En 1964, las inquietudes musicales de los hermanos Jairo y Guillermo Jiménez Jaramillo dieron como resultado el nacimiento, en el barrio San Joaquín de Medellín, de uno de los grupos más originales de la música tropical antioqueña y motor de nuestras mejores navidades: Los Hispanos.
Todo comenzó luego de que una navidad, los pequeños Jairo y Guillermo recibieran como regalo un acordeón, que empezaron a tocar de manera autodidacta pero que muy pronto dominarían, para asombro de sus padres. Poco tiempo después Guillermo tomaría la guitarra y Jairo, la bandola, que luego cambiaría por el bajo al integrar la agrupación.
La fama de los pequeños fue aumentando hasta que aparecieron otros músicos que se les unieron: el percusionista Ramiro Velásquez, un primer cantante de nombre Óscar Ochoa y, para redondear la musicalidad del grupo, Jaime Uribe, destacado saxofonista, hijo del reconocido Gabriel Uribe y hermano de la pianista clásica Blanca Uribe. Luego llegaron el intérprete de teclado solovox Laureano Gómez y el también saxofonista Guillermo Quintero. Fue él quien propuso como vocalista para el grupo a su hermano, que venía consolidando una carrera al lado de Los Teen Agers: Gustavo “El Loko” Quintero.
Para denominar al grupo, Jairo Jiménez sólo tenía una idea clara: no quería otro nombre en inglés como el que ostentaban sus colegas de Los Black Stars, Los Teen Agers y Los Golden Boys. Fue así como sonaron los posibles bautizos de Los Latinos, Los Aguadeños, Los Españoles y, al final, por cuenta de la ocurrencia de Jaime Uribe, los Hispanos.
Gracias al éxito de “Fantasía nocturna” de Adolfo Echeverría y de “La quinceañera” de Arnulfo Briceño, temas incluidos en la primera producción del grupo, “De película”, de 1967 para el sello Codiscos, Los Hispanos empezaron a convertirse en la orquesta favorita del sonido tropical antioqueño. A la fórmula musical se sumaba la voz y el carisma en escena del Loko Quintero. En su voz se popularizaron también “Carita de ángel”, “La cañaguatera”, “Tan bella y tan presumida” y “Los gansos”.
Sin embargo, en 1969, debido a los múltiples compromisos que los hermanos Jiménez tenían con sus labores como trabajadores bancarios, un sector de la agrupación decidió que los fundadores deberían salir del grupo. Enterados de la disidencia en marcha, Jairo y Guillermo viajaron de urgencia a Bogotá para declarar como suyo, ante las oficinas de derechos de autor, el nombre de Los Hispanos. Contrariados y asombrados, los autores de aquella decisión dieron un paso al costado y crearon otra agrupación, Los Graduados. Mientras, los hermanos Jiménez se retiraban de Codiscos para firmar con Discos Fuentes.
Por años, la posibilidad de ver a ambos grupos en un mismo escenario era una quimera, y cuando por fin se logró, se evitaba por todos los medios situaciones como compartir avión o camerinos. Tan enconada la batalla entre músicos fue la de sus respectivos cantantes, pues el Loko Quintero, que había decidido irse con Los Graduados, siempre sintió que el nuevo vocalista de Los Hispanos, Rodolfo Aicardi, era un imitador. El caso es que, si bien Los Graduados lograron captar público de inmediato, Los Hispanos nunca perdieron relevancia, gracias entre otras a la presencia del muy celebrado y polémico Aicardi. Con él justamente obtuvieron buena parte de sus mayores éxitos, como “Adonay”, “Cariñito”, “Boquita de caramelo”, “Me voy pa’ Macondo”, “Así empezaron papá y mamá” y “Ni cuerpo ni corazón”.
Preguntado hoy al respecto de esos dos showmen que pasaron por Los Hispanos, Jairo Jiménez dice: “lance usted una moneda apostando por alguno de ellos, y le cae parada”.
Han pasado 60 años, y en 2024, la orquesta antioqueña Los Hispanos llegó a sus 60 años de carrera ininterrumpida. Y los celebraron con la publicación de un libro de memorias titulado “Los Hispanos: La historia original de los originales”, y con un concierto en formato de carácter sinfónico, acompañados por la Orquesta Filarmónica de Medellín, Filarmed, el próximo 16 de diciembre, bajo la dirección de la maestra María Camila Barbosa. Y por si quedaban dudas acerca del olvido de las situaciones de antaño, hace unos días compartieron escenario en Bogotá con Los Graduados.
El libro “Los Hispanos: La historia original de los originales” es el relato del pasado y presente del grupo, tal como don Jairo Jiménez se lo contó al escritor antioqueño Giovanni Rodríguez. En cierta parte del texto, publicado por Calixta Editores hace unos días, el autor hace la siguiente reflexión: “Si hay algo que Los Hispanos nos han enseñado a lo largo de estos años es que su música tiene el poder de hacernos sentir lo impalpable, lo que añoramos, lo que se ha ido y la esperanza de lo que vendrá. (…) Mientras exista diciembre existirán Los Hispanos, y cuando diciembre deje de existir, Los Hispanos lo inventarán. Ellos son los reyes de una época inmortal”.
Con un concierto filarmónico y el lanzamiento de su libro de memorias, Los Hispanos celebran 60 años de actividad. Por eso son nuestros Artistas de la Semana.