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Juan Camilo ‘Goofy’ Ramírez, promesa del BMX antioqueño

En las montañas de Antioquia, en el municipio de El Retiro, Juan Camilo, mejor conocido como ‘Goofy’ empezó a demostrar sus habilidades.

Por Thomas Beltrán Lozano

En las montañas de Antioquia, en el municipio de El Retiro, Juan Camilo, mejor conocido como ‘Goofy’ empezó a demostrar sus habilidades en la bicicleta apenas a los 5 años, mientras sus papás trabajaban en una casa de familia, su padre como jardinero y su madre como empleada doméstica.

Los dueños de la casa eran Sergio Mejía y Adriana Saldarriaga, ciclistas aficionados que vieron en el pequeño Juan Camilo un potencial que había que explotar.

El apoyo empezó siendo económico, pero también hubo un regalo que le cambió la vida al inquieto niño y fue un buzo con la cara de ‘Goofy’ un personaje de dibujos animados que es la razón por la que hoy lleva ese apodo.

En la finca de la familia Mejía-Saldarriaga hicieron una pista improvisada para que el pequeño niño practicara sus habilidades. En medio de los árboles y del mejor ambiente natural, Juan Camilo saltaba y recorría su camino que lo llevaría a la élite del BMX en Colombia.

Empezó en el ‘semillero’ del bicicrós en el municipio de Envigado, Antioquia. Con orgullo llevaba en su pecho al personaje de Disney, mientras hacía frente todas las dificultades que tenía para trasladarse a los entrenamientos, porque también le inculcaron que el colegio y su educación tenían que ser una prioridad. Cuando salía del colegio, su papá lo recogía en una moto y lo llevaba a la pista de entrenamiento, donde tenía que practicar hasta las 9 de la noche.

“Mi hijo es un teso por todo lo que ha hecho para ganarse ese puesto en el deporte. Nunca ha faltado a un entrenamiento y es la muestra de lo duro que es. Yo no hubiera sido capaz de hacer lo que él ha hecho”, dice con orgullo su madre Gloria Valencia, una de las mentoras de este campeón de bicicrós.

No miente doña Gloria al firmar que su hijo nuca falló a los entrenamientos, cuando su padre no lo podía recoger en la moto en el colegio, ‘Goofy’ se iba en un bus a la pista, pero nunca hubo una excusa para dejar de lado su formación como bicicrosista.

Campeón con dificultades

La humildad no se ha borrado en el rostro de Juan Camilo ni en su forma de hablar. Siempre es consciente de dónde viene y cómo fueron sus inicios, que, aunque con dificultades, en la mente siempre había un ‘chip’ de campeón.

“La primera bicicleta era la misma con la que jugaba en la finca y después cuando me inicié en los ‘semilleros’ alquilé una que tiempo después fue mía y era bastante económica. En mi primer Mundial gasté siete millones de pesos para poder viajar y los patrones de mis padres fueron los que me apoyaron y me siguen apoyando”, dice ‘Goofy’ a manera de agradecimiento, aunque reconoce que en esa primera competencia internacional no tuvo los resultados que esperaba y por los que había trabajado.

Aparte de lo arduo de los entrenamientos, a Juan Camilo le tocó rebuscar el dinero para poder ir a las diferentes competencias en el país y también las internacionales. En una caseta de Las Palmas en Medellín, vendía empanadas para ganar algunos pesos y también con la ayuda de la familia que lo patrocinó, organizaban rifas para poder conseguir los recursos para viajar y competir.

Pero han válido la pena los sacrificios, a un título del mundo en su categoría, se suma la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud y el primer lugar en el escalafón mundial junior de BMX. Por ahora va a seguir participando en competencias del ciclo olímpico porque su sueño es llegar a Tokio 2020 a representar a Colombia.

‘Goofy’ es la fiel muestra del empuje paisa, de ese deseo de superar las adversidades y ser un campeón cueste lo que cueste. Sus papás siguen trabajando en la finca donde se formó su hijo, mientras él compite en las pistas del país y del mundo, sin olvidarse de sus inicios y con la humildad que siempre lleva en el pecho.

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