Pasar al contenido principal
CERRAR

Pore-Casanare, el hogar del Cholo Valderrama

Por: Laura Quiceno. Editora web Radio Nacional de Colombia.

Por: Laura Quiceno. Editora web Radio Nacional de Colombia.

‘Vida tranquila’, así se llama el hogar del Cholo Valderrama en Pore-Casanare, el intérprete de ‘Amor salvaje’ y ‘Mi caballo y yo’ ha encontrado inspiración en esta tierra, cuna de otros autores como Walter Silva y de nuevos sonidos como la a voz de Stiven Correa con The Criollos, una promesa para la música de los Llanos.

Foto: Nangibe Torres. Travesías de arpa. Radio Nacional de Colombia.

“El llanero se siente dueño del Llano y el Llano es de los Llaneros. El Llano es la vida, hay una cosa que siempre digo en una canción: “De aquí a donde alcance la vista, de allá a donde la vista alcance, soy dueño de palma y cielo y no me los quita nadie”, señala el Cholo Valderrama en la casa de Walter Silva luego de un encuentro de ambos autores en el especial de Radio Nacional de Colombia, Travesías de arpa.

En el Llano los versos pasan de generación en generación. El alcaraván, los atardeceres y las voces recias son la constante en estos rincones de Casanare.

Foto: Nangibe Torres. Travesías de arpa.

“Hay cantidad de gente que no la conoce nadie, que viven en el Llano adentro. Ellos son realmente el folclor de la tierra, son los que llegan por la noche y cogen un cuatro, cantan, componen sus canciones y nunca salen de allí.

Ellos son los cantadores de vaquería de los Llanos

Ese es el real folclor, porque lo hacen únicamente para ellos. Hay muchos compositores como Walter Silva, al Cachi Ortegón, al maestro Mocho Pérez, con él hemos hecho canciones muy buenas, Juan Farfán, pero hay muchísima gente en el folclor que afortunadamente está en la lucha, que están incógnitos, son ellos los que le dan fuerza a esta música tan bella como el joropo”, cuenta el Cholo.

Cachi Ortegón, uno de los grandes compositores del Llano.

La voz del Cholo hace parte de la memoria sonora de los colombianos, el arraigo por su tierra hace que se aferré a la música después de un incidente de salud por el que dejó de tocar el cuatro:

“La demostración de cariño del pueblo llanero, del pueblo colombiano y venezolano fue bastante grande y esa fuerza me ayudó a salir adelante con ese trauma. Tenía al mes y medio un concierto en el Teatro Julio Mario Santo Domingo de Bogotá y esto me ayudó para tener terapias todos los días, cuatro terapias diarias y dije: “Si puedo sacar adelante el concierto en el Julio Mario puedo seguir con mi vida de artista”, que era lo que me preocupaba, no volver a cantar en el Llano.

Foto: Nangibe Torres. Travesías de arpa.

Me quedaron secuelas de ahí, no puedo volver a tocar cuatro. Es una tristeza infinita, pero hay que darle alegría a la cuestión y tenerlo y verlo ahí y saber que no lo puedo tocar, es duro, sobre todo, porque lo utilizaba mucho para componer canciones.

La vida continua y ahí sigo mostrándole al mundo como somos los llaneros, porque bien lo dice el dicho: “Nosotros somos del tamaño del compromiso”

“Primito hermano, si usted no conoce el Llano, lo invito pa´que nos vamos o allá en el Llano lo espero, para que admire las inmensas travesías, cielo y palma lejanía, donde se inspira un coplero”

ETIQUETAS