colombia no acepta amenazas militares y reiteró que la cooperación antidrogas debe basarse en diálogo, corresponsabilidad y respeto mutuo.
Cancillería rechaza insinuación de Donald Trump sobre acción militar
Cancillería
Jhon Arias

A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó que recibe “con gran preocupación” las amenazas del presidente Donald Trump contra Colombia y las enmarcó como una advertencia que toca directamente la dignidad del pueblo colombiano, la integridad del territorio y los principios básicos del derecho internacional. La Cancillería habló “en nombre del pueblo colombiano y como expresión de la más profunda convicción democrática”, elevando la respuesta a nivel de posición de Estado.

Con este pronunciamiento, Colombia deja claro que la cooperación en materia de drogas no puede traducirse en carta blanca para operaciones militares extranjeras ni reactivar lógicas de intervención que América Latina ha cuestionado durante décadas.

¿Soberanía y derecho internacional como líneas rojas?

El comunicado reafirma que Colombia mantiene un compromiso sostenido con la paz, la soberanía nacional y el respeto al derecho internacional, y enfatiza que el país, “como parte de la región latinoamericana y caribeña, rechaza cualquier amenaza de agresión externa que vulnere la dignidad, la integridad del territorio y la soberanía del pueblo colombiano”.

La respuesta no se limita a un matiz diplomático. Al mencionar de forma directa la posibilidad de “acciones militares” contra Colombia, el texto fija una línea roja frente a cualquier intento de trasladar la lógica de la guerra contra las drogas al terreno de la intervención armada. La Cancillería coloca el tema en el plano de las relaciones entre Estados y recuerda que los desacuerdos en política antidrogas deben resolverse en el marco del derecho internacional y los mecanismos multilaterales, no mediante amenazas de fuerza.

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¿Lucha contra el narcotráfico con enfoque de derechos?

El Gobierno colombiano insiste en que el país no ha renunciado a combatir el narcotráfico. Por el contrario, subraya un “indeclinable compromiso de la lucha contra el narcotráfico”, pero bajo un enfoque que se distancia del esquema puramente militar.

Según el comunicado, Colombia aborda el problema “de manera integral, equilibrada, multidisciplinaria y con base en evidencias”, con respeto estricto por los derechos humanos y las libertades fundamentales, y bajo el principio de responsabilidad común y compartida. Esto implica una corresponsabilidad que involucra tanto a países productores como a países consumidores y a los eslabones financieros del negocio ilícito.

La Cancillería pone sobre la mesa las tensiones que el sistema internacional de fiscalización de drogas genera al cruzarse con la salud pública, el medioambiente, los enfoques de género y la protección de poblaciones vulnerables. El comunicado menciona expresamente a pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y campesinas, reconociendo que estos territorios han sufrido con más dureza las fumigaciones, la violencia asociada al narcotráfico y las fallas en la política pública.

¿Un llamado a unidad latinoamericana frente a amenazas externas?

Además de responder a Washington, Colombia envía un mensaje a la región. El Ministerio de Relaciones Exteriores hace “un llamado urgente a la fraternidad entre América Latina y el Caribe para que, como pueblos hermanos latinoamericanos, prevalezca la unión ante cualquier intento de intervención externa que pretenda socavar la soberanía”.


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El énfasis en la fraternidad latinoamericana y caribeña reafirma que el Gobierno no lee la advertencia de Trump solo como un episodio bilateral, sino como un riesgo que podría extenderse a otros países de la región bajo el mismo argumento del combate al narcotráfico. La invitación es a que los Estados de América Latina discutan su propio modelo de cooperación en drogas desde la soberanía y el respeto mutuo, y no desde la imposición unilateral.

El comunicado cierra con la frase: “Colombia es un pueblo con raíces profundas que construye un futuro de prosperidad y tranquilidad para toda la región”. La Cancillería presenta así la defensa de la soberanía no solo como una reacción coyuntural, sino como parte de una visión de país, dispuesto a cooperar contra el narcotráfico, pero no a aceptar el intervencionismo ni la sumisión.

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