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Arnoldo Palacios: un símbolo de la intelectualidad afrocolombiana

Este autor es recordado como una de las figuras más importantes de la literatura chocoana.
Foto: archivo Fermín Mosquera.
Ángel Batista

Arnoldo Palacios es uno de los símbolos de la escritura afrocolombiana y sus aportes a la literatura nacional. Reconocido por novelas como ‘Las estrellas son negras’, ‘La selva y la lluvia’ y la autobiografía ‘Buscando mimadredediós’, este autor es parte de esa intelectualidad negra que durante el siglo XX se dedicó a descentralizar la literatura en nuestro país.

Nacido en 1924, el escritor tuvo una vida migrante que se caracterizó por hacerle pecho, con la frente en alto, a todas las diferentes dificultades que se le podían presentar a los chocoanos de la época. Para enfrentar, por ejemplo, la dificultad de acceso a la educación, Palacios desde temprana edad decidió dejar su natal Cértegui para establecerse en Quibdó y hacer sus estudios de bachillerato.

Años más tarde volvería a viajar, en esta ocasión a Bogotá, para terminar su secundaria y empezar estudios en Derecho. En este momento de su vida, empezaría a escribir ‘Las estrellas son negras’, tal vez, su novela más recordada en el panorama literario nacional.

Durante su estancia en Bogotá, Palacios usó una máquina de escribir prestada para adelantar la escritura de su novela y, a paso lento pero firme, se encontraba cerca de terminarla, pero se toparía con el inicio de la convulsa época de la violencia en Colombia, y en 1948, durante los hechos del Bogotazo posteriores al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, se quemarían sus manuscritos.

A punta de memoria, con el apoyo de sus amigos en la capital y la certeza de que una voz chocoana debía ser leída por el resto de la nación, Palacios se dedicaría a reconstruir la historia de Irra, un joven chocoano que mediante sus reflexiones y pensamientos nos mostrará las consecuencias de la marginación, el hambre, el racismo y la falta de oportunidades presentes en el Quibdó de mitad del siglo XX. Publicada por primera vez a finales de 1948 por la Editorial Iqueima, ‘Las estrellas son negras’ se convertiría en un éxito comercial y se traduciría a varios idiomas.

“Desde el punto de vista literario, es considerada la primera novela de reivindicación social en Colombia. Arnoldo Palacios es pionero de este género y después de 70 años de publicada, la novela sigue estando vigente. La falta de carreteras, electricidad, puestos de salud, oportunidades de empleo para la juventud, acueducto y alcantarillado son los mismos reclamos que la gente hace no solo en el Chocó si no en Colombia entera”, afirma Jesús Fermín Mosquera, presidente de la Fundación Arnoldo Palacios en Cértegui, Chocó.

El escritor continuaría su vida con los efectos que dejó la poliomielitis en su cuerpo y tiempo después se iría con una beca a París a estudiar idiomas. En este nuevo viaje llevaría consigo la idea de una nueva novela inspirada en los hechos de violencia que vivió el 9 de abril de 1948. Según el historiador Enrique Santos Molano, en Europa se afiliaría por Colombia en el Consejo Mundial por la Paz entre los pueblos, un colectivo de intelectuales progresistas y de izquierda que contaba con el apoyo de la Unión Soviética.

Esta decisión, en medio de la Guerra Fría, significó para Palacios la pérdida del apoyo económico del gobierno colombiano. Así, con sus dificultades de movilidad, lograría sobrevivir en París con el apoyo económico de amigos y de los trabajos varios que lograba conseguir. En medio de todo esto escribiría su segunda novela ‘La selva y la lluvia’.

Para Santos Molano, debido al incidente del Consejo Mundial por la Paz, la novela no encontraría apoyo editorial en Colombia ni en ninguno de los países occidentales. Por lo que con la misma convicción que lo llevó a publicar ‘Las estrellas son negras’, Palacios tomaría un tren a Varsovia en 1957 con el fin de obtener una visa en la Unión Soviética.

Allí, lograría su objetivo e incluso encontraría los contactos para mover su novela. En 1958 sería publicada ‘La selva y la lluvia’ por la Editorial Progreso de Moscú. En ese momento, Colombia no tenía relaciones diplomáticas con la URSS, por lo que en el país no tuvo mayor repercusión la segunda obra del escritor chocoano. Esto sería así, hasta que mucho tiempo después el escritor Germán Arciniegas donó su colección de libros a la Biblioteca Nacional de Colombia. Allí se incluía una edición de ‘La selva y la lluvia’, que le había regalado Palacios en Varsovia en 1959.

En Europa, Arnoldo Palacios se volvería un viajero incansable. Según Fermín Mosquera recorrería Italia, Islandia, Suiza, Alemania, Suecia, Checoslovaquia e Inglaterra. En estos viajes conocería e intercambiaría ideas con intelectuales afro tan importantes como Frantz Fanon, Leopold Sédar Senghor y Aimé Césaire. Finalmente se establecería en Francia en donde tendría su familia por más de cincuenta años.

“A Arnoldo Palacios lo recordamos como un hombre sencillo, de poca vanidad, buen conversador y una sonrisa permanente. A pesar de vivir tanto tiempo en Francia, se identificó siempre con las costumbres ancestrales del pueblo que lo vio nacer. Era un embajador de su cultura. Cuando venía a Cértegui visitaba colegios, hablaba con los niños y se mostraba como ejemplo para mostrar cómo con empeño se podían lograr los sueños”, complementa Mosquera.

La mayoría de sus obras serían publicadas en el extranjero, con el caso notable de su autobiografía ‘Buscando mimadredediós’ que sería publicada en francés y llegaría a Colombia en 2009, seis años antes de la muerte del escritor.

A pesar de su relativo desconocimiento en el resto de Colombia, Arnoldo Palacios es recordado como una de las figuras más importantes de la literatura chocoana. En Quibdó, la biblioteca pública departamental lleva su nombre y en 1998, Carlos Sánchez Méndez realizó el documental ‘Arnoldo Palacios: un hombre con estrella’, con el fin de homenajear en vida su destacada figura. En el Día de la Afrocolombianidad, lo recordamos como uno de los intelectuales afrocolombianos más importantes del siglo XX e invitamos a rendirle un homenaje con un acercamiento a su obra.

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