Tomarán llantas recicladas, teniendo en cuenta que éstas duran 500 años, y las rellenarán de tierra para crearlo. Este muro servirá para contener la cañada y que el agua no erosione la tierra. La idea nace de los antiguos incas, que hacían terrazas sobre los terrenos empinados para poder vivir en ellos.
Para las personas interesadas en participar, deben hacer una inversión de $15.000, con los cuales aprenderán los principios básicos de un muro en zona de deslizamiento y además recibirán merienda y almuerzo vegetariano.
El cupo está limitado para 10 personas, por las características de la construcción y del terreno. Podrán comunicarse al teléfono 313 529 8146.
Esta iniciativa es de Guan Centro Permacultural.
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