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Margaret Thatcher, la dama de hierro del neoliberalismo

En plena Guerra Fría, la primera ministra puso un sello especial de intransigencia que venía de su anticomunismo radical.
Margaret Thatcher, la dama de hierro del neoliberalismo
Foto: JOHNNY EGGITT / AFP
Ana María Lara

Fue la primera mujer en llegar al cargo de primera ministra en Gran Bretaña -país donde todavía existe la monarquía- en aquel momento en manos de la reina Isabel II recientemente fallecida. Margaret Thatcher (1925-2013) duró más tiempo en su cargo que cualquier otro primer ministro inglés (1979-1990).

Thatcher se inscribe en la línea del modelo neoliberal triunfante. Ella y Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos entre 1981 y 1989, conformaron una dupla que promovió una agenda económica y política con el mercado como eje de la economía, la desregulación, la mal llamada flexibilización laboral y la desaparición de funciones sociales del Estado.

En plena Guerra Fría, la primera ministra puso un sello especial de intransigencia que venía de su anticomunismo radical, al que se debe el apodo de “dama de hierro” que le dio la revista Estrella Roja, órgano periodístico del Ministerio de Defensa soviético.

Nació en 1925 en Grantham, pequeña ciudad del norte de Inglaterra, hija de una modista y de un tendero que llegó en 1945 a ser alcalde de su ciudad y pregonaba como valores esenciales el ahorro y el mérito.

Hizo estudios de química becada en Oxford, luego en derecho. Se lanzó a la política como candidata a diputada en 1950, sin éxito. Pero, más tarde, en 1959 fue elegida al Parlamento. Fue ministra de Educación y Ciencias entre 1970 y 1971. A partir de 1975 dirigió el Partido Conservador y en 1979 llegó a ser primera ministra del país. Duró once años en el poder.

Durante su mandato, se vinieron abajo las conquistas sociales en salud y educación logradas desde finales del siglo XIX. Se enfrentó a los sindicatos, especialmente a los mineros, en 1984 y 1985.Thatcher pretendía cerrar varias minas e iban a quedar cesantes más de 170.000 trabajadores. Estos, que tenían poderosos sindicatos, habían llevado a cabo movimientos exitosos, especialmente en 1974 cuando hicieron caer al primer ministro, con nuevas elecciones que dieron la victoria al Partido Laborista.


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Foto: STEVE WILKINSON / AFP

Pero en 1984, Margaret Thatcher declaró la huelga ilegal y a pesar de la solidaridad nacional de algunos sindicatos y de la población inglesa, incluyendo sus minorías y de la solidaridad internacional de otros mineros, estos y sus familias fueron vencidos por el hambre y el frío, hasta que en marzo de 1985 cesó la huelga.

Margaret Thatcher privatizó el sector del petróleo, del gas y del transporte, incluso aéreo, y desreguló las operaciones de la Bolsa. En suma, dirigió un gobierno de corte neoliberal que fue provechoso para el capital y nefasto para los trabajadores.

Fue intransigente frente al Ejército Republicano Irlandés (IRA), organización que luchaba por la independencia y la reunificación de Irlanda, y que se caracterizó por el uso de bombas y atentados, uno de ellos contra la misma Thatcher. Cuando se dio la huelga de hambre de militantes de la organización, en 1981, la primera ministra prefirió que llegaran a la muerte antes que negociar; entre ellos estaba Bobby Sands, quien estando en prisión fue elegido diputado en el parlamento británico.

En la política exterior, prefirió la relación con los Estados Unidos que con la Comunidad Europea de la que hacía parte Inglaterra. Con el presidente Ronald Reagan mantuvo una amistad personal y política, apoyando todas sus decisiones de política exterior.

La guerra de las Malvinas fue otro éxito de la primera ministra. En 1982, la dictadura militar que estaba en el poder, desde 1976 en Argentina, se estaba debilitando y los generales idearon el reclamo por soberanía de las islas Malvinas frente a Inglaterra, que tenía el control de las mismas. Esta era una manera de pedir apoyo popular a un gobierno ilegítimo que ya tenía encima miles de desaparecidos y un extenso prontuario de violaciones a los derechos humanos. Ocuparon militarmente la zona; la respuesta de Margaret Thatcher fue inmediata y fulminante. Mandó a 12.000 kilómetros de Inglaterra su poderosa flota naval y después de 74 días llegó la rendición de Argentina con un saldo de 649 argentinos y 255 británicos caídos en combate, a los que habría que agregar entre 100 y 300 soldados que se suicidaron, según las fuentes. Este conflicto fue determinante para la caída de la dictadura y también para asegurar el tercer mandato de Margaret Thatcher.

Thatcher tuvo que dimitir de su cargo en 1990, después de que su propio partido la desautorizara cuando quiso crear nuevos impuestos locales. Escribió ‘Los años de Downing Street’, un libro que reúne, a manera de memorias, los principales acontecimientos, personajes y reflexiones que atravesaron su trayectoria política. Aquejada por demencia senil, falleció a los 87 años en 2013.

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