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Verdad y reparación, el deseo de la comunidad wayuu de Mayabangloma

Grupos guerrilleros y paramilitares hicieron presencia en este territorio en las décadas de los años 80 y 90.
Foto: cortesía.
Karen Pedroza y Emelda Wberth

A siete kilómetros del casco urbano del municipio de Fonseca, en el sur del departamento de La Guajira, se encuentra el resguardo indígena Mayabangloma, habitado por 923 familias etnia wayuu. Allí, en las décadas de los años 80 y 90, la llegada de los grupos guerrilleros y paramilitares marcó el inicio de uno de los períodos de violencia más crueles vividos por esta población.

Maber Solano es líder de Mayabangloma y lleva 25 años dedicados a darle voz a las comunidades. Relata que para esa época el resguardo fue invadido por los grupos armados.

“Nuestro territorio no fue un pueblo de guerras y armas, pero sí un lugar por el que transitaban los grupos ilegales para lograr sus objetivos. Ellos usaban nuestros caminos, nuestras casas, aquí descansaban, y todo eso sin consultar, sin pedir permiso”, cuenta el vocero de la comunidad.

Resguardo wayuu Mayabangloma

Con nostalgia, Solano recuerda que para ese tiempo hubo reclutamiento de menores, masacres, violaciones, homicidios, amenazas, atentados y desplazamiento de las comunidades; situación que se recrudeció a comienzos de los años 2000, con la consolidación de los grupos paramilitares.

A todas estas situaciones, también se sumó otro hecho que golpeó el corazón de este pueblo wayuu: “A raíz del conflicto armado, nuestra cultura se vio afectada por la presencia de los alijunas (personas que no son wayuu) en el resguardo, ya que nosotros resolvemos los conflictos de una manera distinta, es un proceso interno; se afectaron nuestras costumbres y rituales ancestrales”, señala.

Esperan una reparación colectiva

Con la firma de los acuerdos de paz, para los habitantes de Mayabangloma nació la esperanza de recobrar la calma; sin embargo, la paz para esta población aún es esquiva, pues decenas de familias siguen sin conocer la verdad sobre sus familiares asesinados y desaparecidos, así como también se encuentran a la espera de la reparación colectiva tal y como lo ordena el Auto 004 del 2009 de la Corte Constitucional.

“Seguimos esperando que algún día nuestro territorio y su gente sean reparados, que llegue el desarrollo a la comunidad, la transformación. Nosotros creemos en la paz, en el cambio. Vemos que la implementación del acuerdo de paz avanza en algunas regiones y queremos que nuestro resguardo también sea parte de esos procesos”, manifiesta Maber.

Resguardo wayuu Mayabangloma

Una frecuencia para transmitir mensajes de paz

Mientras esperan la verdad y la reparación, la comunidad de Mayabangloma agradece contar con nuevos espacios de comunicación gracias al Acuerdo de Paz, escenarios para contar sus historias, realidades, metas y anhelos. Se trata de la emisora de paz ubicada en el municipio de Fonseca, una frecuencia en la que también se habla en idioma wayuunaiki.

“En la emisora de paz se escuchan nuestras voces, nuestra cultura y distintas manifestaciones desde el seno del territorio. Con Radio Nacional de Colombia haciendo presencia en el resguardo tenemos espacios para hablar y escucharnos entre las comunidades”, puntualiza el líder wayuu.

Para la población esta estación es el espacio para encontrarse, exponer puntos de vista y apostarle a la reconciliación, aún en medio de las adversidades.

“La emisora de paz nos permite estar enterados de las noticias. A veces los wayuu somos la noticia, estamos presentes en los programas y de eso de trata; es una esperanza que tenemos como comunidad indígena para fortalecer nuestra cultura, nuestras costumbres y todas esas manifestaciones que en algún momento vieron amenazadas por la guerra”, dice Solano.

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