Por: Juliana Cañaveral
Es un hecho, dentro de 30 o 40 años los nevados de Colombia serán sólo un recuerdo que podremos evocar en las impresionantes fotografías de algunos de los más espectaculares paisajes de nuestro país. Nunca más podremos pisar aquella masa blanca en ningún pico del territorio colombiano. Los cascos glaciares de nuestro país se derriten a pasos agigantados y es poco lo que podemos hacer para salvarlos. Por eso, ante su inminente desaparición, es hora de rendir un homenaje a la nieve de Colombia.
Los nevados, según el glaciólogo del Ideam Jorge Ceballos, son “glaciares que están en proceso de extinción. Debemos considerarlos como un enfermo que se va a morir y debemos preocuparnos por aprovechar el resto de tiempo que queda con ellos para conocerlos y estudiarlos, porque son únicos en el mundo”.
El área nevada de Colombia se reduce 3% cada año. Hace dos siglos, nuestro país tenía 350 kilómetros cuadrados de glaciares. En la actualidad, sólo cuenta con 43 kilómetros cuadrados de glaciares repartidos en seis nevados o sistemas de nevados: La Sierra Nevada del Cocuy, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Nevado del Huila, el Nevado de Santa Isabel, el Nevado del Tolima y el Volcán Nevado del Ruiz.
¿Por qué hemos perdido el 84% de nuestro casco glaciar? Jair Ramírez, topógrafo del Servicio Geológico Colombiano nos explica que hay dos causas principales. La primera es la actividad volcánica. Cuando las capas glaciares están ubicadas sobre volcanes activos, éstos aumentan su temperatura y ocasionan su retroceso. Sin embargo, lo que más afecta los nevados es el cambio climático, el incremento en la temperatura del planeta.
De manera adicional, nuestros nevados son únicos, no es fácil encontrar glaciares en zonas tropicales y esto también aumenta la agilidad con la que se están extinguiendo. Lo que vamos a perder, es un tesoro de 10.000 años de antigüedad que tiene valor natural y espiritual. Andrés Hurtado es educador, periodista y ecologista, ha estado en contacto con los nevados de nuestro país y del mundo desde la infancia y sólo le falta subir el Nevado del Huila. Andrés describe así la riqueza que éstos contienen: “En lo material está la nieve, las formaciones tan espectaculares que hace la nieve, el aire más limpio aunque más enrarecido y alguna fauna de alta montaña como cóndores y águilas. En cuanto a valores espirituales, en el silencio el hombre se acrisola, habla consigo mismo y se olvida de las tonterías y las preocupaciones de la vida diaria”.
Además, los glaciares son fuente de agua, contribuyen al sostenimiento de los páramos, los bosques altoandinos y otros ecosistemas. También ayudan a enfriar la atmósfera en esta época de calentamiento global y como si fuera poco, son bellísimos escenarios para la recreación y el deporte y encierran un inmenso valor cultural. Julia Miranda, directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia (donde se encuentran todos los nevados de nuestro país), asegura que con la desaparición de los nevados hay comunidades que verán afectado de manera directa su entorno y la belleza de sus paisajes, esto sin contar la importancia religiosa, espiritual y cultural que tiene el casco de nieve en sí mismo. “Tenemos a las comunidades indígenas manifestándonos todos los días que ellos son los guardianes de ese ecosistema fundamental, los U’wa en el Cocuy, por ejemplo”, expresa Miranda.
El daño está hecho. Los nevados van a desaparecer y eso no se puede cambiar. Lo que sí podemos hacer es alargar su tiempo de vida. ¿Cómo? Haciendo un uso responsable del agua y de todos los recursos y evitando las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los causantes del calentamiento global.
Al mismo tiempo, ahora que nuestros nevados se derriten es necesario controlar el turismo para conservar los glaciares y garantizar la seguridad de sus visitantes. “El Ecoturismo causa un impacto. Nosotros, dependiendo del parque del que se trate, tenemos regulada la entrada de personas, el número de personas y establecidos los senderos por los cuales pueden transitar estas personas. Hemos visto también que a medida que se ha ido derritiendo el glaciar, han ido surgiendo grietas que antes no sabíamos que existían. Entonces tenemos que redoblar los esfuerzos de monitoreo y control de las personas que visitan estas zonas porque, además de ser hermosas, también ofrecen un riesgo que hay que contemplar y preveer”, explica la directora de Parque Nacionales Naturales.
En conclusión, usted tiene la gran fortuna de pertenecer a una de las últimas generaciones de colombianos que tendrá la oportunidad de tocar nieve nacional. Quienes nazcan dentro de tres o cuatro décadas tendrán que viajar miles de kilómetros fuera del país para estar en contacto con los glaciares y en unos años más, la humanidad entera empezará contando la historia de los nevados con la famosa frase “Había una vez”.