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Día Internacional del Actor y la Actriz: feliz día a quienes nos transportan a otras vidas

Gracias a actores y actrices podemos imaginar, reconstruir, ver la vida y contemplar la existencia desde distintos ángulos. ¡Feliz día del actor y de la actriz!
Foto de: Unplash
Ana María Lara

Hoy se celebra el Día Internacional del Actor y la Actriz en honor a San Ginés, patrón de los actores. Fue un artista romano que en el siglo III hizo una parodia del bautismo, pero enseguida se convirtió al cristianismo, por lo que fue decapitado. Se representa con una máscara y un instrumento de cuerda, prefigurando las aún vigentes dos máscaras de la tragedia y de la comedia.

Hay un placer único: ir a ver una obra de teatro donde, sin artificios externos, aparece un personaje interpretado por un actor, una actriz, que es capaz de sumergirnos, con su voz y sus gestos, en un mundo diferente.

Entrar en un personaje, cualquiera que sea, sufrir sus mismas emociones, entender de qué manera se enfrenta con su entorno y plasmar con la voz, la expresión de los ojos, de la boca y los gestos del cuerpo, es el reto de quienes actúan para darnos un nuevo Edipo o una nueva Yocasta, un nuevo Hamlet, una nueva Ofelia, un nuevo Don Juan, un nuevo Joker, una nueva Juana de Arco, etc.


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Pero, ¿de dónde viene este arte universal?

Viene de la antigua Grecia. Inicialmente en las fiestas en honor a los dioses, donde en el siglo V antes de Cristo, grandes escritores como Sófocles, Esquilo, Eurípides y Aristófanes crearon la tragedia y la comedia. Luego, la segunda fuente fueron la famosa Commedia dell´Arte, en la Italia del Renacimiento, y el teatro inglés isabelino, que se encarnó en Shakespeare y tocó temas tabús como el sexo y la muerte.

El siglo XVII fue la gran época del llamado teatro clásico, con reglas rígidas (unidad de tiempo, lugar y acción) que nos legó obras aun interpretadas como las de Molière, con su Tartufo y su Avaro.

Con excepción de Italia con la Commedia dell´Arte, y de Japón con el teatro kabuki, hasta el siglo XIX las mujeres tuvieron prohibido exhibirse en las tablas en un oficio que era visto como inmoral (muchos actores fueron excomulgados); por lo tanto eran hombres los que representaban los papeles femeninos. Recordemos también a Olympe de Gouges, que durante la Revolución Francesa escribió la Declaración de los derechos de las mujeres y también se dedicó al teatro; formó un equipo de actrices y terminó guillotinada.

El siglo XX vio muchos cambios en la forma de hacer teatro. Reapareció la creación colectiva, heredera de la commedia dell´arte. Ya la voz dejó de ser elemento principal de la formación del actor, el trabajo del cuerpo se impuso y se destacó el método del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, con el “distanciamiento” del actor frente a su personaje para no crear en el público emoción sino reflexión.

Pero fue el método del director ruso Stanislavski el que se empezó a aplicar con mayor insistencia en las grandes escuelas de teatro, incluyendo a la famosa Actors Studio de Estados Unidos, que forma también actores de cine. En el método, el actor debe trabajar la memoria sensorial, la psicología del personaje, y desplegar al máximo su imaginación y su creatividad. Algunos de los grandes actores de cine vienen de esta escuela, como Al Pacino, Antonio Banderas, Nathalie Portman, Meryl Streep.


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En Colombia el teatro es actualmente muy activo, pero el camino de actores y actrices no ha sido fácil. Ha sido una profesión poco apoyada por Estado y, por lo mismo, ha requerido de mucha entrega y no poco sacrificio por parte de quienes han decidido mantenerse en el oficio.

El legado de grandes artistas y escuelas que insistieron con valentía, como la Escuela de Arte Dramático de Cali y de Bogotá, la actual ASAB, los grupos universitarios, la escuela de Enrique Buenaventura o las experiencias del Teatro Libre, la Candelaria, el TPB y muchos otros que estuvieron y aún están, sigue abriendo paso para retomar el teatro clásico y contemporáneo, o para presentar obras de creación colectiva.

Aun, en medio de una incesante innovación tecnológica, el trabajo actoral sigue presente, valiéndose de recursos que dependen solo y exclusivamente del ser humano: la voz, los gestos, el cuerpo. Gracias a actores y actrices podemos imaginar, reconstruir, ver la vida y contemplar la existencia desde distintos ángulos. Feliz día del actor y de la actriz.

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