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Más de 11 años bajo una carpa: la huelga de General Motors Colmotores

Extrabajadores de la compañía completan 11 años reclamando sus derechos al frente de la embajada de EE.UU. en una carpa improvisada.
Más de 11 años bajo una carpa: La huelga de General Motors Colmotores
Radio Nacional de Colombia
Richard Hernández

En un pequeño refugio improvisado con madera y cubierto por plásticos de gran tamaño, ubicado en el barrio Quinta Paredes en Bogotá, frente a la embajada de los Estados Unidos, conviven desde hace más de 11 años tres extrabajadores de General Motors Colmotores, en señal de protesta por su despido.

Jorge Parra, presidente de la Asociación de Trabajadores y Extrabajadores Enfermos de General Motors Colmotores (Asotrecol), es uno de los líderes de esta causa que se inició con un plantón de 68 trabajadores en agosto de 2010 frente a la sede de la representación diplomática de los Estados Unidos. Un año después, instalaron la carpa frente a la embajada para llevar a cabo una huelga por tiempo indefinido.

"Me despidieron tres meses después de la creación de la asociación. Yo trabajaba como soldador. Fuimos despedidos por adquirir enfermedades de origen profesional reconocidas a nivel internacional. Nos destituyeron sin recibir indemnización alguna. En esa época, el Ministerio de Trabajo no ejercía una vigilancia ni control adecuados. Era una práctica común de las multinacionales despedir a los trabajadores que se enfermaban", afirma Parra.

Para llamar la atención, han tenido que recurrir a diversas acciones extremas, como realizar una huelga de hambre cosiendo sus labios, enterrarse hasta el cuello dentro de la carpa e incluso crucificarse. La acción más reciente tuvo lugar hace algunas semanas cuando se encadenaron frente al Ministerio de Relaciones Exteriores, también conocido como La Cancillería.

 

Asotrecol

Manuel Ospina y Jorge Parra presidente de Asotrecol. Foto: Asotrecol.

Durante los cuatro años de la alcaldía de Enrique Peñalosa, tuvieron que defenderse en varias ocasiones contra los intentos de desalojo del lugar mediante procesos administrativos de recuperación del espacio público.

"A pesar de que llevamos casi 12 años en esta lucha, hemos logrado importantes cambios en la empresa. Dos años después de iniciar esta protesta, General Motors invirtió una gran suma de dinero para mejorar las condiciones laborales. Se crearon dos sindicatos en la fábrica. Además, eliminaron la clínica interna de la empresa, que era responsable de llevar los registros médicos. Ahora, cuando un trabajador tiene problemas de salud, recurre a su EPS y presenta documentación médica. También se ha logrado el reintegro de 120 compañeros gracias a la labor de la abogada Liliana Quemba", destaca Parra.

De los 68 trabajadores que iniciaron esta protesta y que sufren de hernias discales, síndrome del túnel carpiano y tendinitis, entre otras enfermedades relacionadas con su trabajo, tan solo quedan 11. De ellos, solo tres se turnan para estar en la carpa: Manuel Ospina, Carlos Trujillo y Jorge Parra. Lo que demandan es ser reintegrados en sus puestos de trabajo, ser reubicados en labores que puedan desempeñar y que se les reconozcan los salarios que dejaron de percibir desde su despido hasta su reintegro.

La primera negociación que se llevó a cabo para buscar una solución se realizó con el Servicio Federal de Mediación y Conciliación de los Estados Unidos. Este caso resultó peculiar, ya que fue la única ocasión en la que dicho organismo intervino en un país en este tipo de disputas. Este encuentro se llevó a cabo gracias a la intervención del embajador de aquel entonces, Peter Michael McKinley. Sin embargo, las dos partes no lograron llegar a un acuerdo.

"Este es el único conflicto laboral de su tipo protagonizado por trabajadores enfermos en el país y posiblemente a nivel mundial. General Motors, de manera cínica, nos ha ofrecido un capital inicial de 10 millones para establecer un puesto de venta de perros calientes, siempre y cuando realicemos un curso en la Corporación Minuto de Dios".


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Asotrecol

Para poder mantenerse durante tanto tiempo en esta protesta, han recibido el respaldo de diversas organizaciones internacionales de sindicatos, derechos humanos y universidades. Además, esta situación le ha brindado a Jorge la oportunidad de viajar a muchos países, como Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Estados Unidos, entre otros, invitado por dichas organizaciones para exponer su caso.

