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Cinco especies sombrilla que debemos preservar

Estas son algunas especies que al ser protegidas benefician simultáneamente la protección indirecta de otras con las que comparte su hábitat.
Diana Leal

Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Por su privilegiada ubicación geográfica, el país ostenta de una amplia variedad de ecosistemas, que son el hogar de más de 50 mil especies de fauna y flora. Posee 32 biomas terrestres y 314 tipos de ecosistemas, y para garantizar su conservación, se han dispuesto de alrededor de 31 millones de hectáreas protegidas a lo largo del territorio nacional.

Dentro de las estrategias contempladas para conservar dichas áreas protegidas y los seres que allí habitan, se propuso el concepto de “especies sombrilla”. Estas hacen referencia a aquellos animales cuya protección hace un efecto cascada que beneficia a todo el ecosistema asociado, preservando los hábitats de la degradación.

Normalmente, suelen ser especies con grandes necesidades de rango de hogar, es decir que requieren de amplias extensiones de territorio para desarrollar su vida diaria. Además, suelen contribuir al mantenimiento de los ecosistemas e interactúan con otros individuos, ya sea como regulador, depredador o presa. Estas son cinco especies sombrilla que habitan en Colombia.

El oso de anteojos
oso de anteojos
Foto: Colprensa

También conocido como oso andino o jardinero del bosque, es una especie que se caracteriza por su frondoso pelaje de color negro y los parches blancos o amarillos en distintas zonas como su hocico, pecho, ojos, o incluso puede que no tengan.

A pesar de ser omnívoro, la dieta del oso se compone principalmente de frutos y de las partes en crecimiento de las plantas y esto hace que, luego del proceso digestivo, sus heces tengan propiedades fertilizantes que ayudan a regenerar la vegetación de los bosques y páramos en los que habita.

El oso es considerado una especie sombrilla porque, aparte de prestar el servicio ecosistémico anteriormente nombrado, su preservación comprende el cuidado de sus hábitats y de los corredores por los que habita el mamífero debido a que es una especie territorial que requiere de grandes extensiones para desarrollar su vida diaria y que además se mantiene en constante desplazamiento, ya que puede recorrer hasta 15 kilómetros en un solo día.

Es una especie vulnerable a la extinción principalmente por la destrucción de su hábitat por consecuencia de la actividad humana que cada vez fragmenta más los corredores por los que se mueve haciendo que los grupos se fragmenten, también se suman otras razones como el cambio climático y, en menor medida, la caza, por eso distintas organizaciones como Parques Nacionales Naturales, en donde es considerado valor objeto de conservación, y la WWF empezaron a cuidar del oso en áreas protegidas y tienen en marcha todo un plan para su conservación.

El jaguar
jaguar
Foto: Colprensa

El jaguar es el tercer felino más grande del mundo, el más grande de América, y culturalmente, es el principal representante de los felinos en el continente, pues ha sido moldeado, dibujado y materializado en distintas áreas de expresión étnica en distintos países. Puede medir hasta un metro con 80 centímetros con un peso de 113 kilogramos.

Necesitan de grandes territorios para subsistir, suelen vivir solos y ser muy territoriales, suelen habitar los bosques tropicales, montanos, sabanas tropicales y manglares a alturas por debajo de los 2 mil metros sobre el nivel del mar. Su importancia para la conservación para la salud de los ecosistemas radica en que ayuda a controlar la población de otros animales.

Al requerir de espacios tan amplios para subsistir, hace que la preservación de su hábitat incluya la de otras especies que habitan los mismos territorios. Aun así, el felino enfrenta amenazas por la fragmentación de su hábitat, ya que las altas tasas de deforestación han reducido los espacios y han desplazado y fragmentado a las poblaciones, por lo que su movilidad queda limitada a determinadas zonas reduciendo su oportunidad de reproducción, dando pie a posibles extinciones locales. Por otro lado, el jaguar también se ve amenazado por la caza ilegal y el tráfico de la especie.

La tortuga carey
tortuga carey
Foto: Pixabay

La tortuga carey habita en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. En nuestro país, es la especie con mayor presencia en las playas de anidación en el mar Caribe. Suelen ser de mayor tamaño que otras tortugas marinas, pueden medir hasta 114 centímetros y pesar cerca de 60 kilos, además se caracteriza por tener un caparazón de coloración brillante y un pico puntiagudo que se asemeja al de un ave.

Normalmente evitan las aguas profundas y prefieren las costas donde hay abundante variedad de esponjas, algas e invertebrados de los que suelen alimentarse. Sus hábitos alimenticios son fundamentales para el balance de los ecosistemas marinos, principalmente de los arrecifes de coral, sus heces distribuyen nutrientes y sus huevos suelen ser la fuente de alimento de muchos depredadores naturales.

Esta especie está en peligro crítico de extinción. La actividad humana es la principal causa del deterioro de los mares y los ecosistemas oceánicos, además suelen morir atrapadas accidentalmente por las redes de pesca. Por otro lado, el caparazón, la carne y los huevos de la tortuga también son comercializados a pesar de tratarse de una especie protegida a nivel internacional.


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La danta de montaña
Danta
Foto: Colprensa

La danta de montaña, o tapir, es uno de los mamíferos más grandes que habita en los bosques montanos y los páramos de los andes colombianos. Su morfología es muy cercana a la de los rinocerontes y los caballos, y se caracteriza por ser un animal robusto que en su edad adulta puede pesar entre 150 y 250 kilos, tiene pelo negro, pezuñas que le permiten movilizarse por las montañas y una trompa que le ayuda a alimentarse.

Es también llamada la sembradora del bosque porque sus heces ayudan a reforestar los bosques puesto que su alimentación se basa en plantas como asteráceas, helechos y semillas. Además, se conoce de un estudio que observó que las dantas suelen frecuentar zonas mayormente degradadas o quemadas, más que las que están en buen estado. Son animales pacíficos, solitarios y que, al igual que otras especies, requieren de espacios amplios para movilizarse.

Está catalogada como una especie en peligro de extinción por cuenta de la caza producto del tráfico ilegal, a esto también se suman otros peligros como la degradación de su hábitat pues solo el 15% por ciento está cobijado por áreas protegidas y Parques Nacionales Naturales, que recientemente puso en marcha una ruta de trabajo para conservar las poblaciones de dantas en Colombia que cada vez se ve más reducida.

La tortuga charapa
Foto: Parques Nacionales Naturales
Foto: Parques Nacionales Naturales

Es la tortuga acuática de agua dulce más grande de Suramérica, puede alcanzar un tamaño cercano a los 90 centímetros y pesar entre 30 y 45 kilos, también se ha observado que las hembras suelen ser ligeramente más pequeñas que los machos. Se distribuyen a lo largo de las cuencas de los ríos y en Colombia se han visto poblaciones en el Meta, Guaviare, Casanare, Vaupés, Guainía, Vichada y Amazonas. Su alimentación se basa en pequeños animales, flores, frutos y semillas, esto hace que cumplan con una labor ecosistémica porque dispersan semillas y que al mismo tiempo contribuyan al control de poblaciones de especies.

La especie se encuentra en peligro crítico de extinción, sus principales amenazas son la caza indiscriminada para el comercio ilegal de su carne y huevos, con su caparazón suelen hacerse artesanías y los tortuguillos son vendidos como animales domésticos.

Actualmente, existen distintas estrategias para conservar a la tortuga charapa, por ejemplo, la fundación Omacha se encuentra desarrollando un programa con el que esperan conservar la especie en el río meta. Por su parte, Parques Naturales Nacionales, tiene planes de desarrollar una estrategia de conservación robusta en pro de la especie.

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