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Los Múrui de Bellavista, en la búsqueda de su lengua

Los Múrui de Bellavista aseguran que perdieron su lengua desde 1933, ahora trabajan por recuperarla junto con sus tradiciones. Foto: Mauricio Orjuela.

Ubicada a 52 kilómetros aguas abajo por el río Putumayo, contados desde Puerto Leguízamo, está Bellavista, una de las poblaciones que hace parte del resguardo Predio Putumayo. Allí habitan indígenas Múrui. Al llegar, me encuentro a los primeros integrantes de esta etnia, quienes viven en otras localidades de la región. En total 43 familias hacen parte del resguardo, unas 107 personas aproximadamente.

Foto: Mauricio Orjuela.

Me siento a dialogar con Evelio Calderón Charry, el gobernador indígena, quien también predica la religión católica. Es domingo, el sacerdote que imparte la comunión y celebra la eucaristía no llegó. Aquí, ni el gobernador sabe muy bien su lengua, atribuye la pérdida de la misma a los sucesos que enfrentaron a Colombia y Perú entre 1932 y 1933.

Gobernador de Bellavista, Evelio Calderón Charry. Foto: Mauricio Orjuela.

“Por el conflicto colombo-peruano nosotros nos vinimos a vivir aquí, mi papá y mis abuelos son descendencia blanca. Aquí en esta comunidad mi papá es el que habla la lengua nativa. Él sí le puede hablar porque es la autoridad ancestral”, aseguró el líder de la población.

Frente a esta preocupación, jóvenes como Dairo Gabriel Cumariteque Monayama de 27 años, junto a otros integrantes del resguardo, avanzan en el proceso de identificación ante las autoridades nacionales. El Estado debe reconocerles, esa es la lucha que adelantan ante el Ministerio de Interior actualmente.

 “Estamos luchando para que el Estado nos reconozca”: Dairo Gabriel Cumariteque Monayama. Foto: Mauricio Orjuela.

“Como comunidad estamos trabajando mucho y apenas llevamos dos años de asentamiento. Estamos buscando que el Estado reconozca que nosotros sí existimos, ese es nuestro trabajo por el momento”, aseguró el líder juvenil.

Griselda Sánchez es una de las abuelas de la etnia, ella sí tiene presente su lengua. Asegura que viene desde La Chorrera (Amazonas), se asentó aquí hace varias décadas. Ella agradeció a los integrantes de la Armada Nacional de Colombia, porque debido a la atención que le fue brindada en el Bongo Hospital, ha sentido una notable mejoría en su estado de salud.

El bongo hospital de la Armada Nacional de Colombia a orillas del río Putumayo en Bellavista. Foto: Mauricio Orjuela.

“Estoy contenta de tener remedios. Trajeron regalos para nosotros vestirnos”: Griselda Sánchez.

Los niños de Bellavista recibieron regalos que vienen a bordo del Bongo impulsado por el ARC Miguel Silva. Ellos compartieron con los payasos y se divirtieron en medio de la recreación que hicieron los infantes de marina en la cancha de microfútbol que hay allí.

Los infantes de marina se visten de payasos para alegrar la vida de los niños de Bellavista. Foto: Mauricio Orjuela.

Así terminó este día, en medio de la alegría contagiada por las sonrisas de los niños en esta localidad. Mañana nos espera otra población por visitar, Puerto Puntales.

Escuche aquí la crónica completa de esta historia:

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