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Guillermo Valencia, el gran forjador de atletas en el Chocó

Aunque perdió la batalla contra el Covid-19, su legado en el deporte chocoano será recordado por todos quienes estuvieron bajo su batuta.
Foto: cortesía

Gilmar Mayo, Lewis Asprilla, Felipa Palacios, Clara Córdoba, Jennifer Padilla, son algunos de los nombres que fueron forjados y hacen parte del legado para el atletismo del Chocó y Colombia que dejó Guillermo Valencia, quien por más de tres décadas le dedicó su trabajo al deporte. El pasado 6 de mayo perdió la batalla contra el Covid-19.

Guillermo Valencia Jiménez fue un chocoano que amó y quiso a su tierra. En su época de juventud fue un deportista destacado en el fútbol, fue arquero del colegio Carrasquilla y la Selección del Chocó, su plasticidad en el arco permitió que le pusieran el remoquete de “culebrón”, como cariñosamente se le conoció hasta el último día de su vida.

En su etapa profesional, Guillermo se licenció en Educación Física y trabajó como profesor en el colegio Carrasquilla en Quibdó. Por una figura que existía por allá en los años 70, donde se nombraba a maestros en comisión, Guillermo fue asignado a Coldeportes como entrenador de atletismo, muchos buscaban el fútbol, el baloncesto y otros deportes, pero el atletismo no era muy apetecido. Por tal razón, él se ofreció y quiso ser entrenador de atletismo después de haberlo practicado en su juventud.

Como entrenador, Guillermo fue un hombre muy recursivo ante la falta de apoyo, se las ingeniaba para construir implementos de jabalina con varas de chonta, pesas artesanales. No se varaba. Siempre estaba ideando la manera de preparar a todos los que tuviera bajo su orientación. Pero más allá de ser entrenador, Guillermo también tenía una condición paternalista pues guardaba un profundo amor hacia sus alumnos.

Es importante recordar que en el Chocó el atletismo lo practican los muchachos, los jóvenes de estrato 1, personas de escasos recursos muy humilde que en ocasiones entrenar con el estómago vacío; él siempre se preocupó por tratar de suplir esas necesidades, buscaba a sus amistades. Como un hombre serio que todo el tiempo lo veían trabajando, concitaba mucho apoyo y conseguía uniformes, algunos estipendios en moneda, otras veces en físico, comida para darle a los muchachos, se preocupaba porque los deportistas estudiaran, era acudiente muchas veces de ellos.

Posteriormente luchaba para conseguirles trabajo y ubicarlos. Era un formador para la vida.

Atletas como Felipa Palacios, Clara Córdoba, Jennifer Padilla, Martina Valoyes, entre otras, quienes representaron en varias oportunidades al país en certámenes internacionales, fueron preparadas y edificadas por Guillermo Valencia y hoy son profesionales en otro campo de la vida. Lo consideraban como un padre o un abuelo como solían sentirlo cada uno de quienes pasaron por su mano.

Ana Pilar Ramírez, una de esas veteranas atletas, recordó las expresiones que siempre le dijo su orientador.

“Ustedes son los mejores del mundo siempre y cuando dispongan de su voluntad para trabajar, esto no es fácil, pero si tienen la voluntad para hacerlo, van a triunfar”, decía Guillermo.

En cuanto a logros, el orientador fue fundamental para la obtención del registro de Gilmar Mayo, quien posee la mejor marca (25 años de vigencia) de salto alto del área suramericana y el país con 237, y a quien acompañó en varios campeonatos mundiales del deporte base.

Otros logros destacados fueron los obtenidos por Felipa Palacios, quien varias ocasiones se consagró campeona en las pruebas de 100 y 200 metros a nivel continental, además de integrar las postas de 4x100 y 4x400 de Colombia en varios Olímpicos. A ello se le suman los logros de Jennifer Padilla quien es la única atleta del país que ha logrado ser campeona panamericana en la categoría juvenil y mayores en la prueba de 400 metros.

Guillermo Valencia condujo, además, el representativo de la Universidad del Chocó en distintos torneos universitarios nacionales e internacionales y en donde siempre fue protagonista de primer orden.

La ceremonia de su despedida se llevó a cabo en la pista del

aeroparque de Quibdó, en donde por muchos años formó guió y condujo a un centenar de deportistas, no solo en la actividad física, sino integralmente, acompañado del cariño de quienes siempre le vieron como el gran maestro y orientador de jóvenes y niños.

Por las razones anteriores, desde el Comité Olímpico Colombiano, en cabeza de su presidente Ciro Solano, han solicitado que el estadio de atletismo del Chocó lleve el nombre de Guillermo Valencia Jiménez, como el mejor homenaje para este forjador de atletas.

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