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Día de Los Muertos: ¿Sabías que existió el 'Cementerio de los Pobres' en Bogotá?

En el Mes del Patrimonio Fúnebre, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural tiene la intención de seguir recordando a nuestros muertos.
Conoce más sobre el 'Cementerio de los Pobres' que existió en Bogotá
Suministrada Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.
Tatiana Niño

El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural busca rememorar a quienes estuvieron enterrados en el Antiguo Cementerio de Pobres, un lugar significativo de la vida y la muerte que aún conserva las huellas latentes del pasado y presente de Bogotá.   

Eloisa Lamilla, antropóloga de la Universidad de los Andes e investigadora del IDPC, afirma que la investigación de cuatro años y el libro 'La Bogotá de los muertos. Borraduras y permanencias en el antiguo Cementerio de Pobres' son una exploración para desenterrar el pasado, de un lugar que fue borrado de la ciudad y de donde desalojaron a muchos difuntos en el año 2000. Este espacio sirvió durante 150 años como el lugar de muchas almas que partieron, en Bogotá.

“Se tomó la decisión de desalojar este cementerio que tenía tantos de nuestros muertos y tantas memorias allí presentes. Básicamente, esto se hizo por el crecimiento de la ciudad, por lo que decidieron desalojar a los muertos pobres que son las grandes mayorías. Lo que hace énfasis justamente a la división jerárquica de unos y otros. Se buscaba convertir el espacio en un parque recreativo, algo muy irónico, afortunadamente no se llevó a cabo ese proyecto y con la nueva administración pensamos en que allí se construya un parque que sea más contemplativo, un parque a la memoria”, afirma Eloisa. 

En el Mes del Patrimonio Fúnebre, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, tiene a intención de seguir recordando a nuestros muertos

En el marco de la conmemoración de este mes, el Instituto también presentará los resultados de la estrategia de participación ciudadana ‘Hallazgos: hilando historias en el Antiguo Cementerio de Pobres’, las cuales propiciaron ejercicios de creación, resignificación y cercanía que permitieron una conversación íntima y un contacto cuidadoso con este antiguo espacio de la muerte. Vecinos del sector, deudos, mujeres del Sindicato de Trabajadoras del Hogar e Independientes y mujeres bordadoras, fueron algunos de los grupos que tejieron un vínculo íntimo con el lugar. 

“Uno creería que con la muerte se acaban las diferencias sociales, al contrario, se agudizan. Algo maravilloso, fue encontrar en todos estos archivos históricos, los nombres de las personas que reposaban en el Cementerio de los Pobres, y sus oficios. Uno de los trabajos que más encontramos fue el de sirvientas, una categoría que ya no usamos afortunadamente. Mujeres desde los nueve hasta los 80 años, que prestaron y levantaron la ciudad con su trabajo”, menciona la investigadora. 

Según Lamilla, antiguamente las personas vivían con sus muertos, algo que se pudo evidenciar en el Parque Arqueológico de Usme. Con el proceso de conquista y colonización española, se crearon los cementerios, y se llevaron fuera de la ciudad. Cuando se creó Bogotá, el oriente se le designó a los vivos y el occidente a los muertos. Esta separación se hizo, porque se creía que con el aire de la muerte se podría contagiar a quienes aún vivían. Con el crecimiento y desbordamiento de los municipios, los cementerios comenzaron a quedar inmersos.

“A pesar de todos los avances médicos, todavía no hemos podido encontrar la cura contra la muerte, y ojalá no exista, porque así también disfrutamos más la vida. En este afán de entender qué pasa después de vivir, creamos ritos y prácticas para poder darle descanso a nuestros muertos y tener una paz mental. El culto a las ánimas en Bogotá llegó con mucha fuerza, justamente porque la migración de diferentes partes del país, sobre todo del campo, hizo que se arraigara esta devoción. Nosotros logramos identificar que en el Cementerio de Pobres había un lugar que se llamaba la 'Galería de las Ánimas', donde se llevaban ofrendas y mensajes. A pesar de que el cementerio fue sacado de allí, la tradición sigue muy potente. Todos los lunes de ánimas la gente se instala detrás del cementerio para pedirles un deseo, para dejar flores, para pedirle a sus difuntos que los protejan. Incluso a pesar de que el cementerio ya está cerrado, hemos encontrado también objetos y mensajes allí que la gente sigue dejando”, agrega.

En el Mes del Patrimonio Fúnebre, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, tiene a intención de seguir recordando a nuestros muertos

Dentro de las actividades que desarrolla el instituto, en la conmemoración de este mes, el 8 de noviembre, junto con la editorial Siglo del Hombre Editores, se llevará a cabo el recorrido 'La Bogotá de los muertos'. Este espacio, abierto a la ciudadanía, propone recorrer el antiguo Cementerio con la guía del libro. 

“Nombremos en voz alta esas personas que hacen parte de la historia de la ciudad y que estuvieron en el cementerio. Además, el 22 de noviembre tendremos un conversatorio en la librería Matorral de Teusaquillo, en donde también vamos a hablar sobre el libro y sobre la investigación”, sostiene Eloisa. 


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El Cementerio de los Pobres estuvo ubicado en la Calle 12b # 2 – 9, en Bogotá. A pesar de que es un lugar abandonado desde hace varios años, sigue manteniendo su esencia y guardando memorias rituales, por lo que ha sido declarado Bien de Interés Cultural para la ciudad de Bogotá.
 

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