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Concejo de Medellín pone en riesgo la continuidad del Festival Internacional de Poesía

El Festival Internacional de Poesía de Medellín enfrenta su mayor amenaza en 35 años tras la iniciativa del Concejo para derogar el acuerdo que garantiza su financiación, poniendo en riesgo un símbolo cultural y de resistencia de la ciudad.
James Fuentes

La supervivencia de un evento con 35 años de historia, ganador del Premio Nobel Alternativo y Patrimonio de la Nación, dependa de un debate político-contractual. La ofensiva en el Concejo para derogar el acuerdo que garantiza su financiación, disfrazada de "pluralidad de oferentes", ataca el blindaje de un pilar de la resiliencia de la ciudad. Desfinanciar el festival que cambió la imagen de Medellín ante el mundo es un grave error que la administración no debería permitir.


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El festival que nació hace 35 años y logró transformar la imagen de la ciudad en la "capital mundial de la poesía", hoy está amenazado desde la política interna. La controversia actual es una colisión entre el valor cultural del evento y un debate sobre la contratación pública, poniendo en juego el capital simbólico de la ciudad por lo que los organizadores denuncian como un abierto acto de "persecución" y "asfixia presupuestaria".

El Festival Internacional de Poesía de Medellín (FIPM) enfrenta la "amenaza más grave en 35 años de historia" después de que el Concejo de Medellín iniciara un proceso para derogar el Acuerdo Municipal 40 de 1997, su principal blindaje de financiación. Los directores del festival denuncian que la ofensiva, liderada por el concejal Andrés Tobón del partido Creemos, es una amenaza directa a la continuidad del evento.

La defensa del concejal Tobón se basa en la legalidad contractual. Él argumenta que el Acuerdo 40 es "ilegal" porque, supuestamente, obliga a la administración a contratar exclusivamente con la Corporación Prometeo (organizadora del FIPM), lo cual atentaría contra la pluralidad de oferentes en la contratación pública. Tobón propone que la Secretaría de Cultura de Medellín asuma la gestión del festival. Los organizadores han calificado esta movida como una "expropiación ilegal" y una estrategia de "asfixia presupuestaria", recordando que la Alcaldía solo aporta el 25% del presupuesto total.

La amenaza ha provocado la reacción de diferentes sectores, generando, según el FIPM, 410 mensajes de apoyo de 142 países en solo una semana. A nivel local, el festival también ha recibido el respaldo de otras entidades culturales. En una carta fechada el 1 de noviembre de 2025, la Corporación Fernando González - Otraparte manifestó su "más profundo respaldo" al evento. En la misiva, su director, Gustavo Adolfo Restrepo, calificó al festival como una "obra ejemplar de resistencia cultural", "construcción simbólica de paz" y un "punto de encuentro entre las voces del mundo".

Los críticos ven una "paradoja histórica", recordando que el FIPM, ganador del Premio Nobel Alternativo, nació en 1991 como un acto de resistencia cultural contra la violencia del narcotráfico. Advierten que derogar el acuerdo dejaría al festival "en mendicidad anual" y vulnerable al "capricho político del alcalde de turno". Califican la acción como una "estupidez política" que haría renunciar a Medellín a su capital simbólico como "capital mundial de la poesía".

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