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CERRAR

La granja de las segundas oportunidades en la cárcel de varones de Manizales

A través de la agricultura y la cría de animales, el centro de reclusión viene implementando una estrategia de resocialización.
Una granja en la cárcel de varones de Manizales
Fotos: cortesía Granja Integral La Blanca de Manizales
Vanessa Sánchez. 

Todos los días a las 6:00 de la mañana 10 internos de la Cárcel Nacional de varones La Blanca de Manizales tienen contacto con el sol, la tierra, los animales y los cultivos de frutas y hortalizas. Bajo la dirección de Fredy Alexander Arboleda, administrador de la Granja integral La Blanca, estos hombres no solo buscan la reducción de sus penas, sino trabajar en la soberanía alimentaria de este centro de reclusión donde hay más de dos mil internos.

De acuerdo con Arboleda, quien es funcionario del Inpec hace 19 años, este trabajo agropecuario es una forma diferente de apoyar a los reclusos, pues es una estrategia de resocialización efectiva y más humana.

“Hasta ahora son 10 personas las que viven en la granja bajo un esquema de mínima seguridad. A ellos deben faltarles de uno a tres años para cumplir sus condenas y para estar aquí deben tener deseo de aprender y formarse, además buscamos apoyar a los internos que vienen de otros municipios para que no sufran desarraigo por la tierra”, afirma el director de la granja, quien añade que ha sido maravilloso ver cómo un interno llega sin saber nada del campo y luego se convierte en un experto en reproducción animal.

Trabajo en equipo

A los internos los dividen en grupos y todos se dedican a diferentes labores. Unos se ocupan a la cría de pollos, conejos, peces, marranos y ganado. Los demás en una hectárea de tierra trabajan en la huerta con cultivos de cebolla, papa criolla, cilantro, perejil, fríjol, alverja, granadilla, lulo, y recientemente se dedican a la siembra de matas de café como parte del apoyo que brinda el Comité de Cafeteros de Caldas.

“Recibimos apoyo de la Alcaldía de Manizales, la Secretaría de Agricultura y del Sena, quienes nos capacitan en diferentes áreas y nos entregan insumos y materiales para que nuestras cadenas productivas se fortalezcan. La mayoría de productos y alimentos los consumimos acá, pero también los vendemos al público sin intermediarios siendo de esta forma más baratos”, relata el director de la granja.

Esta granja es una de las huertas urbanas del programa de seguridad alimentaria que apoya Valentina Acevedo Cruz, gestora social de

Manizales. “Gestionamos nuestro primer local en el centro comercial Mallplaza, en donde se podrán exhibir todos los emprendimientos creados dentro de las cárceles. Es solo el primero de muchos que tendremos”, afirmó la gestora.

Otras experiencias

La cárcel La Blanca de Manizales es la única en el departamento de Caldas que tiene una granja integral, sin embargo, la cárcel de mujeres Villa Josefina también busca que se implemente un modelo similar para reducción de penas y acercamiento al campo.

En Quindío, más exactamente en Calarcá, también se cuenta con la Granja Integral Penitenciaria Peñas Blancas, la cual fue escogida para ser la primera tienda turística de una prisión en el país y que, además, será atendida por personas privadas de la libertad. Allí ofrecen artesanías, panadería, repostería y café, atendida por 13 reclusos.

El subdirector de Desarrollo de Habilidades Productivas del Inpec, Ariel Cohen, señaló que “tenemos a los privados trabajando en ella misma, allí se podrán mostrar todos los productos como la panadería y el café que se cultiva en la granja y que hacen parte del proceso de resocialización”.

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