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Carrozas del Carnaval de Negros y Blancos: obra cumbre para los artistas en Pasto

El primer contacto que un artista del carnaval tiene es en el carnavalito, ahí inicia su trayectoria cuando es niño.
Foto: Colprensa
Sandra Eraso

El Carnaval de Negros y Blancos en Pasto (Nariño), es la oportunidad de satisfacer las necesidades existenciales, es el espacio en el cual los artistas se desarrollan y logran el cumplimiento de sus metas, donde inician una especie de carrera de formación.

El primer contacto que un artista del carnaval tiene es en el carnavalito, ahí inicia su trayectoria, cuando es niño y modela sus primeros motivos, soñando con convertirlos en gigantes esculturas de papel que recorrerán la senda del carnaval.

Cada una de las modalidades que componen el carnaval, son etapas en las que avanzan los artistas, y a medida que lo logran, es un peldaño que los impulsa a llegar a la meta. Esa meta es elaborar una carroza, la obra culmen de cada artista en esta tradicional celebración.

Foto: Colprensa

“Mi trayectoria en el carnaval parte desde la niñez, en mi caso personal desde los 10 años inicié en el Carnavalito, y luego disfraz individual y he pasado por todas las modalidades y hoy tengo la feliz posibilidad de construir una carroza con mis propias manos”, expresó con emoción Leider Caicedo, artista de carrozas.

Llegar a la elaboración de las grandes carrozas, insignias del Carnaval, requiere un aprendizaje continuo marcado por la calidad y la dedicación. Los participantes de esta fiesta de arte efímero aprenden y conservan un arte que ha pasado de generación en generación.

Foto: Colprensa

De niños juegan con las minicarrozas, las moldean, las pintan, cumplen con la edad y suben a caminar la senda el gran día de carnaval con el Desfile Magno del 6 de enero, la primera prueba el disfraz individual donde son uno con sus diseños e historias.

De ser uno pasan a formar parte de las filas de las comparsas, donde desfilan junto a grupos numerosos contando una historia, avanzando hacia la carroza no motorizada, el último escalón hacia la gran obra de arte, la carroza gigante que tiene movimiento y expresión.

Foto: Colprensa

“Para nosotros el carnaval es un ritual, un ritual de vida porque como artistas si no lo asumimos como una forma de vida no estamos en nada, el carnaval es nuestra vida, nuestra historia desde nuestros diferentes roles nos lleva a estos espacios del carnaval que nos brinda una libertad total” Cuenta Leider Caicedo.

Es la carrera que sigue el artista del carnaval para cumplir su meta, es el ritual que celebra cada día de su vida, para llegar y ser un maestro durante un único día del año, una energía que lo acompaña durante los 365 días del año, mientras en su rutina de hombre normal, sigue soñando con la llegada al taller y salvar el mundo al revés con su escultura gigante de papel.

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