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Tesoros culturales de Vélez: canto de la guabina y bordado tradicional

Muchas mujeres guabineras, además de artistas de la música, también son bordadoras. Tan arraigada es la tradición que el primer atuendo de una niña o niño la mayoría de veces es su traje típico.
Descubre los tesoros culturales de Vélez: canto de la guabina y bordado tradicional
Radio Nacional de Colombia
María Camila Bahamón Pontiluis ,Ruth Johanna Gelvez Rodriguez y Alejandro Mejía

Amor, alegría, talento y pasión son las palabras que describen a la perfección a las mujeres guabineras. Dary Marcela Espinosa es una de ellas, cuenta que serlo "es un orgullo porque cantar guabina no es fácil, además es un reto estar en el escenario". Agrega que "se me eriza la piel porque las tonadas son de mucho sentimiento y uno las siente".

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Y es que en medio de la celebración del Festival Nacional de la Guabina y el Tiple son decenas de mujeres las que se congregan para este evento especial "que las nuevas generaciones conozcan este patrimonio que es de Santander porque nos hila un mismo sentir", agrega Dary, entusiasmada.

Doña Doris Velazco es otra de las mujeres guabineras, quien dice que para ella este festival "es familia, tradición y amor al floclor de mi tierra veleña".

Dice que es una tradición que no podemos perder "porque esas son raíces de nuestros ancestros, yo recuerdo como de niña salía a cantar con mi abuela por caminos empedrados, como veía subir las mulas cargadas con sus rones de miel y nosotros entonando guabinas para poder llegar a realizar nuestras labores".

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Otras mujeres que son insigne en la Guabina

Lilian Vázquez Téllez, más conocida por su nombre artístico y de amistad 'La Chatica Vázquez', junto a 10 mujeres fueron nombradas Tesoros Humanos Vivos, hace más de 10 años, un reconocimiento también avalado por el Ministerio de Cultura.

“Lo fui retomando a través de mis padres, abuelos y de mis raíces y nació por allá en las cogiendas de maíz, en las labranzas, en los cafetales, en las lavanderas, en las quebradas de pozo verde y en las fincas, yo empecé desde muy niña el canto de la guabina y me he empeñado a que esto fructifique”.

“Tengo muchas cosas que me han ayudado a que en mi nazca y permanezca esta cultura que nos hace dignos, la tierra de Vélez, capital folclórica de Colombia".

Recuerda que a los 9 años inició en el canto de la guabina, más adelante en el grupo las Hermanas Vázquez y junto con el Trío Chicamocha llevaron la guabina veleña a la televisión nacional en el programa Tierra Colombiana sobre los años 70.

'La Chatica' es educadora y madre y en estos roles su objetivo siempre ha sido enseñar la música, el folclore y las costumbres de la provincia. Explica que siempre quiso escribir un libro y que a través de su hija “dejando una hegemonía de folclore, de cultura y un legado en mi familia, ya vamos por la sexta generación de cultores y gestores empíricos, no tenemos formación académica, sin embargo nos mantenemos fiel a la tradición”.


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Los cantos guabineros ¿De dónde provienen?

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El canto de la guabina según lo define el investigador Orlando Serrano Giraldo es “el canto a capella de coplas con preludio e interludios de música instrumental de torbellino”, en la llegada a Vélez, capital de la provincia veleña al sur de Santander.

La tonada guabinera nace del campo y sus campesinas, así se hereda, se enseña y se engendra la transmisión de sus saberes.

Esley Solíana Narvaez Vázquez quien es hija de 'La Chatica' cuenta que el ejemplo fue la mejor manera de aprender de su madre:

“Ella era también mi profesora en el colegio y me enseñó que cada cosa que decidiera hacer, lo hiciera muy bien, un canto de guabina muy afinado, de la manera más delicada posible, un traje típico debía ser el mejor puesto y el más hermoso, nada de tenis o correas, los claveles para las niñas, el pañolón de macramé y todos los detalles cuentan en este sentido".

Muchas mujeres guabineras también son bordadoras y tan tradicional es el traje que la primera muda de una niña o niño tienen su traje típico.

Aquí no solamente se gestan las guabinas, también torbellinos, parrandas, bordados, la gastronomía, agricultura, ganadería y el bocadillo, un pedacito de sabor que une a los colombianos.

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