¿Qué podría pasar con la migración venezolana en Colombia?

Por: Juan Carlos Lasso

A Colombia han llegado cerca de un millón de venezolanos y es probable que esa cifra siga aumentando en los próximos meses, ya que la crisis política en el vecino país no da muestras de resolverse y, por tanto, el desespero va a seguir llevando a que miles de personas continúen abandonando Caracas, Maracaibo, Valencia y Barquisimeto, entre otras ciudades.

Así lo plantea el analista y profesor de la Universidad Externado, Jairo Libreros, quien argumenta que incluso si Nicolás Maduro saliera del Palacio de Miraflores, en el corto plazo, el fenómeno de la migración desde Venezuela se mantendría porque la profunda crisis en la que está sumido el vecino país no es algo que se resolverá en semanas o meses y tomará años, incluso décadas.

“Pensar que se va a resolver este problema con un cambio democrático en Miraflores, creo que es más pensar con el deseo que con la realidad, eso no va a ocurrir en el corto plazo”, sostiene Libreros.

De hecho, algunos análisis indican que el proceso de normalización democrática y económica en Venezuela puede tomar aproximadamente 10 años, y el regularizar la situación económica puede requerir de alrededor de 20 o 30 años, lo cual significaría que serían dos o tres generaciones de venezolanos las que se quedarían definitivamente en Colombia.

Xenofobia y otros problemas

Pero el tema de la migración no sólo pone a pensar al Estado, que necesita conseguir recursos para atender a la población que está llegando desde Venezuela, sino también es un asunto que genera inquietud en la medida en que ya se han dado brotes de xenofobia en algunos puntos del territorio y no todos los ciudadanos parecerían estar dispuestos a compartir espacios.

Una muestra de esto se dio hace algunos días en Bogotá, cuando la administración de Enrique Peñalosa decidió trasladar el campamento de migrantes que se había creado en la zona de la Terminal del Salitre a un albergue cercano a la Avenida El Dorado, justo detrás de las instalaciones de la Contraloría General de la República.

Los habitantes de conjuntos residenciales vecinos expresaron su molestia y desarrollaron manifestaciones en rechazo a dicha reubicación.

La indignación ha crecido aún más tras los hechos de violencia que se dieron entre los propios migrantes que se agredieron unos a otros, peleándose por ayudas que suministraban las autoridades o que voluntariamente hicieron llegar ciudadanos al albergue temporal.

Para muchos ciudadanos no es comprensible que a los venezolanos se les brinden ayudas y su respuesta sea generar desordenes y alterar la seguridad de un sector.

Tiempo, preparación y recursos

El profesor Jairo Libreros asegura que tal vez Colombia no tiene la experiencia necesaria pare enfrentar un fenómeno de migración masiva como el que se está dando y de ahí situaciones como la de la xenofobia que se ha venido presentando.

“Aquí hay que hacer un trabajo de socialización y fortalecimiento de los mensajes sobre cuál es el papel que juega Colombia en esta situación. Creo que por eso son necesarias las medidas mínimas para que la ciudadanía entienda que está jugando un papel de ayuda a personas que estaban pasando por una situación humanitaria muy difícil y que también hay un espacio para ellos”, plantea Libreros.

Asimismo, refiere la tarea difícil que ha expresado el canciller Carlos Holmes Trujillo de conseguir recursos de cooperación internacional para asumir el reto que significa la llegada de los venezolanos a Colombia.

Hay que recordar que en un foro que se desarrolló en octubre, el canciller Trujillo indicó que, al año 2021, atender la migración venezolana en un escenario optimista costaría 12 billones de pesos y en uno pesimista 26 billones de pesos.