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'El Gordo' Benjumea y su paso por el cine

La carrera de este reconocido actor despegó en el cine en la década de los 70.
Foto: archivo Radio Nacional de Colombia
Juan Carlos Garay

El fallecimiento del actor Carlos “El gordo” Benjumea ha sido la oportunidad para recordar una época distante (algunos dirán “época de oro”) de las producciones televisivas y cinematográficas en Colombia.

De niño yo lo veía en un programa de televisión llamado 'Ver para aprender' interpretando a Julio, un campesino bonachón que se sorprendía con los conocimientos científicos de su contraparte inteligente, el doctor Don Mauricio. Era una manera de educar con humor.

'El gordo' Benjumea, salvo contadas excepciones, fue un actor de comedia. Y de los mejores. Esa carrera despegó en el cine en la década de los 70, como parte de una apuesta por hacer películas taquilleras con temáticas que hablaran directamente a las clases populares. Sí, así es: Dago García no es en absoluto un pionero.

'El gordo' Benjumea se convirtió en el actor fetiche del director Gustavo Nieto Roa, de la misma manera que, digamos, Johnny Depp aparece en la mayoría de las películas de Tim Burton. La primera producción data de 1977 y se llama 'Esposos en vacaciones': Benjumea compartía protagonismo con otros dos actores (Franky Linero y Otto Greiffestein), pero sobresalía por su figura y sus rasgos cómicos.

Eso llevó a que el director Nieto Roa lo llamara para su siguiente producción, 'Colombia Connection', a pulir ese proyecto de comedia cinematográfica popular. Pero la auténtica sensación vino con la siguiente película, basada en un guión original mexicano que llevaba el título de 'El taxi negro' y que Nieto Roa reescribió para convertirla en “El taxista millonario”.

En su libro autobiográfico 'Una vida de película', el director recuerda: “Quería no solamente hacer otra película con él, sino convertirlo en un personaje internacional, estilo Cantinflas”. 'El taxista millonario' se estrenó en 1979 y rompió todos los récords de taquilla del cine colombiano hasta ese momento: recaudó 542.000 dólares.

Reflexionando sobre los motivos del éxito, Nieto Roa decía: “Era una historia bastante popular, que le podía llegar a nuestra gente. Tenía que ver con los sueños comunes del promedio de la clase media, simbolizados a través de las aventuras de un taxista”. Las películas del Gordo Benjumea continuaron produciéndose, pero cuando se distanció de Nieto Roa el resultado no fue el mismo.

Un último proyecto fue 'Bonaparte, investigador privado' de 1985 que, además de tener problemas de distribución, no logró convencer por un guión más cercano al gusto de Hollywood que al colombiano promedio. En su crítica cinematográfica de abril de ese año, la revista Semana calificaba a Benjumea de “excelente actor” y ofrecía el siguiente análisis: “¿Por qué gusta tanto ese personaje y sus películas?. Quizá la explicación más fácil es que son películas que provocan en el espectador el reconocimiento del propio deseo de romper la cotidianidad y de sentirse partícipe de acciones extraordinarias”.

De cualquier manera, fue la despedida de la pantalla grande por un tiempo largo, y su concentración en el medio de la televisión, que trajo también momentos muy agradables. Fue el simpático Julio en 'Ver para aprender', presentador del programa 'Sabariedades' al lado de su amigo Pacheco. También fue el cura 'Don Camilo' en una curiosa adaptación nacional del libro del humorista italiano Giovanni Guareschi, y participó en una serie de sketches cómicos y experimentales en un extraño programa llamado 'Pacheco, el Gordo y…'. Pero esas ya son otras historias.

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