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Seis años de las Emisoras de Paz: voces que sanan los territorios

Desde hace seis años, las Emisoras de Paz han llevado la voz de las comunidades a todo el país, sanando memorias, promoviendo la reconciliación y fortaleciendo el tejido social en los territorios más golpeados por el conflicto armado.
Se conmemoran seis años de las emisoras de paz de Radio Nacional de Colombia
Geraldine Zapata

Desde hace seis años, a través de Radio Nacional de Colombia, las Emisoras de Paz han sido mucho más que medios de comunicación, han sido puentes de reconciliación, espacios para sanar memorias heridas y escenarios donde la vida vuelve a narrarse con dignidad.

Con la entrada al aire de las últimas cuatro emisoras Agustín Codazzi (Cesar), Tierralta (Córdoba), Riosucio (Chocó) y Buenaventura (Valle del Cauca) en 2024, se completaron las 20 Emisoras de Paz, desplegadas en las regiones más afectadas por el conflicto armado. Estas emisoras les dan voz a comunidades que, durante décadas, fueron silenciadas y marginadas. Ahora, son ellas quienes cuentan, crean y reconstruyen desde sus propias palabras.

Las Emisoras de Paz nacieron como compromiso del punto 6.5 del Acuerdo Final de Paz entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla de las Farc. Pero su valor va más allá del cumplimiento de un acuerdo, son canales para el reencuentro, la memoria y la construcción colectiva en los territorios. 

“Las Emisoras de Paz son un ejercicio comunicativo que le devuelve a los territorios no solo la palabra, sino también el derecho a narrarse a sí mismos desde la esperanza, además las emisoras de paz tienen la responsabilidad de divulgar todo el tiempo los puntos del Acuerdo de Paz, porque finalmente los medios de comunicación ayudan a que nosotros los ciudadanos nos informemos en todos los puntos del acuerdo, pero también a que participemos como sociedad activa, porque la paz es un derecho, y al ser un derecho debe estar todo el tiempo en discusión y difusión”, afirmó Alejandro Ochoa, docente de periodismo de la Universidad de Antioquia.


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Territorios que hoy se escuchan

Las Emisoras de Paz están ubicadas en los municipios de Ituango Antioquia, Chaparral Tolima, Convención Norte de Santander, Mesetas Meta, Bojayá Chocó, San Jacinto Bolívar, Fundación Magdalena, Tumaco Nariño, Puerto Leguízamo Putumayo, Arauquita Arauca, Fonseca Guajira, El Tambo Cauca, Florida Valle, San Vicente del Caguán Caquetá, San José del Guaviare en el Guaviare, y las más recientes, Agustín Codazzi, Tierralta Córdoba, Riosucio Choco y Buenaventura.

Allí, la radio se ha convertido en voz para las víctimas, altavoz de los líderes sociales, canal para los firmantes de paz y plataforma para las comunidades rurales que durante años no tuvieron cómo ser escuchadas. Las Emisoras de Paz no solo están en el territorio, son del territorio, creadas con su acento, su ritmo y sus historias.

En municipios como Ituango, en el norte antioqueño, la emisora ha sido clave para la reconstrucción del tejido social. Danid Tapias, enlace de paz en el municipio, asegura que: “Esta emisora ha sido una herramienta para tejer confianza entre comunidades que antes estaban divididas por el miedo y el silencio”.

A través de ella se dialoga sobre la reforma rural, el retorno de las familias desplazadas, el trabajo de las mujeres campesinas y los proyectos de reconciliación. 

Son un espacio muy importante para la sociedad civil, porque nos ha posibilitado mostrar desde el terreno, desde los intereses de la comunidad que es lo que esta pasando; son emisoras que están pensadas para la construcción de paz, ya que hoy en el mundo la paz esta en peligro y desde ellas seguimos teniendo la esperanza y para construir una tierra tranquila donde podamos ser felices y aportarle a una comunicación desde las comunidades siempre será el camino”, agregó Danid Tapias. 

En el sur de Córdoba, Tierralta es uno de los nuevos hogares de las Emisoras de Paz. Su puesta en marcha abrió una puerta para visibilizar luchas históricas, defender los derechos humanos y fortalecer la identidad cultural de esta región.

“Las Emisoras de Paz para mí son un espacio de encuentro de la palabra viva, de la memoria y de la esperanza, es la voz de nuestras comunidades y los sueños que habitan nuestros territorios. A través de los micrófonos en este tiempo hemos podido contar diferentes historias, pero también sanar con la verdad, la emisora me inspira y me recuerda cada día que la paz se construye también con la voz”, manifestó Natalia Romero, periodista de la emisora de paz de Tierralta. 

Desde las ondas radiales, Tierralta cuenta hoy sus historias con orgullo: las de mujeres que lideran, jóvenes que crean, campesinos que resisten y comunidades que sueñan.

“La Emisora de Paz nos ayuda a reconciliarnos, para encontrarnos y expresar nuestras ideas hacia la paz, para mí es un espacio que nos ayuda a reparar nuestras fuerzas, pero también un espacio de dignificación a las víctimas y lo más importante es que nos ayuda a visibilizar esa cara hermosa que tiene Tierralta y que hoy las mujeres seguimos apostándole a la paz”. Yulieth Guzmán, Lideresa de Tierralta Córdoba. 

Tejiendo confianza desde la palabra

Además de promover la memoria y la participación, las Emisoras de Paz también cumplen un papel clave en la protección de la vida y el fortalecimiento de garantías de seguridad, especialmente en territorios donde persisten amenazas y disputas por el control social.

Para Yesid Zapata, defensor de Derechos Humanos de la Fundación Sumapaz en Antioquia, las emisoras de paz también son espacios fundamentales cuando se habla de garantías de seguridad; permiten que las comunidades ejerzan su derecho a la información y fortalezcan redes de cuidado en medio de contextos complejos.

El papel de los medios de comunicación es fundamental en una sociedad y eso genera opinión, a través de las emisoras se puede hacer una política y una estrategia pedagógica hacia la construcción de paz, y eso seria significativo y nos haría ver a los unos y a los otros como hermanos, como ciudadanos de un mismo país, y eso ayudaría incluso a la resolución de problemas que a veces se ven las comunidades y se evidenciaría que el papel de los periodistas es fundamental para que todo el fenómeno de violencia desaparezca, en la medida de que podamos hablar de las acciones que hacen las comunidades en pro de la paz”, añadió el defensor. 

Las Emisoras de Paz informan, educan, acompañan y movilizan. Son escenarios de formación ciudadana, de educación para la paz y de participación plural. En sus micrófonos se escucha la verdad sin filtros, y se honra la memoria de quienes han luchado por un país distinto.

“Las Emisoras de Paz tienen el valor ético de ser un ejercicio de justicia comunicativa. No solo reparan desde lo simbólico, también previenen nuevas formas de exclusión”, reafirmó Alejandro Ochoa, docente de periodismo de la Universidad de Antioquia. 

Hablar de paz no es solo hablar de acuerdos políticos: es hablar de cultivos que vuelven a sembrarse, de niños que aprenden su historia, de comunidades que se reconocen en su diversidad. Las Emisoras de Paz hacen posible ese diálogo cotidiano, profundo y transformador. 

Desde las montañas de Antioquia hasta las costas del Pacífico, Las Emisoras de Paz son una voz colectiva que cuenta lo que antes no se contaba.

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