Pasar al contenido principal
CERRAR

Niños raizales nos enseñan sobre la navegación en San Andrés y Providencia

Les contamos sobre una tradición donde los niños asumen el rol de capitanes y como grandes navegantes coordinan la dirección y el recorrido de su barquito, que navega libre en el mar abierto.
Esmeralda Ramírez

En el archipiélago de San Andrés y Providencia, existe una tradición que conecta el mar, el juego y las familias en torno a la navegación, son las carreras emblemáticas del “cotton boat”, una práctica tradicional que ha resistido el paso del tiempo y los huracanes.

Este encuentro es una oportunidad de transmitir saberes prácticos en torno a la navegación. Entender la dirección de los vientos, los mensajes de las olas y las formas de construcción de estos botes es todo un arte transmitido de generación en generación, de los padres y abuelos, a los hijos y nietos, como una forma de mantener vivo el conocimiento tradicional que les permite disfrutar mediante un juego los invaluables saberes sobre el mar.

Cuando todo lo que te rodea es agua, porque vives en una isla, la navegación es fundamental, es un asunto de supervivencia, por eso los niños desde muy pequeños aprenden a relacionarse de manera respetuosa con el mar, que es el gran proveedor, el que da sustento y permite que la vida en la isla sea posible, este mar precioso lleno de mística y colores, les ha traído momentos de gran felicidad, pero también enormes preocupaciones en temporadas de huracanes.

La navegación en las islas es una práctica fundamental, es gracias a que los isleños aprendieron a relacionarse con el mar que es posible el asentamiento raizal en estas zonas. La historia cuenta que antes de la llegada de los europeos, ya los habitantes de las islas eran expertos navegantes, con tecnologías ancestrales usadas por los indígenas norteamericanos y nicaragüenses fueron aprendiendo y haciendo sus propias embarcaciones.

Para pescar, comerciar, desplazarse y subsistir fue necesario aprender a navegar, y gracias a estas necesidades desarrollaron diferentes instrumentos y técnicas de navegación. Desde el canalete y la canoa que era de origen artesanal hecha por los indígenas, pasando a la goleta o velero de vela, fueron ampliando las embarcaciones y sus usos, hasta las modernas kites o veleros, que con el paso del tiempo han desplazado las construcciones tradicionales.

Sin embargo, la construcción del “cotton boat”, o barquito de madera, con el que se juega y se inicia a los niños navegantes en el conocimiento de los vientos y el mar, aún se mantiene entre los habitantes nativos, como una experiencia de intercambio cultural intergeneracional.

En el siguiente capítulo del ‘Radio laboratorio’ de Radio Nacional de Colombia, los niños navegantes de Pueblo Viejo, una comunidad raizal de Providencia y Santa Catalina, nos conducirán mar adentro y nos enseñarán en su idioma creole, (una  lengua criolla caribeña que desde épocas de la conquista y colonización resultó del encuentro lingüístico del inglés británico y las  lenguas africanas) los secretos de la navegación y la construcción de los “hoax boat” o barquitos de coco  y los  “cotton boat” o barquitos de madera, con los que mientras juegan en el mar, aprenden.

Las regatas o carreras de “cotton boat”, son una experiencia lúdica en la que participan familias enteras, consiste en poner a navegar el barquito de madera, previamente construido con todo el cuidado y la técnica, para que logre estabilidad y evitar que naufrague cuando entre al mar. La comunidad acuerda un punto de salida y de llegada de los barquitos, que son custodiados y animados por los chicos y los grandes.

Allí ocurre la magia, los adultos parecen niños disfrutando esta carrera, llenos de algarabía y la presencia atenta que el juego implica, mientras los niños asumen el rol de capitanes y como grandes navegantes coordinan la dirección y el recorrido de su barquito, que navega libre en el mar abierto.

Es todo un acontecimiento en el que mientras juegan y se divierten, están aprendiendo asuntos fundamentales como lo son leer las direcciones del viento y de las olas y saber ubicarse en el ancho mar, a parte de aprender a hacer los “cotton boat” que es todo un arte y requiere, tiempo, paciencia y sobre todo amor por esta hermosa tradición raizal.

Rio, el ser viajero que nos permite conocer estas experiencias quiere hacer parte de este juego, quiere aprender a navegar para conocer más a fondo las historias del mar, por eso emprende un viaje hasta el archipiélago de San Andrés, providencia y Santa Catalina, pues va al encuentro de los niños navegantes de Pueblo Viejo, quienes le van a compartir sus saberes y los secretos para jugar en el mar. Allí se da cuenta de la belleza natural y la riqueza cultural del pueblo raizal, su idioma creole, su deliciosa comida de mar, sus costumbres, juegos y saberes lo dejan maravillado.

La importancia de cuidar los ecosistemas marinos depende de todos, la contaminación del agua y las basuras están llegando a las profundidades, los corales y muchas especies marinas están disminuyendo y ese desequilibrio en el fondo del mar nos afecta a todos.

Es hora de tomar acciones para el cuidado de nuestras aguas dulces y saladas, el consumo responsable y la conciencia de interdependencia planetaria deben ser prioridad en la educación de las nuevas generaciones, por eso junto a Río y los niños navegantes del pueblo raizal seguiremos aprendiendo a cuidar el mar desde nuestras casas. No te pierdas el próximo episodio de ‘Los niños nos enseñan’, este viernes 23 de diciembre por las plataformas de Radio Nacional de Colombia.

Artículos Player

ETIQUETAS