Pasar al contenido principal
CERRAR

José María Espinosa, el pintor de la gesta libertadora

Acompañó a Antonio Nariño en la Campaña del Sur donde, como abanderado, guió las tropas sin disparar un solo tiro.

En el proceso de la Independencia de Colombia se destaca un personaje que reunió las calidades de soldado-testigo de la guerra y artista que legó en su multifacético trabajo artístico (dibujos, pintura, caricatura, miniaturas y unas memorias) un acervo que nos ilustra sobre los acontecimientos y las gentes de aquella época. Es José María Espinosa (1796-1883) artista autodidacta e innovador.

Muy joven, a los 14 años se enrola en el Ejército libertador y acompaña a Antonio Nariño en la Campaña del Sur donde, como abanderado, guía las tropas, sin disparar un solo tiro, pero siempre con papel y tinta china para hacer bocetos de sus vivencias.

Hecho prisionero en 1816 y encarcelado en Popayán, escapa del fusilamiento sorteado, paradójicamente por la victoria de los españoles, pero huye de la prisión y pasa tres años caminando por el sur del país. En 1819 se entrega y le es concedido un indulto por el “Pacificador” Murillo. Regresa a Bogotá donde dedica el resto de su larga vida al trabajo artístico, centrado en los héroes, pero también en los más variados personajes de la sociedad bogotana, para culminar con la redacción de sus memorias. Muere en 1883, habiendo vivido, reflexionado y creado durante casi un siglo.

Elaboró por encargo de la alta sociedad unas cien miniaturas sobre marfil. Muy llamativas también son sus caricaturas, trabajo en el que es pionero. Caricaturas de enemigos, como la de Laureano Gruesso, el encargado en la época del terror, de decidir sobre la vida y la muerte de los presos, caricaturas de los personajes de Bogotá, los artesanos, los locos, los bobos.

En sus pinturas, igual que el francés Delacroix o el español Goya, lo hicieron en momentos históricos de la misma época, Espinosa recrea las batallas de la Independencia, en las que son notables, alrededor de los enfrentamientos, tanto el paisaje como los civiles que se encuentran en la zona: mujeres, indígenas, campesinos, la violencia y la pobreza.

José María Espinosa

Retrató también a los héroes de aquella gesta: Bolívar, Sucre, Santander, pero también a Policarpa Salavarrieta, “La Pola”, la que hoy podemos apreciar en los billetes de 10.000 pesos. En cuanto a Bolívar, fue entre 1827 y 1830, en Bogotá, cuando Espinosa se relacionó con él y realizó varios retratos, siendo el más conocido y replicado el que pintó poco antes de la noche septembrina: los brazos cruzados y una expresión de infinita amargura.

Policarpa Salavarrieta: José María Espinosa

Tenía 65 años cuando redactó sus memorias, con la colaboración del escritor Caycedo Rojas, publicadas en 1876, donde se adentra en las vivencias y los sentimientos de los combatientes de ambos lados, exaltando el heroísmo y la solidaridad sin dejar de mostrar la mezquindad. Hablando de la época del terror de Morillo, en que el objetivo supremo era defender la autonomía y sacudirse del yugo español, escribe:

¿Podrán experimentar la misma satisfacción los que guerrean en miserables contiendas intestinas y luchas fratricidas para conquistar un puesto de honor o de lucro, que es a lo que, en general, se reduce el patriotismo moderno y las aspiraciones de los bandos políticos, por más que se hable de principios?”

Está erguido su busto en el centro de Bogotá, en la carrera 2 con calle 20, en el barrio Germania, para que no se pierda la memoria de una etapa fundamental de la construcción de nuestra identidad.

ETIQUETAS