Una de estas organizaciones es el Portland Central America Solidarity Committee (PCASC) de Estados Unidos, que ha brindado apoyo, educación y movilización a miembros de la comunidad, trabajadores y estudiantes en torno a la lucha por los derechos humanos y la justicia social en América Latina durante más de 44 años.

La PCASC ha realizado manifestaciones para dar a conocer la situación de los ex trabajadores colombianos frente a los concesionarios de General Motors en varias ciudades de Estados Unidos, como Detroit, donde los accionistas de esta multinacional se reúnen.

"Hemos revisado numerosos documentos médicos, cartas de la empresa y del gobierno colombiano, y nos deja perplejos porque podemos observar que se trata de un sistema diseñado para que General Motors despida a los trabajadores que se enferman después de ingresar a su planta, sin hacer todo lo posible por proteger al empleado, como lo estipula la ley colombiana. Este no puede ser el modelo en el que fundamentamos nuestras sociedades", señala Paige Shell Spurling, portavoz de PCASC.

Esta situación ha afectado tanto económicamente como psicológicamente a algunos de estos extrabajadores. Han tenido que renunciar a fechas importantes, como el Día de la Madre y la Navidad, para no abandonar la carpa. Varios han perdido sus hogares y a sus familias. Ante este problema, uno de ellos incluso se suicidó. Por su parte, Jorge Parra se separó de su esposa cuando su hija tenía dos años, aunque sigue pendiente de la niña, ahora de 14 años.

Durante este tiempo, Jorge ha tenido la oportunidad de estudiar Derecho y se está preparando para realizar una especialización en la Universidad Nacional de Colombia. También planea cursar una maestría en Derecho Laboral y Seguridad Social. Según Parra, esto es con el fin de poder llegar algún día a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y exponer su caso.

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En el vecindario se encuentran personas que han sido profesores de Fecode, sindicalistas y abogados, quienes respaldan esta causa. Sin embargo, también hay otros individuos que no están de acuerdo con la presencia de la carpa, la cual tiene dimensiones de aproximadamente 8 metros de largo por 3 metros de ancho. En su interior, cuenta con una pequeña cocina a gas, dos camas, una mesa, sillas viejas, loza y unas pocas ollas.

Para el aseo personal, han contado con el apoyo del sindicato de la Universidad Nacional y de profesores, quienes han gestionado el uso de los baños del estadio, donde también aprovechan para obtener agua para cocinar. Además, recurren a los centros comerciales cercanos al sector.

Manuel Ospina, otro de los líderes de esta protesta, señala: "Nos hemos instalado aquí para poner de manifiesto ante la embajada todos los abusos cometidos por la multinacional estadounidense en Colombia y la indiferencia del gobierno nacional. Cuando Estados Unidos firmó el tratado de libre comercio con Colombia, se comprometió a respetar los derechos laborales y los derechos humanos de los trabajadores. Ellos se rieron, pensando que solo estaríamos aquí durante cinco días, y ahora, el 2 de agosto, cumpliremos doce años".

En abril pasado, los ex trabajadores lograron reunirse con el viceministro de Trabajo, Edwin Palma, y algunos representantes de General Motors. Desafortunadamente, en esa reunión, la multinacional les informó que los plazos ya habían vencido, pero que, de todos modos, revisarían el asunto con sus socios.

"Al gobierno no le interesa nuestra situación, que es la misma que enfrentan miles de trabajadores en Colombia. Con el nuevo gobierno, nos hemos sentido discriminados y abandonados, ya que en nueve meses hemos llegado al diálogo social y resulta que el Ministerio de Trabajo aún respalda a la empresa General Motors Colmotores", afirma Carlos Trujillo, otro de los ex trabajadores de GM.

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General Motors es una compañía estadounidense fundada en 1908, dedicada a la fabricación de automóviles, camiones y motores. Su sede central se encuentra en la ciudad de Detroit, Michigan. En 1979, esta multinacional adquirió la Fábrica Colombiana de Automotores (Colmotores).

En 2009, General Motors enfrentó la quiebra y tuvo que ser rescatada por el Gobierno de Barack Obama, quien inyectó 50 mil millones de dólares, creando la Fundación General Motors Company, y así el Gobierno de los Estados Unidos pasó a poseer el 60% de sus acciones.

Mientras tanto, estas personas continúan su lucha laboral, la cual se ha convertido en un símbolo de la indiferencia por parte de las empresas, el gobierno y esta sociedad en la que algunos ciudadanos prefieren ignorar el drama humano que se puede ocultar en una humilde carpa instalada frente a la embajada de un país poderoso.

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