Bolsonaro señalado por liderar un plan para asesinar a Lula da Silva y dar un golpe de Estado
El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, afirmó este martes 9 de septiembre que el expresidente Jair Bolsonaro lideró una organización criminal con el objetivo de consumar un golpe de Estado y perpetuarse en el poder tras perder las elecciones de 2022.
De acuerdo con el magistrado, el complot bautizado como “Puñal verde y amarillo”, contemplaba incluso el asesinato del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de su vicepresidente Geraldo Alckmin y del propio Moraes, quien en ese momento presidía el Tribunal Superior Electoral, entidad encargada de supervisar las elecciones en Brasil.
La investigación señala que el plan habría operado entre mediados de 2021 y el 8 de enero de 2023, día en que miles de seguidores de Bolsonaro invadieron y vandalizaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en Brasilia, en un intento de intervención militar contra el nuevo Gobierno de Lula.
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El general retirado Mário Fernandes, quien trabajó en la Secretaría General de la Presidencia durante el mandato de Bolsonaro, confesó haber redactado el plan. Según la Fiscalía, el documento fue impreso en dependencias oficiales y contó con el conocimiento y aval del entonces jefe de Estado. Además, las pesquisas indican que participaron al menos seis militares de fuerzas especiales, quienes habrían evaluado opciones como atentados armados y envenenamientos.
El juez De Moraes sostuvo que la supuesta organización actuó de manera “permanente, jerarquizada y con división de tareas”, ejecutando distintos actos destinados a “consumar un golpe de Estado”.
Bolsonaro y siete de sus colaboradores enfrentan actualmente cargos por cinco delitos graves, entre ellos intento de golpe, organización criminal armada y daño al patrimonio público. De ser hallados culpables, podrían enfrentar penas de hasta 40 años de prisión.
El proceso judicial, que ya entró en fase de deliberaciones, podría tener sentencia en los próximos días, lo que marcaría un hito en la historia política reciente de Brasil.