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Pueblos ancestrales en Leguízamo trabajan en el fortalecimiento de sus tradiciones

Los pueblos Nasa, Quillasinga, Cofán, Inga, Embera, Murui Muina, Coreguaje, Carijona, Kofán y Siona; entre otros perfilaron su futura participación política y ambiental.
Juan Miguel Narváez Eraso

Más de 100 representantes de los 15 pueblos indígenas, de los 13 municipios del departamento del Putumayo, se reunieron en el municipio de Leguízamo, sur de Colombia; para perfilar su participación política en las contiendas electorales 2023. A la vez aprovecharon el encuentro para exponer las metodologías que utilizan para el sostenimiento de sus tradiciones, usos y costumbres.

En la Tercera Cumbre Departamental Indígena, Martín David Charry líder del pueblo Murui Muina se refirió a los lineamientos que regirán a cada pueblo originario de cara a las elecciones nacionales que se avecinan para elegir en el Putumayo; concejales, diputados, alcaldes y gobernador.

Al tercer encuentro fueron convocadas las autoridades tradicionales y originarias de los pueblos: Nasa, Pastos, Quillasinga, Awá, Cofán, Inga, Pijao, Embera, Murui Muina, Coreguaje, Carijona, Kichwa, Kofán y Siona; entre otros.

En Leguízamo, 15 pueblos ancestrales del Putumayo asisten a Cumbre Indígena

En el desarrollo de la Cumbre Regional Indígena, las mujeres también dieron a conocer los procesos étnicos con los que fortalecen sus tradiciones. Por eso la gobernadora indígena del pueblo Coreguaje; María Gasca precisó que desde los resguardos y malocas las mamás enseñan a sus hijos el tradicional canto de la tortuga con el cual preservan la lengua materna y a la vez cuidan dicha especie de la fauna silvestre; símbolo de unidad y fertilidad.

“Para nosotros la tortuga representa abundancia, por eso en nuestro territorio la protegemos y le cantamos junto a nuestros hijos para que a medida que pasa el tiempo, ellos repliquen en los demás la importancia que tiene su conservación para el ecosistema”, dijo.

“Tejido de pensamientos”

“La cumbre es un encuentro de trascendental importancia para las comunidades originarias de la Amazonía colombiana porque aparte de que nos permite exponer los problemas que padecemos a causa de la violencia; nos facilita el entretejido de los pensamientos y de las tradiciones de nuestros pueblos ancestrales”, expresó Jesús Antonio Juajibioy, abuelo sabedor del pueblo Kamëntšá del municipio de Sibundoy.

Aunque es consciente que el conflicto incide en la desintegración social y en la pérdida de sus tradiciones, asegura que la madre naturaleza les muestra el camino para pervivir y conservar sus costumbres. Por eso afirma que jamás se cansará de repetir que el tradicional Día de la Ofrenda es indispensable para fomentar la unión indígena y exaltar la fertilidad de las parcelas.

“En aquella celebración ofrecemos de manera simbólica todos los productos agropecuarios a aquellos seres queridos que ya no están con nosotros. Es una muestra de agradecimiento a ese esfuerzo y sacrificio que ellos hicieron para mantenernos en cordialidad”, dijo.

“Lenguas maternas”

En el marco de la Tercera Cumbre, Iván Paredes autoridad tradicional del pueblo Murui Muina del municipio de Leguízamo argumentó que el inadecuado uso de las nuevas tecnologías y la falta de instituciones educativas con enfoque etnocultural están llevando a la pérdida de las lenguas maternas.

En Leguízamo, 15 pueblos ancestrales del Putumayo asisten a Cumbre Indígena

“Por eso ahora miramos que algunos jóvenes de los pueblos originarios no solo del departamento del Putumayo sino de otras regiones de Colombia que prefieren cantar música moderna en lugar de entonar aquellas canciones de su lengua ancestral, sin embargo es tarea de todos no permitir que nuestro propio lenguaje vaya a desaparecer”, manifestó.

“Armonizando territorios”

Edgar Tombé gobernador indígena saliente del pueblo Misak del municipio de Orito, considera importante la música ancestral para la transmisión de los saberes. “Para muchos, el sonido del tambor y de la flauta no pasa de ser una hermosa resonancia, sin embargo para mi pueblo representa la prolongación de la vida”, expresó.

“Mientras el sonido del tambor nos alerta en el cumplimiento y respeto de nuestras leyes de origen; las resonancias de la flauta nos ayudan a mantener la armonía ancestral”, manifestó.

A la vez destacó que esos instrumentos musicales que para algunos son sencillos e insignificantes; en su cultura suenan únicamente en ocasiones muy especiales. Es decir que según Edgar; sus finos sonidos se escuchan cada vez que una indígena da a luz, fallece un integrante del pueblo o reciben a una distinguida personalidad.

“Danza del agua y del sol”

“El pueblo indígena Pijao originario del departamento del Tolima está asentado en el bajo Putumayo y como hijo del sol y de la madre tierra le debemos la vida, por eso en cada ritual le danzamos al fuego, al agua y a la chagra”, expresó Martha Oyola representante del pueblo Pijao.

Así mismo subrayó que la danza que habitualmente ofrecen en el río Guamo, la hacen en ofrenda al guía espiritual del pueblo tradicional que según sus creencias habita en las aguas de las fuentes hídricas que atraviesan al sur de Colombia.

 

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