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Jaguar y el oso de anteojos, especies endémicas que merecen ser protegidas

Cómo lograr concientizar a las comunidades de la importancia de conservar estas especies y garantizar el ecosistema donde ellas regularmente habitan.
Jaguar y el oso de anteojos: cuidados y características en Tolima
Foto: Pixabay
Jesús Díaz

El oso de anteojos y el jaguar en Colombia tienen presencia en los ramales de la cordillera de los Andes, con capacidad de adaptarse a muchos ambientes. En el caso del oso de anteojos su hábitat es más hacia los bosques alto andinos, páramos; mientras que, el jaguar se distribuye en zonas más bajas, en bosques húmedos tropicales.

Ambos poseen una especialización de ecosistemas diferentes, adaptándose en lugares con bastante alimentación y vegetación para esconderse. En conclusión, al oso le gusta el frío en los páramos y al jaguar el calor en los bosques húmedos.

Jaguar y el Oso de anteojos:

El oso de anteojos se alimenta de vegetales y es por naturaleza un excelente dispersor de semillas tanto las que pasan por su tracto digestivo como las que dispersa sin comerlas. Sin embargo, algunos investigadores afirman que no son predadores, sin desconocer que en ocasiones se alimentan de carne o carroña, lo que ha constituido una especie de dudas en su dieta, ya que campesinos han asegurado ser testigos de ataques al ganado para alimentarse. Cosa distinta ocurre con el jaguar que sí es depredador, cazando cualquier animal que se cruce en su camino.

En muchos de los casos, los sobrados del jaguar los consume el oso de anteojos. Algo así como. Sin embargo, estas especies no representan un peligro para el ser humano, al contrario, el humano es su principal amenaza, ya sea por la deforestación de su hábitat, por la comercialización de madera, la tala indiscriminada de bosque para cultivos o la ganadería extensiva.

Según la bióloga Karen Andrea Páez Quintero, de la subdirección ambiental de Cortolima, el oso de anteojos se distribuye en 13 municipios del Tolima, dato que se ha logrado gracias a cámaras trampas y avistamientos informados por la comunidad. 

En municipios de Villarrica y Dolores en el Tolima, muy cerca al parque natural de Galilea el oso de anteojos comparte hábitat con el jaguar sin ningún tipo de conflictos y rivalidad marcada.

“Las crisis con las especies en peligro de extinción, como el oso de anteojos y el jaguar, son crisis humanas y deben resolverse recuperando la reverencia por la naturaleza, el respeto y la compasión con todos los seres vivos, garantizando así una sana convivencia entre la especie y las comunidades”, explica William Leiton, de la organización ambiental en el oriente del Tolima ‘El último bosque’.

Jaguar y el Oso de anteojos:

Cortolima, a través de la Subdirección de Planificación Ambiental y Desarrollo Sostenible y el Procedimiento de Gestión Integral, dio a conocer la estrategia de conservación de estas especies para el Tolima, que se ha construido de la mano de las comunidades, guías de montaña y pobladores locales, que por medio del intercambio de saberes brindan insumos y apoyo para la conservación de la especie.

Además, el oso de anteojos es dispersor de semillas, lo que contribuye al mantenimiento y recuperación de los bosques cumpliendo un papel importante dentro de la cadena trófica. Representa un elemento de valor cultural y natural al ser llamado por los pueblos andinos y selváticos como el “Jardinero del Bosque”, su destrucción conlleva a la pérdida de diversos valores culturales y ancestrales.

Para la corporación ambiental del Tolima, el oso de anteojos y el jaguar a pesar de ser especies con un carácter diferente tienen un gran arraigo en muchas culturas, desde los indígenas ancestrales con sus mitos, leyendas, pictogramas y petroglifos donde son los protagonistas. 

Esta tendencia se ha mantenido hasta las culturas modernas que mantienen personajes de osos y jaguares antropomorfizados en cuentos, programas de televisión, cine, tatuajes y diversas representaciones artísticas.

Y con este panorama claro, han venido realizando talleres participativos con comunidades rurales identificadas por reporte y registro de avistamiento de estas especies, donde se priorizaron municipios por representación de las regiones del departamento, así́ en: Murillo – (Norte), Anzoátegui, Cajamarca, Ibagué – (Centro), Planadas, Chaparral, Roncesvalles– (Sur) e Icononzo (Oriente).

Jaguar y el Oso de anteojos:

“Este es un trabajo de todos, vamos y les enseñamos a cómo identificar las especies, toma de huellas, tamaños y formas, registros y temas de prevención. Las comunidades rurales tienen la particularidad de enviar a los niños solos a las escuelas por los caminos y para esto la corporación ha venido acompañando el proceso con la entrega de implementos para ahuyentarlos entre otros temas de prevención como hacer ruido y en los desplazamientos evitar estar solo”, afirmó la bióloga Karen Páez.  

Mientras la institucionalidad logra concientizar a las comunidades de la importancia de conservar estas especies y garantizar el ecosistema donde ellas regularmente habitan, evitemos al máximo hacerles daño, permitamos su tránsito y recordemos que los humanos somos los que estamos invadiendo su territorio.

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