El paraíso que no vemos, el llamado de Álvaro Molina a redescubrir la cocina colombiana
En un mundo gastronómico globalizado, donde las cocinas del mundo compiten por la atención, el chef y viajero Álvaro Molina hace un llamado a la reflexión. Con una pasión innegable por las raíces culinarias del país, nos invita a valorar los sabores que nos definen, aquellos que, a menudo, pasan desapercibidos ante la fascinación por lo extranjero.
Su voz, una mezcla de sabiduría popular y crítica acertada, nos recuerda que el verdadero tesoro de Colombia se encuentra en su propia mesa.
El chef Álvaro Molina, conocido por recorrer Colombia en busca de sabores auténticos, visitó los micrófonos de Gran Sábado Gran en Radio Nacional de Colombia para compartir su filosofía sobre la gastronomía del país: “Vivimos en un paraíso. Estamos como en el alquimista, sentados sobre el tesoro y no lo vemos, esperando comer lo que nos traen y aquí tenemos lo mejor”.
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El origen de la arepa y la riqueza de la cocina nacional
En el programa, el chef Álvaro Molina abordó el recurrente debate sobre la nacionalidad de la arepa, desestimando la discusión con un enfoque histórico y cultural. "La arepa no es colombiana, ni venezolana... es de la gran Colombia", afirmó.
Molina explicó que la arepa se forjó en un momento histórico en el que varias naciones compartían una identidad culinaria única, enriquecida por la diversidad de cada región. Este punto de vista, que él considera sin sentido, lo compara con otras disputas gastronómicas globales, afirmando que lo importante no es su origen, sino su valor como "la comunión de la mesa colombiana".
Un tesoro escondido en el campo y las plazas
La filosofía de Álvaro Molina se basa en la convicción de que la auténtica riqueza gastronómica de Colombia no se encuentra en las grandes metrópolis ni en las universidades de cocina extranjeras, sino en las rancherías guajiras, las plazas de mercado del país y en la sazón de las señoras del campo.
Para él, el instinto maternal y la "alquimia" de la mujer colombiana son la verdadera clave de la cocina, capaces de transformar lo sencillo y humilde en algo extraordinario. "Es que son placeres tan elementales, pero tan emocionantes, que esa es la vida feliz," comentó, compartiendo anécdotas de sus viajes y la emoción que le provocan estos sabores auténticos.
Una langosta para los chefs y arroz con huevo para el alma
Con su particular humor, Molina reveló que, a pesar de su oficio, muchos cocineros, incluido él, prefieren la sencillez de un "arroz con huevo" a los platos más elaborados que preparan. Esta predilección por lo simple subraya su crítica a la desvalorización de lo local. Con la anécdota de haber invitado al reconocido chef Ferran Adrià a comer arepas con quesito en una plaza de mercado de Medellín, el chef Molina ilustra cómo los paladares más exigentes del mundo se sorprenden y valoran la riqueza de la cocina básica de Colombia, un "sabor delicado" que, para nosotros, se ha convertido en paisaje.
La responsabilidad social del cocinero
El chef concluyó con una reflexión sobre la responsabilidad social y moral de los cocineros. En un momento en que Colombia se está consolidando como un destino gastronómico importante, Molina considera que es su obligación "llevar el mensaje de los sabores colombianos" y educar sobre la importancia de mantener vivas las tradiciones ancestrales.
Critica las arepas de fábrica por ser un "atentado contra la cultura" y hace un llamado a volver a las recetas auténticas. Además, destaca la importancia de preservar las bebidas ancestrales del país, como el chirrinchi y el biche, que, aunque en riesgo por las leyes de monopolio de la industria licorera, son una parte invaluable de la identidad cultural.
Álvaro Molina es un guardián de la memoria culinaria de Colombia. Su trabajo, que combina la escritura, la investigación y la pasión por viajar, invita a valorar lo nuestro, a celebrar la diversidad de la mesa colombiana y a entender que el verdadero paraíso gastronómico siempre ha estado aquí, esperando ser redescubierto.