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Señal Cumbia en el Festival Nacional de la Cumbia 2017

Desde el epicentro mismo del sabor tropical, Señal Cumbia se complace en transportar a los oyentes al Festival Nacional de la Cumbia 2017.

Por: Luis Daniel Vega. Director de Señal Cumbia.

Cuentan que fue un domingo, exactamente el 21 de marzo de 1915, cuando nació José Benito Barros Palomino. Hijo de una descendiente de indios pocabuyanos y un emigrante brasileño, Benito creció en un próspero pueblo –hoy municipio- privilegiado por su ubicación geográfica: haciendo parte de la Depresión Momposina, El Banco se encuentra en el extremo más meridional del departamento de Magdalena, justo en el ángulo que conforman los márgenes de los ríos Cesar y Magdalena.

Luego de aprender a tocar guitarra en un trasto viejo de un tío materno, Barros obtuvo la suya de manos del artesano Betsabé Caraballo. Todavía era muy joven y ya la fuerza del juglar enamorado vibraba en su interior. Comenzó, entonces, su oficio de cantor trotamundos en Cartagena donde entonó boleros, valses, pasillos y tangos. Por esa época, a mediados de la década de los treinta, el incipiente compositor se fue a recorrer el mundo. Dio vueltas por Colombia, llegó a Ecuador, visitó Panamá, en México conoció a su ídolo, Agustín Lara y buscó fortuna en Argentina, Brasil y Perú, tres países a los que llegó de polizón, sobrevivió en bares de mala muerte y enamoró a muchas mujeres. Fue en Lima donde grabó su primera canción: “Cantinero sirva tanda”. A su regreso a Colombia, por allá en 1945, dejó registrados algunos de los vestigios más valiosos de la música tropical colombiana representados en las grabaciones para Discos Fuentes de Los Trovadores de Barú y el Trío Nacional.

Después de una larga temporada en Barranquilla, se estableció en Bogotá hasta 1970, año en que regresó a El Banco. Durante esa época se concentró en la composición e inició su vehemente defensa en torno a la preservación de la cumbia como patrimonio musical colombiano. No resulta una coincidencia que la historia de Guillermo Cubillos -el comerciante oriundo de Chía que durante años se dedicó al transporte de mercancías entre La Dorada y El Banco, a bordo de su lancha “La Girardoteña”- llegara de nuevo a su cabeza y se materializara en “La piragua”, aquella cumbia famosa que no solo lo inmortalizó sino que, al decir de Alberto Salcedo Ramos, puso a su pueblo en los mapas: “Era una lejura invisible para el gobierno central. Sus habitantes en empezaron a contar gracias a las coplas del maestro. Sin ese conjuro no existirían en esta Colombia ingrata donde los poderosos solo buscan a sus pobres para bailarse sus fiestas”.

Pareciera ser que “La Piragua” hubiese sido compuesta para una de esas fiestas que ha mantenido ocupados a los habitantes de El Banco durante los últimos 30 años. Hablamos del Festival Nacional de la Cumbia, una celebración que José Barros, en compañía de algunos viejos amigos, creó en señal de agradecimiento a ese pueblo que en 1966 celebró unos carnavales en su nombre. Conmovido por la algarabía y la conmoción que causó su presencia, el compositor banqueño vaticinó: “Me encuentro profundamente emocionado, no tengo palabras para expresarles lo que siento pero les prometo que haré algo por mi tierra”. Y lo que hizo Barros fue devolver gratitudes con este festival y reinado que hoy es reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Nación.

En el epicentro mismo del sabor tropical, Señal Cumbia se complace en llevarle a los oyentes todos los pormenores de esta gran fiesta que celebra no solo el ritmo madre sino la historia de un pueblo fértil que ha sido llamado “la despensa de los tres sures”.

No se pierdan los informes especiales desde El Banco, Magdalena, a partir del viernes 4 de agosto y la transmisión, el domingo 6, de la clausura del Festival Nacional de la cumbia a cargo de Estereocuco y Systema Solar.

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